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Pedimos un “bazooka” y nos han dado un banco… y un revólver
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Víctor Alvargonzález

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Pedimos un “bazooka” y nos han dado un banco… y un revólver

Algo es algo. En el fondo, la mayoría de los economistas estamos de acuerdo en cuál sería la solución para la crisis europea. La creación de

Algo es algo. En el fondo, la mayoría de los economistas estamos de acuerdo en cuál sería la solución para la crisis europea. La creación de una autoridad presupuestaria común a todos los países de la eurozona, tan sólida e independiente que ha demostrado ser el BCE en política monetaria, y la implantación de un organismo de supervisión bancaria europeo como el que se ha acordado el viernes. Ambas acciones permitirían a Alemania dar un paso al frente y admitir que el BCE avalara ilimitadamente a los fondos de rescate para comprar deuda europea -el famoso “bazooka”-, o incluso algún tipo de mutualización europea de la deuda.

Afortunadamente, gracias a la presión de los mercados se ha llegado a un acuerdo sobre la supervisión bancaria. Mi más sincera enhorabuena. Pero si también se llegara a un acuerdo sobre el control presupuestario se cerraría el círculo, porque los problemas de confianza crediticia se arreglan con un avalista, y eso es lo que pide Alemania por ser el avalista. Bajarían las primas de riesgo y lo que se ahorrara en pago de intereses se utilizaría para fomentar el crecimiento de la economía de la eurozona, además de parar la sangría de subidas de impuestos que son un lastre para cualquier recuperación económica. Pasaríamos del círculo vicioso en el que nos encontramos a un círculo virtuoso, tal y como describo en mi artículo anterior “De círculo vicioso a círculo virtuoso”.

Así que, si desde George Soros hasta Mariano Rajoy, pasando por la propia señora Merkel, están de acuerdo en que esos son los pilares de la solución ¿por qué solo han puesto uno? ¿Por qué no han acabado el trabajo? Solo con decir que va a haber una supervisión bancaria seria las bolsas han reaccionado con alzas importantes y han caído las primas de riesgo. Pues estoy  seguro de que si también se hubieran comprometido a la creación de una autoridad presupuestaria europea y, en “agradecimiento”, la Sra. Merkel hubiera permitido la compra ilimitada de deuda periférica, las subidas no solo habrían sido espectaculares, sino que asistiríamos a un auténtico cambio de tendencia. Una autoridad presupuestaria sobre la que hace años que abogamos desde aquí, porque lo que hay que garantizarle a los mercados y al avalista no es sólo que jamás vayan a permitirse errores como el de las cajas de ahorros, sino que el gasto de los estados estará supervisado y controlado para evitar que, a fin de año, cuando el daño ya esté hecho, el gobierno de turno diga: “¡upsss!, lo siento, me pasé. Prometo que no lo haré más”

Tendremos el “rally del alivio” en las bolsas, como en otras ocasiones en las que los políticos europeos dan un paso en dirección contraria al precipicio, pero luego volverán las dudas, porque al no haberse aprobado el tema fiscal, el “bazooka” del BCE queda para otro momento. Y los eurobonos para cuando se muera la señora Merkel, según sus propias palabras. Así que en lugar de tener un “bazooka” nos vamos a tener que conformar con un revolver  -“compras ocasionales de deuda cuando las circunstancias lo requieran”- lo que sin duda mantendrá algo más a raya a los malvados especuladores, pero el mercado sabe que sólo el “bazooka” del aval ilimitado del BCE a los fondos de rescate (que tendrían que convertirse en bancos para recibirlo, pero eso es solo un tecnicismo) les haría volver a sus cavernas. Obviamente, hablo en broma de los “especuladores”, porque si baja la deuda periférica es simplemente porque inversores particulares e institucionales venden porque tienen miedo, y punto. La salida a escena del primo de Zumosol (el BCE) ‘bazooka’ en mano les daría la tranquilidad que necesitan para dejar de vender, o incluso más de uno valoraría la posibilidad de que, con el BCE y su máquina de hacer dinero de avalista, un 6% o un 7% en deuda española podría ser atractivo. Así, en lugar de que todo lo compren los bancos españoles habría inversores “de verdad” comprando nuestra deuda. Pero sin garantías de un control presupuestario férreo, la señora Merkel no va a permitir que se saque el ‘bazooka’ y mucho menos avalar la deuda de las “cigarras” europeas.

