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Víctor Alvargonzález

Telón de Fondo

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A mal tiempo, buenas ideas

Me llama la atención la forma que tenemos muchos españoles de enfrentarnos a la crisis. ¿Qué facturo menos? Subo los precios. Se ve en restaurantes, taxis,

Me llama la atención la forma que tenemos muchos españoles de enfrentarnos a la crisis. ¿Qué facturo menos? Subo los precios. Se ve en restaurantes, taxis, bancos (comisiones) y en lo que les ha costado a los de “el ladrillo nunca baja” adaptarse a que sí, que baja, y que, a más tardes en asumirlo, peor.

Un ejemplo muy llamativo es el del servicio del taxi, al menos en Madrid. Vaya por delante que entiendo y respeto su angustia ante la disminución de la demanda y que simple y llanamente tratan de buscar una solución. Y que a ellos sí que les suben los precios (los del carburante) y los impuestos (como a todos). En su comprensible desesperación van a la solución “de toda la vida”: subir precios, que es lo que hicieron al inicio de la crisis. Y lo hacen porque ni ellos ni muchos otros han vivido antes una situación como esta. Pero desgraciadamente no es la solución y el efecto es el contrario: si antes había pocos viajeros, ahora hay menos. La ciudad está llena de taxis que pululan por las calles. Utilizando la defensa de la subida de precios, hemos llegado a una situación surrealista, y es que puede costarte más el taxi al aeropuerto que el propio vuelo a Barcelona - o incluso a París si lo reservas con tiempo en Internet -, lo cual obviamente es un indicador como un piano de un desequilibrio económico.

No sé cómo se arreglará finalmente la situación del servicio del taxi y les deseo lo mejor, pero si se que la subida de precios no es el camino y que desde luego no es un indicador de lo que va a pasar en España con los precios en el futuro. Es más, en mi modesta opinión, en España los precios solo tienen un camino a medio plazo: a la baja. Y esto presenta consecuencias importantes para inversores y ahorradores.

Pero antes de ir a las consecuencias y como tenerlas en cuenta en nuestra estrategia de inversión, les cuento cual es mi hipótesis, pues el consejo será válido en la medida en que la hipótesis sea acertada. A ver qué opinan Uds.:

Punto 1: España se encamina hacia una recesión profunda y prolongada. En mi modesta opinión ha sido un terrible error que la austeridad se aplique linealmente, como ha hecho el gobierno, y recortar igual en Fomento o en I+D que en ministerios que no generan crecimiento económico alguno (y no me refiero ni a Educación ni a Sanidad). Y también pienso que tiene mucho más sentido económico ahorrar eliminando el Senado y las diputaciones que subir los impuestos quienes pueden sacar al país de la crisis, que no son los políticos, sino los empresarios y los trabajadores. Subir impuestos desmotiva a ambos y si algo necesita el país es motivación. En cambio el Senado no sirve para nada y lo que hacen las diputaciones pueden hacerlo las CCAA. Y también creo que dedicar el dinero a “bancocajas zombis” es mucho menos eficiente que dedicarlo a actividades que generen crecimiento. Y en este punto hablamos de la nada despreciable cantidad de 50.000 M€ o más, según las estimaciones de la mayoría de los analistas ¿se imaginan lo que se podría hacer en pro del crecimiento y la creación de empleo con ese dinero?

Punto 2: en el resto de Europa la situación no será tan dramática – excepto en Portugal, Italia o Grecia, claro -, pero salvo Alemania y el resto del núcleo duro de la zona euro, en el resto en el mejor de los casos habrá estancamiento. Y ya veremos los del núcleo duro, que una gran parte de sus exportaciones se dirigen a la periferia.

Punto 3. Europa se ha disparado en un pie y ha eliminado de forma unilateral la posibilidad de hacer devaluaciones competitivas. Los miembros del euro no pueden devaluar en solitario y el BCE es totalmente “talibán” en este sentido. En paralelo, los norteamericanos son mucho más pragmáticos y no sienten vergüenza alguna por darle a la máquina de imprimir dólares para, entre otras cosas, mantener baja – y por lo tanto competitiva – la cotización de su divisa. En este contexto a Europa, y especialmente a España, que compro todas las papeletas en la rifa de la crisis inmobiliario financiera, solo le queda una salida: la devaluación interna. Si, suena tan mal como es: se trata de reducir salarios y precios en relación con los de los competidores. Es duro, pero es lo que hay, sobre todo si prefieres dedicar el dinero a los “bancocajas” y al Senado antes que a I+D o subir impuestos a vender patrimonio inmobiliario del Estado porque “se malvendería” (ya veremos cómo se “bienvende” cuando no haya más remedio)

Conclusión: la Recesión y la devaluación competitiva van a estar bastante tiempo con nosotros y hay que incluir este elemento en la estrategia de inversión. Porque la combinación de ambos elementos tiene un resultado claro: caída de la inflación, y eso a la larga solo significa una cosa: bajos tipos de interés. Muy bajos.

