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Aprovechar la especulación para ganar dinero
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Víctor Alvargonzález

Telón de Fondo

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Aprovechar la especulación para ganar dinero

Hoy vamos a hablar de especular. De malvados especuladores (¡qué miedo!). De esos que se reúnen en sitios oscuros y secretos para hacer daño a políticos

Hoy vamos a hablar de especular. De malvados especuladores (¡qué miedo!). De esos que se reúnen en sitios oscuros y secretos para hacer daño a políticos bondadosos a los que -pobrecitos- solo les mueve la búsqueda del bien general y el espíritu de servicio hacia los ciudadanos.

Pero no, no vamos a hablar de esos tan malvados que se meten con España y encima nos llaman PIGS. Vamos a hablar -ahora en serio-  de especular en el sentido técnico de la palabra, de aprovechar divergencias financieras para ganar dinero, que es lo que hacen los especuladores, y que obviamente no lo hacen para fastidiar a nadie, sino para ganar dinero con las anomalías que se generan en los mercados.

Era una anomalía que España pagara lo mismo que Alemania por endeudarse. Era absolutamente ridículo plantearse que ambos jugábamos en la misma liga. Era como decir que yo entro en un banco y me conceden un crédito en las mismas condiciones que al señor Amancio Ortega o a las hermanas Koplowitz. Sencillamente ridículo. Pero el diferencial con Alemania era cero y la mayoría de la gente lo consideraba normal. Excepto nosotros. Y los malvados especuladores, claro.

Así que hoy les planteamos una situación que, si bien tiene mucha más base que lo de que España tuviera diferencial cero con Alemania, podría ser una anomalía que permitiera ganar dinero a quien tenga el estómago de tomar ese riesgo que, aviso, no es pequeño. Es más, si alguien no tiene espíritu de especulador, en el sentido de ser un inversor con alta capacidad de asumir riesgos, tal vez sea mejor que no siga leyendo o, como dicen en los anuncios de automóviles, evite poner en práctica lo que viene a continuación por el riesgo que conlleva.

El caso es que se ha iniciado una revuelta en el mundo árabe y, claro, el petróleo se dispara al alza y las bolsas de aquellos países caen en picado ante la posibilidad de que acaben en la anarquía o en manos de gobiernos islamistas que preconizan la guerra santa. Como decía al principio, al contrario que la presencia de España en la Champions League, esto sí que tiene base real, porque es perfectamente posible que acabe materializándose el escenario “Armagedon” mencionado anteriormente. Es más, soy de los que piensa que no va a ser ahora, pero que ese es el escenario que nos depara el futuro (si les interesa el tema pueden ver un “post” mío anterior titulado “Los ricos no hacen Ramadán” y otro titulado “Por qué no recomiendo vender”).

Ahora bien, si lo de ahora no acaba ni en anarquía ni en República Islámica de Arabia Saudita, es decir, si finalmente se estabiliza la situación después de que caigan algunos dictadores (Egipto, Libia, Túnez...) y otros realicen reformas y/o se dejen una pasta en tranquilizar a la población (Bahréin, Arabia Saudita, otros países del Golfo...), entonces podríamos estar ante una interesante anomalía financiera.

Miren el grafico que les presento a continuación:

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La línea azul representa el precio del petróleo (Brent). Las líneas verde y naranja representan la evolución de dos fondos de inversión que invierten el grueso de su patrimonio en países árabes productores de petróleo. Como puede apreciarse, en una situación normal se mueven en la misma dirección. Es lógico. Si un país vive de vender algo y ese algo sube de precio, el país gana más (menos en Libia y algún otro parecido, que pese a ser solo seis millones de personas y tener petróleo por un tubo, la mayoría de la población vivía en la indigencia). Y viceversa, claro. Pero últimamente se produce una clara divergencia como consecuencia de la situación política en estos países (o más bien influencia de lo que pasa en otros, especialmente en Libia). Lo que vemos es como el precio del bien del que viven -el petróleo- sube como la espuma, mientras que las bolsas de estos países -representadas en esta ocasión por los dos fondos seleccionados- caen a plomo. Ante esto, el razonamiento es muy simple: si vamos a la anarquía yo a que los países del Golfo caigan en manos de los islamistas radicales, entonces la divergencia irá a más y no es una anomalía sino un cambio de tendencia. Ahora bien, como se estabilice la situación y no triunfe la anarquía y/o la República Islámica tenga que posponerse, entonces asistimos a una oportunidad especulativa como un piano.

¿Recomiendo aprovecharla? Esperaría un poco a ver dónde se frena esta revuelta -o si se frena, que todavía no está del todo claro-, con lo que obviamente perdería el primer euro, pero si fuera así, si una vez definida la situación en Libia se enfría el posible contagio a los países realmente importantes (Arabia Saudita y resto de productores de crudo del Golfo) y en el caso de ser un inversor muy agresivo -condición básica-  me pondría un “stop” de pérdidas y a continuación compraría fondos de este tipo, mientras que a la vez me pondría “corto” en petróleo (hoy en día es muy sencillo hacer ambas cosas), es decir, una apuesta porque el petróleo bajara y volviera a niveles acordes con una situación más estable. Todo de forma temporal, porque el especulador, aparte de malvado y feo -que es como supongo se los imagina “Pepiño” Blanco- opera a corto plazo (eso es cierto) y lo que les presento hoy es una idea puramente especulativa. No vamos a hablar siempre de inversiones a medio y largo plazo. Los malvados especuladores también tienen derecho a vivir…, y a que les sugiramos ideas para invertir.

Hoy vamos a hablar de especular. De malvados especuladores (¡qué miedo!). De esos que se reúnen en sitios oscuros y secretos para hacer daño a políticos bondadosos a los que -pobrecitos- solo les mueve la búsqueda del bien general y el espíritu de servicio hacia los ciudadanos.