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La herramienta olvidada de la gestión activa
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Juan Gómez Bada

Rumbo Inversor

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La herramienta olvidada de la gestión activa

La mayoría de los inversores suelen tener bien definidos sus criterios de inversión: saben qué tipo de inversiones buscan, cuáles no y tienen claros sus motivos

Foto: inversor (iStock)
inversor (iStock)

La mayoría de los inversores suelen tener bien definidos sus criterios de inversión: saben qué tipo de inversiones buscan, cuáles no y tienen claros sus motivos.

Sin embargo, a la hora de configurar una cartera hay una pregunta igualmente importante: ¿cuánto dinero dedico a cada inversión?

Foto: Imagen de un 'trader' en la bolsa de Nueva York (EFE).

Lo más frecuente es encontrarse inversores que no saben contestar a esta pregunta y buscan excusas para no tener que tomar ninguna decisión a este respecto. Muchos eligen invertir según los pesos de los valores en los índices, que normalmente dependen de la capitalización, sin pararse a pensar si es lo adecuado o no. Otros configuran sus carteras con pesos equiponderados, donde todos los activos pesan lo mismo, y algunos establecen sobreponderaciones o infraponderaciones frente a un benchmark o índice que se pretende batir. En este último caso, hay un elemento discrecional, pero el punto de partida viene definido por quién elabora el índice.

Por otro lado, estamos los que consideramos que el peso de cada valor en la cartera es una decisión relevante que debemos tomar nosotros. En este grupo, el principal motivo que suele influir en el peso de cada valor en la cartera es el grado de convencimiento en cada tesis de inversión.

La confianza en cada tesis de inversión dependerá de muchos factores a considerar: riesgo; rentabilidad esperable en cada escenario; conocimiento del negocio; etcétera. Después, ordenando las oportunidades de inversión que hayamos identificado por grado de convencimiento y estableciendo un nivel de diversificación que consideremos adecuado (es decir, el número total de valores en cartera) decidiremos cuánto dinero o cuánto peso sobre el patrimonio total asignamos a cada inversión.

Foto: María Jesús Montero, ministra de Hacienda. (EFE/Fernando Villar)

Pero las decisiones no terminan ahí; cuando las inversiones son líquidas y los costes de transacción bajos, suele convenir ir modificando ligeramente los pesos de las inversiones en función de las expectativas de los mercados.

Por ejemplo, si en un momento determinado el mercado está positivo con los bancos por las subidas de tipos de interés y, a la vez, negativo con las compañías de seguros porque sus carteras de bonos puedan tener minusvalías latentes o sus siniestros sean puntualmente mayores por el repunte de la inflación, probablemente tenga sentido disminuir el peso de los bancos y aumentar el de las compañías de seguros que tengamos en cartera. Sin perder nuestro foco de inversión a largo plazo, tiene sentido invertir un poco más en aquellas compañías que el mercado ahora desprecia, y un poco menos, en aquellas otras que coyunturalmente más valora. A largo plazo, estas pequeñas variaciones de pesos generarán valor y disminuirán el riesgo asumido.

Por último, la variación de pesos de las inversiones se convierte en una gran herramienta para la gestión activa en momentos de sobresalto puntual (pandemia, guerra, etcétera). En esas circunstancias, lo más conveniente para el resultado suele ser empezar analizando en las inversiones en cartera para disminuir la inversión en los valores más perjudicados y aumentar en aquellos otros con ingresos más protegidos o que salgan beneficiados en las situaciones mencionadas. Esto es lo que hicimos para la cartera de Avantage Fund en febrero y marzo de 2020. Los cambios realizados en ese momento contribuyeron a que ese año el fondo terminara con una rentabilidad del 16,6%.

Foto: EC.

En definitiva, cuando tienes analizado un conjunto de inversiones y sigues de cerca la evolución de los negocios a lo largo de los años, variar ligeramente los pesos de las inversiones, según las circunstancias de mercado, ayuda a mejorar el resultado. Este tipo de gestión activa no se llevará los titulares de los libros y artículos de inversión más conocidos, pero no hay duda de que contribuye a proteger y rentabilizar las inversiones en el largo plazo.

La mayoría de los inversores suelen tener bien definidos sus criterios de inversión: saben qué tipo de inversiones buscan, cuáles no y tienen claros sus motivos.

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