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Bain se queda con Atento y esto no ha hecho más que empezar
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Ignacio Sarría

Secretos del Private Equity

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Bain se queda con Atento y esto no ha hecho más que empezar

En vísperas del 12 de octubre, Telefónica firmaba el acuerdo para vender Atento, el segundo mayor operador de call centers en el mundo, a Bain Capital,

En vísperas del 12 de octubre, Telefónica firmaba el acuerdo para vender Atento, el segundo mayor operador de call centers en el mundo, a Bain Capital, una de las mayores gestoras de fondos de private equity, por mas de 1.000 millones de euros, incluyendo un pago aplazado en  función de los resultados futuros.

El proceso no ha sido sencillo. Después de una OPV frustrada por la débil demanda institucional, se llevó a cabo un proceso de venta que despertó mucho interés y en el cual tres grandes gestoras de capital riesgo internacionales –Apollo, Permira y Bain– fueron seleccionadas como finalistas para adquirir una de las filiales más deseadas del grupo Telefónica.

A pesar de las incertidumbres que azotan la economía española, Atento es la joya de la corona en el sector de los call centers por su liderazgo indiscutible en el mercado latinoamericano, que representa el 85% de su cifra de negocio y donde solo en Brasil se genera el 54% de las ventas.

Las principales páginas webs especializadas en monitorizar las operaciones de capital riesgo en el mundo incluían grandes titulares el pasado viernes con el mensaje “Bain lleva a cabo la primera inversión de capital riesgo en España en su historia”poniendo en contexto la incertidumbre que asola a la cuarta mayor economía europea.

Precisamente un día antes de que se sellara el acuerdo, Standard&Poors anunciaba que rebajaba el rating de España en dos escalones hasta dejarlo al borde del “bono basura”, lo que no impidió que Bain Capital anunciara unas horas más tarde que llevaba a cabo la primera inversión en una compañía española a lo largo de sus casi tres décadas de historia.

Como casi nada en la vida, no es casualidad que la mayor operación de capital riesgo desde la adquisición de Amadeus en 2005 se haya llevado a cabo siete años después y en un entorno macroeconómico de máxima incertidumbre.

Las grandes empresas españolas, como ha sido el caso de Telefónica, tienen cada vez más presión para explorar alternativas para reducir su elevado endeudamiento. La venta de filiales saneadas es una de las operaciones que cada vez vamos a ver con más frecuencia entre las principales compañías e instituciones financieras.    

No hace mucho me decía un conocido gestor de fondos de capital riesgo americano que lleva intentando, con poco éxito, adquirir filiales de grandes compañías españolas, que “los CEOs españoles son en general buenos compradores de negocios, pero no son vendedores; la venta no se considera, aunque eso sí, adquirir siempre está en la agenda”.

Esta política de adquisiciones, que ha permitido a muchas empresas españolas consolidarse con éxito como grandes jugadores internacionales, parece que ha llegado a su fin, o por lo menos asistiremos a una tregua mientras se recupera la senda de crecimiento.

Los grandes gestores de private equity internacionales están muy encima de las decisiones estratégicas de los consejos de administración de las grandes compañías españolas que pueden generar oportunidades interesantes de inversión. Muchas empresas españolas, incluyendo a las grandes instituciones financieras, poseen en sus balances activos valiosos y muy bien gestionados que hasta ahora nunca han estado disponibles, pero el mundo ha cambiado para todos.

Pocos podrían imaginar hace un tiempo que Bain Capital, la gestora de capital riesgo basada en Boston y fundada por el candidato a la Casa Blanca por el Partido Republicano, iba a convertirse en el nuevo propietario de Atento y esto no ha hecho más que empezar.

En vísperas del 12 de octubre, Telefónica firmaba el acuerdo para vender Atento, el segundo mayor operador de call centers en el mundo, a Bain Capital, una de las mayores gestoras de fondos de private equity, por mas de 1.000 millones de euros, incluyendo un pago aplazado en  función de los resultados futuros.