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Víctor Alvargonzález

Telón de Fondo

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Ocasionalmente aprovecho que me permiten publicar un blog para darme el placer de opinar sobre algo que, si bien siempre tiene que ver con la economía

Ocasionalmente aprovecho que me permiten publicar un blog para darme el placer de opinar sobre algo que, si bien siempre tiene que ver con la economía y las finanzas –a veces más de lo que parece– inicialmente tiene un alto componente político.

Mi misión, o al menos la que yo me auto impongo cada semana, es hablar de aquello que conozco y en lo que pueda aportar algo a quienes tienen el detalle de leerme. Y eso se limita al mundo de ahorro y la inversión, pues mi trabajo es ayudar a la gente a invertir bien su dinero. Como les explicaba a mis hijos cuando eran pequeños, igual que los médicos cuidan del cuerpo de la gente, yo cuido de sus ahorros. No saben Uds. lo mal que lo pasé hasta que di con una explicación así de simple, porque ¿cómo le explicas a un niño de 10 años que eres “asesor financiero independiente”?

Así que, aclarado cuál es mi negociado y que eso es lo que trato de hacer todas las semanas, la realidad obliga y, desgraciadamente, en la actualidad muchas veces mi tarea implica hablar de política, porque los políticos han cogido las riendas de la economía como nunca antes en la historia (Dios nos coja confesados). Hoy les propongo un tema mixto: hablar de una situación profundamente injusta que nos afecta a todos –política– y la nefasta consecuencia económica que puede tener si no se empiezan a poner los medios para solucionarla.

¿Se han dado Uds. cuenta de que cada vez que una entidad financiera comete un error de gestión la situación se arregla poniendo dinero de los contribuyentes? En cualquier otro sector el que la hace la paga, pero en este no. La excusa –como diría Goebbels, nada como repetir constantemente una mentira para convertirla en una verdad– es que presentan “riesgo sistémico”, es decir, que si ellos “palman”, vamos todo detrás. 

Y yo me pregunto ¿presentaba riesgo sistémico la CCM? ¿Y la CAM? ¿Y las que no se han intervenido oficialmente pero que se mantienen vivas con dinero público? Por supuesto que no. Habría sido mucho más sano para el sistema venderlas por un euro y dedicar el dinero del FROB a cubrir –si fuera necesario– a los depositantes, y no a poner recursos año tras año para mantener en su sillón a políticos y/o evitar que salga a la luz la basura que hay debajo de la alfombra. No olviden que aquí se da una confluencia de intereses: en los “bancocajas” hay políticos de todos los colores (incluido el rojo, el verde, el granate y el azul). A nadie interesa una limpia generalizada, porque “hoy le toca a mi enemigo, pero mañana me puede tocar a mi”. Y que no nos engañen: las entidades están así porque sus gestores se equivocaron, y lo hicieron incluso a sabiendas, porque eran conscientes de que no tenían accionistas que les exigieran responsabilidades si sus riesgos y apaños políticos acababan mal.

Y ahora tenemos un nuevo capítulo del folletín: la recapitalización de los bancos europeos. Esta sí que es inevitable, pero no por concepto o dogma de fe: es inevitable porque se ha permitido –los políticos han permitido– que un problema pequeño –Grecia representa menos del 3% del PIB europeo– se convierta en un riesgo sistémico y pueda contagiar a la deuda pública de España e Italia. 

Si las medidas que se están planteando para la próxima cumbre europea se hubieran planteado hace un año (más de uno las propusimos –y publicamos– entonces) habrían funcionado –ahora no sabemos si es demasiado tarde– y desde luego el fondo de rescate nos habría costado la cuarta parte, por la sencilla razón que no habría habido que utilizarlo. Habría sido como el primo de Zumosol: bastaría su presencia para intimidar al niño pendenciero. Ahora, el primo de Zumosol va a tener que entrar en la pelea. Y el público en esta ocasión es como el de un “afterhours” a las cinco de la mañana.

Pero la idea es siempre la misma: los bancos la “pringan” y como al final el dinero financia al poder –o le garantiza un bonito retiro– el pato lo pagamos nosotros, especialmente los “pringados” de la nómina. ¿Es o no es para indignarse? Y no me acusen de capitalizar el 15-M. Sería ridículo. Tan ridículo como ver ahora a los políticos unirse a la indignación que se generó ¡precisamente cuando ellos mismos gobernaban! Estoy totalmente en desacuerdo con las propuestas económicas de los “indignados” (aunque entiendo y comparto su indignación), y no las comparto porque creo que llevan a aumentar el problema: por ejemplo, cuando piden más bancos públicos están pidiendo más cajas de ahorros –con la que nos van a costar las cajas– porque ¿qué es sino un banco público? Una caja de ahorros, pero a lo bestia. 

Yo entiendo que propongan la utopía –son jóvenes– pero solo comparto su indignación, no su programa. En otras palabras, y como un inciso: propongo un movimiento de “indignados” con chaqueta, entradas en el pelo, algunas –o muchas– canas y muchas horas de trabajo a sus espaldas. Y doblemente indignados, porque, como los jóvenes, sufrimos las consecuencias de las acciones de políticos y banqueros, pero nosotros encima tenemos que hacernos cargo de la cuenta (vía impuestos).