Que las ofertas que hacen los bancos para captar clientes no le engañen: son para captarlos (y a los que pasado el plazo obviamente se les rebajan las condiciones)  y, además, la guerra de depósitos es insostenible. Tarde o temprano el BCE, el FMI o el resto de la UE le preguntarán al gobierno ¿me pide Ud. dinero para compensar el margen negativo que se genera en sus bancos cuando ofrecen extratipos? ¿Me dice Ud., después de haberme dicho que no va a cumplir el objetivo de déficit, que le de dinero para mantener sus “bancocajas zombis”? Pues para hacerse una idea de la respuesta solo tienen que volver a ver esa foto en la que Junker se tira al cuello de Guindos. Pero esta vez no va a ser en broma. Y lo mejor el gesto es otro más feo.

Hace ocho meses recomendábamos a nuestros clientes hacer cartera con bonos de empresas españolas que llamábamos SSD – Solidas, Solventes y bien Diversificadas internacionalmente -, para asegurarse las excelentes rentabilidades que ofrecían sus títulos en el mercado. Hemos diseñado decenas de carteras con Tasas Internas de Retorno (TIR) superiores al 6% invertidas en bonos de empresas de primer nivel que solo habían cometido el pecado de ser españolas. Y yendo a empresas algo menos sólidas, esa TIR podía subir al 7% o al 8%. Y lo que es mejor: rentabilidad garantizada durante todo el periodo de bajos tipos de interés en el que estamos entrando, pues se trata de bonos con vencimiento a largo plazo (que además se pueden vender sin problemas en el mercado secundario, no como las acciones preferentes). Ahora esa rentabilidad se movería entre el 4% y el 6% - dependiendo de la calidad del papel -, pues el mercado se ha ido dando cuenta de la oportunidad y los bonos han subido de precio, pero sigue siendo atractiva si pensamos donde pueden estar los tipos de interés en el futuro.

Hay muchas más ideas para ir asegurándose un tipo de interés atractivo para el periodo de “japonetización” que nos espera, pero, aunque no me queda mucho espacio les pido unos minutos más de su tiempo porque hay una idea que merece la pena: ¿saben Uds. cuál es la rentabilidad por dividendo de una cartera de acciones de empresas españolas SSD? Pues estamos hablando de más de un 7% si somos muy conservadores en la elección. Y si no lo somos tanto nos encaramamos en un 9% ¿Y saben que se puede cubrir, al menos parcialmente, el valor de esa cartera si, como es lógico, pensamos que la bolsa española podría  bajar más? ¿Y saben que hoy en día esa cobertura, además de barata, es muy sencilla? Pues denle una vuelta, porque si la idea de los bonos de empresas españolas SSD ha funcionado estupendamente, esta no va a hacerlo peor. Eso sí, es una idea sólo para inversores de largo plazo muy disciplinados que lo que busquen es el cupón, no la plusvalía. Y muchísimo cuidado en la selección de títulos, que los dividendos también pueden bajar – de hecho muchos lo harán – en el contexto económico que esperamos. Pero si se hace correctamente ¿sabe lo bien que le va a sentar ver al Euribor por debajo del 1% y estar Ud. cobrando un dividendo del 7%? Y todo en acciones cotizadas, con altísima liquidez. Nada de preferentes, ni garantizados ni otras gaitas.

Nota: No, esto no choca con nuestra recomendación – que ya dura varios años – de evitar la bolsa española. Esta es una idea específica cuyo objetivo es únicamente el cobro de dividendo y nada tiene que ver con invertir para obtener revalorización o plusvalía, cosa que no esperamos de la bolsa española. Precisamente por eso hablamos de cubrir, aunque sea temporal y/o parcialmente, el valor de la cartera de acciones.

Me llama la atención la forma que tenemos muchos españoles de enfrentarnos a la crisis. ¿Qué facturo menos? Subo los precios. Se ve en restaurantes, taxis, bancos (comisiones) y en lo que les ha costado a los de “el ladrillo nunca baja” adaptarse a que sí, que baja, y que, a más tardes en asumirlo, peor.