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Ángela Merkel no es Tina Turner
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Víctor Alvargonzález

Telón de Fondo

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Ángela Merkel no es Tina Turner

Cada vez resulta más claro cuál va a ser el “timing” de la resolución de la crisis de la deuda europea. Y también cuales son los

Cada vez resulta más claro cuál va a ser el “timing” de la resolución de la crisis de la deuda europea. Y también cuales son los riesgos de que todo se vaya al traste. Tener claras ambas cuestiones es vital para diseñar una estrategia ganadora de cara a 2012.

¿Han visto Uds. alguna vez a la – maravillosa – cantante Tina Turner en un escenario? Ahora se prodiga menos,- lógico, debe andar por los setenta “tacos” -, pero vean un video de esta mujer cuando tenía  sesenta –y  no vean cuando tenía treinta – y se encontrarán ante una maquina de ritmo y velocidad. Vamos, todo lo contrario que Doña Ángela Merkel. La canciller alemana lleva el ritmo de un “panzer” de la segunda guerra mundial. Y, además, tiene claro que ese es “su” ritmo y al que no le guste, pues ya sabe. 

Así que, primera conclusión, amigos inversores: no va a ir al ritmo que Ud. y yo querríamos – el de Tina -. Va a ir a al suyo. Pero esa es la mala noticia. La buena es que va a ir. Y que nadie se le ponga por delante. No es aconsejable ponerse delante de un tanque. El chino aquél de Tiannanmen ahora estaría muerto si la conductora hubiera sido doña Ángela.

Una vez le oí decir a Aznar, el ex presidente de gobierno español, que ya no le preocupaba debatir en el parlamento con Felipe Gonzalez (o algo así). Me llamo la atención porque, con esa cara de zorro que ponía, dijo que era “porque ya le he tomado la medida”. Todos sabemos que Felipe era un gran orador. Pero Aznar “le había tomado la medida”. Y le ganó las elecciones.

Cuando dependes de lo que hagan determinadas personas, que importante es tomarles bien la medida. Yo creo modestamente que se la voy tomando a la señora Merkel. Y desgraciadamente  hoy en día para un estratega de mercados es tan o más importante prever los pasos y reacciones de la Sra. Merkel que predecir lo que va a hacer con los tipos de interés el BCE. No es que me guste. Si ya es difícil predecir tendencias macroeconómicas o financieras, imagínense en lo que se ha convertido mi trabajo desde que lo que tengo que predecir es lo que se les va a pasar por la cabeza a estos políticos que nos han caído en desgracia. De hecho, en muchos casos estoy convencido que no lo saben ni ellos.

Pero volvamos a Dña. Ángela. Es lenta, sólida y no admite el cambio de dirección fácilmente. Recordemos que es un tanque. Y si cambia de rumbo es porque se encuentra ante un precipicio o una montaña. Si los mercados la han metido a veces en vereda ha sido porque la alternativa era despeñar el “panzer”. Es más, personalmente pienso que no la han metido en vereda, sino que ella los ha utilizado.

Porque yo pensaba que era incompetente, como “otros” políticos europeos (no diré nombres), pero según le he ido tomando la medida, me he dado cuenta de que no es incompetente: es maquiavélica. Y juega con un alto nivel de riesgo. En mi opinión la Sra. Merkel ha dejado conscientemente que lo que empezó en Grecia se corrompiera hasta afectar a todas las “cigarras” de Europa. Así ha conseguido que los mercados se pusieran histéricos y le hicieran el trabajo sucio. Los mercados han hecho que Italia se libre de Berlusconi, que adopte planes de austeridad impensables en un país latino, que España ponga en la constitución que seremos buenos, etc., etc. 

Los mercados han cambiado gobiernos y mentes en beneficio de la visión de la señora Merkel de lo que debe ser la Europa en la que ella y sus compatriotas se sienten a gusto, es decir, mucho más parecida a Alemania que a España. Y ojo, yo no digo que eso sea malo. Si vamos a tener que competir con los chinos, más vale que nos parezcamos a los alemanes y no a los griegos.

Otro ejemplo del maquiavelismo de la Sra. Merkel es la jugada del BCE. Es un tema que me tiene alucinado que no mencione ningún analista y casi ningún medio de comunicación, al menos hasta donde yo he visto y oído. Va de lo siguiente: todo el mundo acepta la versión oficial de que el BCE va a dar liquidez ilimitada a los bancos europeos para que no se queden sin “pasta” – más de uno español empezaba a tener telarañas en sus cofres – y para que fluya el crédito en la economía. Esto es absolutamente cierto, por supuesto. 

