¿Es Romney el CEO que América necesita?

La semana pasada en Tampa (Florida) el Partido Republicano oficializó la nominación de Mitt Romney como candidato a presidente de Estados Unidos para las próximas elecciones de noviembre.

A lo largo de los próximos dos meses se va a analizar con máxima atención la trayectoria profesional de Romney y, muy especialmente, sus quince años como máximo ejecutivo de Bain Capital, una de las mayores gestoras de private equity del mundo.

Mientras la campaña republicana enfatiza la valiosa carrera profesional de su candidato como CEO de Bain Capital, la potente maquinaria demócrata hace hincapié en la destrucción de empleo y las malas prácticas de Mitt invirtiendo en compañías americanas.

Un análisis riguroso de los hechos y resultados, lejos del intenso ruido mediático, muestran un balance positivo de  Romney como gestor. El recién nombrado candidato empezó a trabajar en la división de consultoría de Bain&Co a principios de los ochenta y en 1984 fue nombrado primer ejecutivo de Bain Capital, un negocio incipiente que pretendía captar fondos entre inversores institucionales para tomar el control de empresas no cotizadas.

En la misma época en que Steve Jobs lanzaba el primer Macintosh al mercado, Romney y su equipo empezaron a tener conversaciones con los principales inversores institucionales americanos para que invirtieran en el primer fondo de la recién creada Bain Capital. Después de casi dos años dando vueltas por las principales ciudades del país, se constituyó el primer fondo de private equity de Bain Capital con 37 millones de dólares.

Este fondo fue invertido con éxito obteniendo rentabilidades anuales superiores al 20%, lo que ayudó a poder captar fondos sucesivos suscritos por un número creciente de grandes fondos de pensiones y oficinas familiares americanas. Cuando Mitt dejó Bain Capital en 1999 para ser el primer ejecutivo de la organización de los Juegos Olímpicos de invierno de Salt Lake City, Bain captó 1.200 millones de dólares en su fondo VI.    

Durante los 15 años que Romney dirigió Bain Capital, la gestora invirtió con éxito en más de 50 compañías como Domino’s Pizza, Staples o la cadena de droguerías especializadas Duane Reade. No todas las inversiones fueron exitosas y aproximadamente un 10% de las mismas acabaron en suspensión de pagos.

Las inversiones realizadas por Bain mientras Mitt ejercía como primer ejecutivo obtuvieron rentabilidades anuales superiores al 25%, lo que explica la confianza de los inversores para suscribir cada vez fondos mayores. El último fondo captado por Bain Capital supera los 10.000 millones de dólares. En la actualidad, Bain Capital es una de las mayores gestoras de private equity del mundo con más de 70.000 millones de dólares bajo gestión y cuenta con 900 empleados ubicados en 11 oficinas de todo el mundo.

La exitosa trayectoria en Bain Capital le permitió a Romney generar un patrimonio estimado de 250 millones de dólares, lo que le convierte en el candidato a ocupar la Casa Blanca con el mayor patrimonio financiero en la historia reciente de Estados Unidos, algo que no pasa desapercibido para el Partido Demócrata en un entorno cada vez mas dividido entre los súper ricos (top 1%) y los que no puede pagar sus hipotecas.

La experiencia gestora de Rommney es uno de los pilares de la candidatura republicana que le posiciona como el “CEO que America necesita” frente a la ausencia de experiencia como gestor de Obama en el mundo empresarial. Sin embargo, tener éxito en la empresa privada no garantiza ser un buen presidente, y como el propio Reagan puso en evidencia, algunos de los mejores inquilinos de la oficina más poderosa del mundo, carecían de experiencia en esta área.

No olvidemos tampoco que “ganar” unas elecciones a un presidente “in-office” no es fácil, ya que sólo ha ocurrido muy pocas veces en la historia reciente. Asimismo, Obama es un excelente candidato como ya demostró hace cuatro años, protagonizando una de las campañas a la Casa Blanca más espectaculares que se recuerdan.   

Quedan más de dos meses para conocer el resultado de esta apasionante “carrera” entre el presidente de Estados Unidos y un excelente gestor que creó una de las gestoras de referencia en el sector de private equity.