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Entre la euforia y el pesimismo: el mercado danza al ritmo de la inflación
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Juan Gómez Bada

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Entre la euforia y el pesimismo: el mercado danza al ritmo de la inflación

La situación actual es excepcional para lanzar un mensaje para 2024 convincente y sencillo de entender por el inversor final para que invierta tanto en renta fija como en renta variable

Foto: Un bróker gesticula en el parqué de Wall Street. (EFE/Andrew Gombert)
Un bróker gesticula en el parqué de Wall Street. (EFE/Andrew Gombert)

Los meses de noviembre y diciembre han sido testigos de un notable repunte en los mercados financieros. Tanto las bolsas como la renta fija experimentaron un auge significativo, impulsado principalmente por datos de inflación que resultaron ser ligeramente más bajos de lo esperado. Además, las expectativas de una potencial reducción de tasas de interés por parte de la Reserva Federal para 2024 alimentaron un mayor optimismo, provocando un aumento en la compra de bonos y acciones.

Esta situación es diametralmente opuesta a la vivida en septiembre y octubre. Durante esos meses, se presentaron cifras de crecimiento de precios levemente más altas, lo que resultó en una caída considerable tanto en la renta variable como en la renta fija. En aquel momento, el mercado comenzaba a asumir la posibilidad de que las tasas de interés se mantendrían altas durante un período más prolongado.

Estas fluctuaciones son habituales en los mercados financieros, donde el pesimismo puede dar paso rápidamente a la euforia, y viceversa. Aunque el optimismo es preferible, es importante recordar que estos cambios son una parte natural del comportamiento del mercado.

La situación actual es excepcional para lanzar un mensaje para 2024 convincente y sencillo de entender por el inversor final para que invierta tanto en renta fija como en renta variable. Si los tipos efectivamente bajan, como esperan los propios miembros de la Reserva Federal, los bonos y las acciones se revalorizarán. Este mensaje es prácticamente el mismo en la inmensa mayoría de bancos, pequeñas entidades financieras, ciudades y países de occidente. Las compras de los clientes de estas entidades están reforzando la tendencia alcista en los mercados.

Es sorprendente ver cómo el mercado sube ahora y bajaba hace dos meses, como si solamente cotizase una variable: la inflación como indicador adelantado de lo que harán los tipos de interés.

Sin embargo, en el mercado de acciones no cotizan ni la inflación ni los tipos de interés. Cotizan participaciones en negocios. Los primeros ejecutivos de las compañías cotizadas tienen muchos aspectos sobre los que preocuparse, pero entre ellos no está el nivel de inflación de 2024.

Es sorprendente ver cómo el mercado sube ahora y bajaba hace dos meses, como si solamente cotizase una variable: la inflación

Es decir, los mercados miran en una dirección y quienes dirigen los negocios cotizados en otra. Mi recomendación no puede ser otra que ponerse en la piel de los primeros ejecutivos de las cotizadas para encontrar oportunidades de inversión. Para ello, habrá que hacer un ejercicio de abstraerse del ruido cortoplacista de las cotizaciones y seleccionar negocios en los que tengamos motivos para confiar a largo plazo.

Los meses de noviembre y diciembre han sido testigos de un notable repunte en los mercados financieros. Tanto las bolsas como la renta fija experimentaron un auge significativo, impulsado principalmente por datos de inflación que resultaron ser ligeramente más bajos de lo esperado. Además, las expectativas de una potencial reducción de tasas de interés por parte de la Reserva Federal para 2024 alimentaron un mayor optimismo, provocando un aumento en la compra de bonos y acciones.

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