Así que, si todos saben que ese pasó es tan o más importante que la supervisión bancaria única: ¿Por qué no han cerrado el círculo? Pues yo empiezo a temerme que no es sólo por incompetencia o por el “ritmo Merkel” -que ya dije en otro artículo que no es como el de Tina Turner-, sino por algo más preocupante: es porque no pueden.

La historia está llena de ejemplos de situaciones en las que dos bandos enfrentados no quieren una guerra pero acaban teniéndola simplemente porque, llegado un punto, los líderes de esos bandos ya no pueden dar marcha atrás.

Ángela Merkel no puede admitir la existencia de eurobonos ni cualquier otra forma de aval de la “hormiga” alemana hacia las “cigarras” europeas si no tiene el control de lo que hace la cigarra durante el año. De nada sirve poner en la constitución que serás bueno si luego se te va la mano. El tipo de desmanes económicos a que nos tienen acostumbrados los políticos en países como el nuestro, o se cortan en el origen, o luego ya es demasiado tarde. La señora Merkel simplemente no puede avalar sin controlar. Pero, por otro lado, ¿se imaginan a un presidente francés, del país de “La Grandeur”, aceptando que un organismo paneuropeo, donde Alemania tenga un gran peso, le diga dónde, cuánto y cómo puede gastar su dinero? ¡Hasta ahí podíamos llegar! (dirá el presidente de “La France”). Y encima estamos ante un presidente que defiende -y en parte tiene su razón- el estímulo económico como forma de salir de la crisis. Es duro decirlo, pero mucho me temo que el señor Hollande simplemente no puede aceptar eso. Y la señora Merkel no puede prestar aval sin contar con garantías muy sólidas.

Más Europa podría ser la salida de la crisis, sobre todo si se hace rápido y de forma decidida -que ya es pedir a los políticos europeos-, pero más Europa significa más Alemania, y eso, para un país como Francia, es un sapo demasiado grande para ser tragado. Sería un suicidio político para Hollande, igual que lo sería para Merkel, aceptar los eurobonos sin un control previo de los presupuestos y la actividad bancaria de las “cigarras” europeas. Pero, señores, hemos llegado a un punto de no retorno: o son líderes de verdad y se sacrifican por el euro, o es el euro el que será sacrificado. Les felicitamos por su último acuerdo pero les animamos a acabar el trabajo. Les animamos a tener capacidad de sacrificio personal, como la de Gorbachov cuando sacrificó el régimen comunista que le había nombrado -y su propio puesto de dictador- por sacar a Rusia del caos al que le llevaba aferrarse al comunismo.

Una integración del calado que necesita Europa necesita la generosidad de Alemania como avalista, pero también la de Francia en lo que a pérdida de soberanía se refiere. Francia tiene que aceptar que hay más de 80 millones de alemanes y que en una democracia cada hombre es un voto, además, que Alemania les ha ganado la partida que llevan siglos jugando para ver quién manda en Europa. Porque en Europa las supremacías ya no se establecen en el campo de batalla sino en competiciones económicas. Y está claro que el modelo alemán ha resultado ganador (para bien o para mal).

Y, para acabar, nuestra felicitación al señor Rajoy, que ha conseguido que las ayudas a la banca no incrementen el déficit (aunque, señor Rajoy, usted y yo sabemos que gran parte de ese dinero es irrecuperable y al final alguien tendrá que pagar, pero hoy es día de triunfo para España y no queremos amargárselo). Que pasen ustedes un buen fin de semana.

Algo es algo. En el fondo, la mayoría de los economistas estamos de acuerdo en cuál sería la solución para la crisis europea. La creación de una autoridad presupuestaria común a todos los países de la eurozona, tan sólida e independiente que ha demostrado ser el BCE en política monetaria, y la implantación de un organismo de supervisión bancaria europeo como el que se ha acordado el viernes. Ambas acciones permitirían a Alemania dar un paso al frente y admitir que el BCE avalara ilimitadamente a los fondos de rescate para comprar deuda europea -el famoso “bazooka”-, o incluso algún tipo de mutualización europea de la deuda.