Pero algún analista y/o periodista avezado ha señalado la posibilidad de que haya una segunda derivada, que sería facilitar la compra masiva de deuda de la periferia europea por parte de los bancos europeos en lugar de hacerlo el BCE (que podría hacerlo avalando ilimitadamente al fondo de rescate, no se crean esas zarandajas de que es ilegal y no puede hacer nada al respecto). Pero señores ¡si esa es la primera derivada! ¡Si le sale bien, la señora Merkel habrá conseguido la famosa compra ilimitada de deuda periférica! Lo que pasa es que lo ha habrá hecho por la puerta de atrás. Para ser alemana reconocerán que ha sido muy española: hecha la ley, hecha la trampa. Ofrezco dinero, de forma ilimitada, al 1% de interés, vía BCE. 

El banco de turno, que tampoco tiene muchas ganas de dar créditos en plena recesión, lo coloca en deuda española a, por ejemplo, tres años y saca un 3,3% (ultima TIR que he visto en las pantallas, ha sido mucho más hace nada). Obtengo un 2,3% “por la cara” y encima está previsto – y se hará, Ángela ha aceptado la propuesta de “su” comité de sabios – que esa deuda esté cubierta – asegurada – hasta en un 30% de su eventual perdida. Como si compras un fondo garantizado que te cubre una caída de hasta un 30% del activo subyacente. Si consideramos que en un desastre sin paliativos como el de Grecia la quita ha sido del 50%, un 30% no es un mal seguro para un bono español. 

Resumiendo: en mi modesta opinión, la Sra. Merkel no va a permitir (¡Nein!) que el BCE compre deuda de quienes prefirieron ser cigarras y no hormigas antes de la crisis, y así queda estupendamente con sus votantes. Pero como sabe que si no hay cortafuegos se acabó lo que se daba, lo que va a hacer es que, con dinero ilimitado del BCE y con la excusa de animar el crédito, sean los bancos europeos quienes lo hagan. Ya tenemos cortafuegos, aunque nos haya salido un poco raro.

¿Conclusiones para el inversor?: buenas. Siempre hemos dicho que la crisis europea tiene una solución clarísima: pacto fiscal duro y creíble y cortafuegos. El pacto fiscal está dibujado, solo queda firmarlo y rubricarlo – que no es poco - y, sobre todo, el sistema sancionador. El cortafuegos es rarillo pero de momento funciona, y sino vean las últimas subastas de deuda española. ¿Los riesgos? Muchos. Tantos como pueden aportar los políticos mediocres que tenemos en Europa ¿Qué pasa si a última hora se ponen chulos y no “descafeínan”, que de estos no te puedes fiar, lo acordado en la última cumbre? ¿Y si luego el régimen sancionador es una broma, como en el anterior pacto de estabilidad? 

Además, como falle el pacto fiscal, la deuda que habrán comprado los bancos “animados” por el BCE perdería automáticamente valor y destrozaría los ya muy perjudicados balances bancarios. Por eso yo preferiría que hubiera sido el propio BCE  - o el fondo de rescate avalado ilimitadamente por el BCE – quien actuara de cortafuegos, pero estamos en “Angela´s world”, el del panzer y el maquiavelismo. El riesgo es, por lo tanto, que lo que de verdad necesitemos sea la rapidez del helicóptero en lugar de la pachorra del tanque y la actitud clara de un Churchill frente al maquiavelismo político de Dña. Ángela. Y de esta ecuación depende, nos guste o no, el escenario de inversión en el que nos vamos a mover en 2012. Eso sí: era pesimista en 2011 – a partir del mes de Julio, como consta en las hemerotecas y en los “post” de esta casa -, pero les diré que mi “feeling” es bastante mejor para 2012. ¡No me falles Ángela! Les deseo una muy feliz Navidad.

Cada vez resulta más claro cuál va a ser el “timing” de la resolución de la crisis de la deuda europea. Y también cuales son los riesgos de que todo se vaya al traste. Tener claras ambas cuestiones es vital para diseñar una estrategia ganadora de cara a 2012.

Angela Merkel