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El Ibex 35 no estaba muerto, estaba repartiendo cañas
El índice de referencia de la bolsa española suele quedarse atrás con respecto a sus homólogos europeos. Pero lo hace, en buena medida, por la elevada rentabilidad por dividendo que ofrece
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Uno de los mejores titulares que he leído en mi vida decía lo siguiente: "El Ibex no había muerto, estaba tomando cañas". El autor era José Antonio Fernández-Hódar, genial analista y colaborador de Expansión. Hódar era así, certero y guasón. Y demostraba que se puede hablar de bolsa de forma amena e incluso coloquial, sin ser por ello menos veraz.
Así que hoy, en memoria de Hódar, os propongo que hablemos de ese Ibex que, a veces, se nos va de cañas. Lo cierto es que el índice de referencia de la bolsa española es un poco el pupas de Europa. Es verdad que en 2024 ha cerrado el año sacando pecho, con una rentabilidad del 15% que bate a la mayoría de mercados vecinos. Pero esto no suele ser lo habitual.
En los últimos cinco años, por ejemplo, el Ibex sube un 24%, donde el EuroStoxx 50 sube un 31%. Y si ampliamos el plazo a diez años, la rentabilidad del Ibex es del 13%, frente al 56% que sube la bolsa europea.
¿A qué se debe esto? La respuesta radica, en buena medida, en los dividendos. Para poder entender la cuestión, es bueno recordar el concepto de índice bursátil. Es un tipo de indicador que permite hacerse una idea de lo que hace una bolsa en su conjunto. Para ello, selecciona a las compañías más representativas de ese mercado y calcula su revalorización.
Sin embargo, la mayoría de los índices no tiene en cuenta el pago de dividendos (salvo el Dax alemán, no me preguntéis por qué). Dicho de otro modo: si compras acciones de todas las empresas que integran el Ibex 35, respetando el peso que cada una de ellas tiene en el índice, ganarás más de lo que suba formalmente el Ibex. Porque muchos de esos valores pagan dividendos a los accionistas y eso el índice no lo refleja.
Además, el hecho de pagar dividendos afecta negativamente a la cotización de una compañía. El mercado descuenta ese pago, ya que al repartir el dinero la empresa se descapitaliza en cierta medida. Tiene menos dinero en caja y, por tanto, vale un poco menos que antes.
Para sortear este efecto, los índices suelen contar con una versión alternativa que lleva la coletilla total return o retorno total. Esta versión refleja qué es lo que habría hecho ese mismo índice si se hubieran reinvertido todos los dividendos obtenidos. Y ahí el cuento cambia bastante. Por ejemplo, el Ibex 35 Total Return sube un 49% en los últimos cinco años. El doble que la versión estándar.
El Ibex 35 Total Return sube un 49% en los últimos cinco años. El doble que la versión estándar
Casi todos los índices cuentan con una versión con dividendos (salvo el Dax, que no la necesita). Por cierto que esta versión es clave a la hora de evaluar la rentabilidad de un fondo de inversión. A fin de cuentas, si inviertes en un fondo de bolsa, lo mínimo que deberías pedirle es que lo haga mejor que el índice. Y dado que tu fondo cobra y reinvierte los dividendos de las compañías que tiene en cartera, lo lógico es compararlo con la modalidad total return.
Llegados a este punto, puede que te preguntes qué tiene todo esto que ver con que el Ibex lo haga peor que otros mercados. Pues sencillamente porque reparte más dividendos que la mayoría. El índice español es junto con el MIB 40 italiano, el que mayor entabilidad por dividendo ofrece en Europa (en torno al 4%). Y la generosidad con el accionista penaliza la cotización de las compañías españolas. Como explica un reciente informe publicado por la CNMV, "el descuento del dividendo ordinario a la hora de calcular el Ibex 35 penaliza su revaloración y esto afecta, por tanto, al comportamiento del índice. En definitiva, una alta rentabilidad por dividendo complica la tendencia alcista del selectivo".
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En cambio, el S&P 500 de la bolsa americana presenta una rentabilidad por dividendo mucho más reducida. La mitad que el Ibex, de hecho. Esto es así porque muchas compañías americanas prefieren reinvertir sus beneficios para seguir creciendo. Y las que sí quieren remunerar al accionista optan a menudo por un método distinto: la recompra de acciones.
Esto no quiere decir que el S&P 500 suba más que el Ibex sólo porque la rentabilidad por dividendo sea menor. Lógicamente, lo más relevante es el devenir de las empresas estadounidenses y de la economía en su conjunto. Pero esto no quita para que el Ibex juegue con un brazo atado a la espalda. Y es que, como diría Hódar, nuestro índice se pasa la vida de cañas. En este caso, repartiéndolas.
Uno de los mejores titulares que he leído en mi vida decía lo siguiente: "El Ibex no había muerto, estaba tomando cañas". El autor era José Antonio Fernández-Hódar, genial analista y colaborador de Expansión. Hódar era así, certero y guasón. Y demostraba que se puede hablar de bolsa de forma amena e incluso coloquial, sin ser por ello menos veraz.