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El mito de la caverna
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Víctor Alvargonzález

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El mito de la caverna

Es de esas historias que no les das importancia cuando te las cuentan en el colegio, porque estás a otras cosas, pero que, luego, curiosamente, nunca

Es de esas historias que no les das importancia cuando te las cuentan en el colegio, porque estás a otras cosas, pero que, luego, curiosamente, nunca se te olvidan. Me refiero al mito de la caverna. Cuenta Platón que en una caverna se encuentra un grupo de hombres, prisioneros y encadenados desde su nacimiento, de forma que únicamente pueden mirar hacia la pared del fondo de la caverna, sin poder nunca girar la cabeza. Detrás de ellos, un muro con un pasillo y, seguidamente, una hoguera y luego la entrada de la cueva, que da al exterior. Por el pasillo del muro circulan hombres, portando todo tipo de objetos, cuyas sombras, gracias a la iluminación de la hoguera, se proyectan en la pared que los prisioneros pueden ver.

Estos hombres encadenados se hallan condenados a tomar únicamente por ciertas todas y cada una de las sombras proyectadas, ya que no pueden conocer nada de lo que acontece a sus espaldas. Si uno de estos hombres fuese liberado y obligado a volverse hacia la luz de la hoguera, contemplaría una realidad más profunda y completa, ya que es causa y fundamento de la primera que está compuesta sólo de apariencias. Y una vez fuera de la caverna sería consciente de la verdadera realidad exterior (hombres, árboles, lagos, astros, etc.). La alegoría acaba al hacer entrar de nuevo al prisionero al interior de la caverna para "liberar" a sus antiguos compañeros de cadenas, lo que haría que éstos se rieran de él e incluso le ataquen cuando este les recomienda salir a la luz.

Hace ya más de tres años que insistimos en que la mayoría de los inversores españoles viven mirando sólo a la economía española y se obstinan en intentar ganar dinero en nuestra bolsa, siendo minoría los que decidieron liquidar sus posiciones en bolsa española y, siguiendo consejos como el nuestro, dirigieron sus miradas a Norteamérica o a los mercados emergentes. Como en el mito de la caverna, fueron muy pocos los que decidieron salir a la luz y ver la realidad, que no es otra que España se ha convertido en una apariencia de realidad económica y bursátil que no refleja la situación económica de buena parte del mundo y el hecho de que este año ha sido un excelente año bursátil en muchos países, donde los mercados han descontado una cada vez más que posible salida de la recesión global.

Entre los ahorradores e inversores más conservadores también tenemos a la mayoría castigados de cara a la pared. Mientras la búsqueda de seguridad hacía subir como la espuma los fondos que invierten en bonos de los países solventes y/o creíbles –aunque advierto que ahora esa tendencia ha cambiado–, y el proceso de desapalancamiento empresarial hacía subir la renta fija corporativa (activo que también dejó recientemente de estar recomendado por esta casa, en su vertiente de alta duración), superando ambos en rentabilidad y por goleada a cualquier depósito español, la mayoría de los inversores se perdía ese “rally” y se condenaba voluntariamente a las cadenas del depósito anual o, peor todavía, a las de un fondo garantizado de esos que garantiza seguridad –ya veremos en el futuro que las garantías tampoco son todas iguales–, pero lo que desde luego garantiza es baja rentabilidad. Y si no que se lo pregunten a los que han tenido uno y han hecho las cuentas.

Vivimos pensando que lo que ocurre aquí es extrapolable al resto del mundo. Pensamos que como la economía española es un desastre en el resto del mundo pasa lo mismo. Viendo a nuestro Ibex bajar un 15% este año más de uno se creerá que estoy bromeando si le digo que la media de fondos que invierten en Asia ha obtenido una rentabilidad (incluyendo efecto divisa) del 38,64. %, según datos de Morningstar, y eso que incluye a Japón, país al que tal y como dice nuestro presidente cada día nos parecemos más (es otra de las pocas bolsas que está en negativo).

