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¿Apocalipsis? Sigue habiendo vida en private equity
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Ignacio Sarría

Secretos del Private Equity

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¿Apocalipsis? Sigue habiendo vida en private equity

Hace exactamente doce meses, durante el duro primer trimestre de 2009, fueron muchos los analistas financieros que se anticiparon a anunciar el apocalipsis del sector del

Hace exactamente doce meses, durante el duro primer trimestre de 2009, fueron muchos los analistas financieros que se anticiparon a anunciar el apocalipsis del sector del private equity. Todo era negro y el fin se aproximaba. Incluso algunos estudios,  firmados por instituciones de primera fila como el IESE y la consultora Boston Consulting Group, predecían que hasta el 40% de las gestoras de private equity estaban condenadas a desaparecer.

 

A pesar de los temibles pronósticos, doce meses después, la vida sigue y como decía recientemente en una conferencia en Berlín David Rubenstein, co-fundador  de Carlyle (una de las mayores gestoras de private equity del mundo), “la mayoría de los amenazantes pronósticos sobre el sector no han ocurrido”.

 

Ninguna de las grandes gestoras de private equity ha desaparecido y, a pesar de que el futuro todavía es incierto, parece poco probable que lo hagan en un futuro próximo. Sobre todo, teniendo en cuenta que a lo largo de los últimos trimestres las valoraciones de las carteras han mejorado sustancialmente y las distribuciones a los inversores están empezando a recuperarse con la actividad de las salidas a bolsa.

 

Es cierto que algunas gestoras están atravesando graves problemas para captar dinero o han sido forzadas por sus inversores a reducir el tamaño de los fondos actuales, pero apenas supera la decena las gestoras que han cesado su actividad o estén a punto de hacerlo, de las más de mil gestoras de private equity que existen en la actualidad.

 

En los últimos doces meses, tampoco hemos asistido a tantas suspensiones de pagos de empresas participadas por fondos de private equity como se había anticipado. A pesar de que que los elevados niveles de apalancamiento han obligado a complicadas restructuraciones de los balances de las compañías, provocando en algunos casos la “entrega de las llaves de la empresa” a los bancos, no ha ocurrido en el número e intensidad que se esperaba.

 

Como afirmaba Rubenstein, ”ninguna de las grandes compañías que han suspendido de pagos a lo largo de los últimos doce meses estaba participada por fondos de private equity”.

 

Otra de las amenazas que hacían temer por el futuro del sector estaba fundamentada en la reticencia de los grandes inversores instituciones a cumplir sus compromisos de inversión con los fondos.

 

En este sentido, y pese a que algunos inversores se han visto obligados a acudir al mercado secundario para reducir sus carteras de fondos de private equity, la amplia mayoría de los inversores –salvo contadas excepciones- han desembolsado sus compromisos de inversión.

 

Por último, también se anticipaba una preocupante avalancha de nueva regulación financiera sobre el sector que podía incluso amenazar la continuidad del mismo.

 

Se ha hablado mucho en los últimos meses sobre el marco regulatorio más adecuado para las inversiones alternativas, y parece asumido entre los principales reguladores que la actividad de private equity no supone un riesgo sistémico para los mercados financieros, que es lo que realmente preocupa tanto en Bruselas como en Washington. Es cierto que es inminente nueva regulación para el sector, pero parece poco razonable pensar que pueda “asfixiar o extinguir” la actividad del sector.

 

Si bien la situación macroeconómica es incierta, y probablemente todavía estemos muy lejos de ver la salida de la crisis, es lógico pensar que la actividad del private equity seguirá existiendo y que aquellos gestores que sean capaces de generar buenos retornos contarán con la confianza de los inversores durante mucho tiempo.

Hace exactamente doce meses, durante el duro primer trimestre de 2009, fueron muchos los analistas financieros que se anticiparon a anunciar el apocalipsis del sector del private equity. Todo era negro y el fin se aproximaba. Incluso algunos estudios,  firmados por instituciones de primera fila como el IESE y la consultora Boston Consulting Group, predecían que hasta el 40% de las gestoras de private equity estaban condenadas a desaparecer.

Analistas Financieros Internacionales (AFI) Sector Financiero