Pero volvamos a la economía, porque, como diría Eugenio, ¿saben la última (el diría “la de aquel que”) de los bancos europeos? Que hay que preparar 200.000 M€ para “recapitalizarlos” (y, por favor, no se sientan incluidos ni ofendidos por mis palabras los bancos que no tienen que ser recapitalizados con dinero público, sino que van a acudir al mercado) ¿Y saben por qué hay que “recapitalizarlos”, es decir, meterles dinero de nuestros impuestos? Pues les voy a explicar el caso español, que es el más fácil de entender porque lo tenemos muy cerca.

Desde hace cierto tiempo, estos genios que pilotan algunos bancos se metieron a competir en la llamada “guerra de los depósitos”, pagando tipos altos a los inversores, tipos que no aguanta la cuenta de resultados de un banco que no tenga un considerable músculo financiero, y menos como estaban ya entonces los bancos. Pero como son “amos del universo” tienen ideas geniales: tomemos dinero al 4% y coloquémoslo al 5% en deuda pública española  (es obvio que no han dedicado ese dinero a dar créditos). Ganamos solo un 1%, pero cuando hablas de cientos de miles de millones invertidos en deuda pública ese margen es mucho dinero.

Así que “¡qué grande eres Borja Mari!”, y del dicho al hecho: a comprar bonos con dinero captado en depósitos.¿Y saben en que se equivocó Borja Mari? En que si España paga una prima de riesgo es porque hay riesgo de que los bonos bajen de precio –y no quieran ni imaginar que se materialice en un “default” –, así que, de repente, los bancos tienen invertido un pastón en bonos que pierden valor, comprados con fondos captados a un año de vencimiento, es decir que si el cliente no renueva hay que pagarle teóricamente con algo que ha perdido valor. En otras palabras: hay riesgo de que haya que materializar la pérdida.

Resumiendo: los bancos europeos tienen pérdidas no realizadas en deuda pública de largo plazo de tal cuantía que el FMI calcula que pueden representar la friolera de 200.000 millones de euros. No sé cuanto corresponde a los españoles –los más activos, fuera no estaban tan locos como para ponerse a pagar extratipos cuando estaban como estaban–, y no quiero ni pensarlo. Y la Administración española sin decir esta boca es mía, claro, porque si los bancos españoles compraban la deuda española que no quería el mercado se mantenía la ilusión de que hay demanda de bonos españoles (bueno, hasta que los bancos se dan cuenta de que Borja Mari se equivocó y entonces el que pasa a comprar los bonos es el BCE, y así hasta que se canse y diga que ya no juega…).

Cometieron un terrible y en algunos casos doloso error al financiar sin ninguna prudencia la burbuja inmobiliaria, han vuelto a liarla comprando ingentes cantidades de bonos con dinero de depósitos –sin que los políticos les dijeran ni hicieran nada al respecto hasta hace solo unos meses– y ahora hay que “recapitalizarlos”. Algunos lo harán con su propio dinero o acudiendo exclusivamente al mercado –“chapeau”, unos señores que asumen sus errores–, pero otros lo recibirán de Ud. y de mí. Y que el bombardeo de comentarios interesados, titulares e informaciones no le confunda: son errores que se podrían haber evitado y los pagaremos Ud. Y yo. Punto pelota, ¿indignante? 

Hasta ahora hemos hablado de políticos (política) y de banca (economía unida a política). Ahora vamos a hablar de economía de verdad, de la que le afecta a Ud. y a mí como ciudadanos y como ahorradores/inversores, porque el FROB, la recapitalización de bancos con fondos públicos y el resto de vergüenzas a las que estamos asistiendo tienen dos consecuencias económicas y financieras importantísimas. La primera es obvia: los que pagamos impuestos pagaremos más impuestos todavía y durante mucho más tiempo. Pura economía (domestica). 

Pero ahí no acaba la cosa. ¿Saben Uds. Por qué no crece la economía europea? ¿Y saben por qué no va a crecer a medio plazo, con efectos evidentes sobre las posibilidades de hacer dinero en las bolsas o en los negocios en general? Porque Occidente está cargado de deudas y Europa se lleva la palma (y encima con la inestimable ayuda del BCE, cuyos economistas no estaban en clase el día de que se habló de cómo se genera la deflación y que deflación no es estabilidad de precios). Hace dos años escribí un artículo y di una conferencia con ese título (“Invertir en un mundo cargado de deudas”) e insisto ahora en la idea. 

Mientras estados, familias y pequeñas empresas estén hasta el cuello de deudas, mientras los bancos no den créditos porque están provisionando pérdidas en el ladrillo –ese que nunca bajaba– y comprando deuda pública que ahora pierde valor, y mientras para pagar esa montaña de deudas generalizada lo único que se les ocurra a los políticos es aumentar los impuestos, ¿de dónde va a salir el dinero para el consumo y la inversión? 

En fin, lo siento si les dejo tan “indignadosdemásdecuarenta” como lo estoy yo, pero también les digo que creo sinceramente que hay una puerta abierta a la esperanza –el pueblo y la democracia acabarán limpiando y renovando la clase política, esa es la grandeza de la democracia– y les invito a que nos demos el placer del “pataleo” en Internet, en Facebook y donde haga falta, que tenemos más de cuarenta, pero no por eso lo vamos a tragar todo. Y más si somos los que pagamos –literalmente– la factura, ¿o no? Que tengan un buen fin de semana.

Ocasionalmente aprovecho que me permiten publicar un blog para darme el placer de opinar sobre algo que, si bien siempre tiene que ver con la economía y las finanzas –a veces más de lo que parece– inicialmente tiene un alto componente político.