Como en el mito de la caverna, me pusieron verde e incluso me tacharon de antipatriota –y eso que soy apolítico a más bien “antipolítico” de cualquier color– por decir que era mucho mejor invertir en Norteamérica que en España, especialmente en fondos de tecnología, y ya ven ustedes: los fondos norteamericanos orientados al crecimiento (Growth) que invierten en empresas de alta capitalización –o sea, que no son precisamente chicharros– y que dan peso al sector tecnológico, acumulan este año una rentabilidad del 11,24%, que sube al 20,57% para quien se expuso al dólar (que reconozco en nuestro caso fue solo de forma temporal).

La recomendación, que internamente llamábamos “vacaciones inversoras”, ha sido de las más fáciles de mi vida. Nunca ha sido tan evidente que lo de fuera de la caverna era mejor que lo de dentro. En cuanto a la recomendación de “mejor fondos de bonos que depósitos” fue algo más arriesgada, pues bancos y cajas españolas estaban –y están– hasta tal punto con el agua al cuello que pagan “lo que sea” por obtener liquidez, pero precisamente verles hacer esa locura –que o bien pagarán sus accionistas o bien pagaremos todos los españoles o ambas cosas–, pero la seguridad que daba recomendar un bono alemán o de una empresa de primer nivel europea o norteamericana facilitó la decisión.

Lo peor de todo esto es que mucha gente leerá este artículo y seguirá mirando a la pared de la caverna, pese a que desgraciadamente la situación no va a cambiar a corto o medio plazo, porque España efectivamente cada vez se va a parecer más a Japón si no hay una auténtica revolución económica, fiscal e incluso política (y me refiero a renovación de la clase política, no a pegar tiros), y que mientras esto siga así es mejor invertir fuera, que además utilizando fondos de inversión es tan sencillo como invertir en España.

En cuanto a los ahorradores, cuidado con creerse lo de que el FROB es la solución al problema financiero español y que aquí no pasa nada. Eso es lo que nos cuentan los políticos (de todos los partidos), asustados con que si se liquidan entidades “zombis” salga la basura que tienen debajo de la alfombra, y que prefieren las sombras de las fusiones “frías” - que deberían llamarse así porque te dejaría helado ver con que descaro se gasta dinero publico en evitar que afloren responsabilidades políticas e incluso posiblemente penales – a la realidad de un proceso serio de limpieza y saneamiento.

Cuidado, porque a lo mejor el que llega de fuera de la caverna un día de estos es un organismo supranacional (el FMI, la UE...) y dice que ni FROB ni FRAB, que hay que meterle mano al sistema financiero español, porque es el gran peligro para nuestra solvencia en los próximos años. Les aseguro que como español estoy deseando cambiar mi recomendación, pero yo me debo a los inversores, especialmente a nuestros clientes, y a día de hoy mi sugerencia es la misma que  cuando empezó a gestarse la crisis: salgan un rato de la caverna, miren al mundo, ganen dinero donde hay vida económica y vuelvan cuando en la pared de la caverna pongan al menos una tele de plasma de 42 pulgadas y alta definición.

Que pasen unas muy felices fiestas navideñas.

*Víctor Alvargonzález consejero delegado de PROFIM, Asesores Patrimoniales, EAFI

Es de esas historias que no les das importancia cuando te las cuentan en el colegio, porque estás a otras cosas, pero que, luego, curiosamente, nunca se te olvidan. Me refiero al mito de la caverna. Cuenta Platón que en una caverna se encuentra un grupo de hombres, prisioneros y encadenados desde su nacimiento, de forma que únicamente pueden mirar hacia la pared del fondo de la caverna, sin poder nunca girar la cabeza. Detrás de ellos, un muro con un pasillo y, seguidamente, una hoguera y luego la entrada de la cueva, que da al exterior. Por el pasillo del muro circulan hombres, portando todo tipo de objetos, cuyas sombras, gracias a la iluminación de la hoguera, se proyectan en la pared que los prisioneros pueden ver.