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¿Se atreverá un fondo de private equity a comprar Lehman Brothers?
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Ignacio Sarría

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¿Se atreverá un fondo de private equity a comprar Lehman Brothers?

Hace exactamente una semana, en las mesas de los cada vez más castigados traders de Wall Street no se hablaba de otra cosa. David Torne, analista

Hace exactamente una semana, en las mesas de los cada vez más castigados traders de Wall Street no se hablaba de otra cosa. David Torne, analista de Fox-Pitt Kelton acababa de publicar un informe en el que anunciaba que Lehman podría ser adquirido por un fondo de private equity. Los rumores empezaron a tomar fuerza, y la acción de Lehman -que precisamente el día que se publicó el mencionado informe marcó el nivel mas bajo de la última década- empezó a recuperarse en más de un 50% a lo largo de las cuatro sesiones posteriores de mercado.

Según el informe, un fondo de private equity podría hacerse con el cuarto mayor banco de inversión de Wall Street a cambio de una prima del 25% sobre los precios actuales. El banco sería excluido de cotización en Bolsa, y se liberaría de los continuos rumores sobre la solvencia de la institución que, desde hace unos meses, están provocando un desplome de sus acciones (a través de ventas masivas de títulos apostando por una recompra posterior de los mismos a un precio sensiblemente inferior).

A pesar de que nadie discute que el precio actual de los títulos de Lehman es muy atractivo -con una capitalización ligeramente superior a los diez mil millones de dólares, y que supone una quinta parte de su valor hace un año y menos de la mitad de sus fondos propios-, no es fácil que un fondo de private equity se atreva a acometer semejante operación.

En primer lugar, la incertidumbre que genera la abultada exposición de Lehman al mercado inmobiliario americano hace difícil estimar los recursos necesarios para sanear el balance del banco. Sólo en el segundo trimestre, Lehman volvió a sorprender al mercado con unas pérdidas de casi tres mil millones de dólares. Una de las claves de los gestores de private equity es diversificar sus fondos en varias operaciones y controlar la exposición máxima en cada inversión, por lo que difícilmente se pueden calcular los recursos necesarios para gestionar con éxito la inversión.

Además, la exclusión de cotización le impediría -en el corto plazo- acudir al mercado para posteriores ampliaciones de capital, lo que aumenta notablemente el riesgo para el gestor de private equity, que se vería forzado a acudir a fondos soberanos o inversores privados como única alternativa de liquidez.

Tampoco hay que ignorar la posición de la Reserva Federal, que como ya ocurrió en el caso de Bear Stearns, se empleó a fondo para que el quinto mayor banco de inversión de Wall Street acabara en manos de JP Morgan, si bien la segunda y única alternativa a la quiebra era la oferta de JC Flowers, el gestor de private equity con más experiencia en comprar bancos. Aunque, tal como están las cosas, parece poco probable que haya bancos dispuestos a hacer adquisiciones en los próximos meses.

El hecho de que una tercera parte del capital de Lehman esté concentrado en manos de sus 25.000 empleados, ayudaría a formalizar una posible operación con un fondo de private equity, que representa una amenaza menor que ser absorbidos por un competidor.

Nada es descartable y menos en este entorno de mercado que no deja de sorprendernos cada día. ¿Quién nos iba a decir hace unos meses que instituciones del calibre de Lehman Brothers o General Motors se iban a convertir en objetivo de los gestores de private equity? Que nadie lo dude, el mundo ha cambiado y en los próximos dos años vamos a ser testigos de las inversiones más atractivas que se recuerden de los fondos de private equity. Siempre y ahora más que nunca, hay que ser prudente y paciente.

Ignacio Sarría, director general de Arcano Capital

Hace exactamente una semana, en las mesas de los cada vez más castigados traders de Wall Street no se hablaba de otra cosa. David Torne, analista de Fox-Pitt Kelton acababa de publicar un informe en el que anunciaba que Lehman podría ser adquirido por un fondo de private equity. Los rumores empezaron a tomar fuerza, y la acción de Lehman -que precisamente el día que se publicó el mencionado informe marcó el nivel mas bajo de la última década- empezó a recuperarse en más de un 50% a lo largo de las cuatro sesiones posteriores de mercado.