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Súper Mario (y Robin)
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Víctor Alvargonzález

Telón de Fondo

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Súper Mario (y Robin)

Cuenta el anecdotario popular que a Mario Draghi le pusieron una multa por exceso de velocidad mientras conducía por Roma. Estoy seguro de que al Sr.

Cuenta el anecdotario popular que a Mario Draghi le pusieron una multa por exceso de velocidad mientras conducía por Roma. Estoy seguro de que al Sr. Trichet –anterior presidente del BCE- no le han puesto una multa de ese tipo en su vida. En todo caso es posible que le hayan llamado la atención por ir a 40 en una autopista. Porque, a esa velocidad, en el mejor de los casos, frenas el ritmo de circulación de toda la autopista y, en el peor, puedes generar un accidente.

El Sr. Trichet no sólo fue muy lento (en su reacción a la crisis), sino que causó un accidente subiendo los tipos de interés justo cuando lo que tenía que haber hecho es bajarlos. De hecho, a los pocos meses tuvo que rectificar, pero el daño ya estaba hecho y la autopista ya estaba atascada como consecuencia del accidente. Basta un pequeño accidente para que corten un par de carriles y la velocidad de circulación baje a una tercera o cuarta parte de su potencial. Eso es, exactamente, lo que provocó el Sr. Trichet en la economía europea, con el apoyo –incluso la presión– del Bundesbank alemán.

Por el contrario, el Sr. Draghi ya apuntaba maneras y en Italia se le conocía como Súper Mario. Para empezar, todo el mundo sabe que los italianos conducen rápido, pero bastante seguro. Cuando conduces por Roma al principio da un poco de vértigo, pero mi experiencia personal es que a la par que corren también respetan bastante las normas de circulación (excepto la de ir un poco más rápido de lo debido, claro). Pero, anécdotas aparte, Europa necesita políticos y autoridades monetarias activas, valientes y decididas. Y no la pachorra y el miedo constante de algunos o la visión cerrada y cortoplacista de otros. El Sr. Draghi no pertenece, afortunadamente, a ninguno de los estereotipos políticos europeos. Lo predije hace tiempo y el tiempo lo ha confirmado: Draghi no es Trichet y es una bendición que lo tengamos al frente del BCE.

Primero fue su famosa frase –copiada, por cierto del Sr. Bernanke, aunque este la dijo mucho antes y se refería a la economía estadounidense– de que haría "absolutamente todo lo que fuera necesario" para defender el euro. Y ahí empezaron a bajar las primas de riesgo.

También les dijo alto y claro a los gobiernos de los países periféricos que estaba dispuesto a avalarlos, pero que no se equivocaran: a cambio quería reformas. Y a ver quién le decía que no. Ahí están todos, reformando, aunque sea a su lento pasito europeo.

Luego es maravilloso ver cómo dice lo mismo que dice el que suscribe este post, pero que obviamente no va a llegar a oídos del Gobierno y, si de casualidad llegara, se lo…. Bueno…, no me harían ningún caso. Pero si lo dice el Sr. Draghi la cosa cambia. Vean, vean lo que le dijo al Sr. Rajoy:

“Sr. Rajoy, usted ha cogido el camino fácil de la subida de los impuestos, pero ese camino precisamente por ser el fácil –para el Gobierno– es el que tiene peores efectos secundarios para la economía”

Exacto: apretar el cinturón sólo a los ciudadanos y que el esfuerzo no lo comparta el Estado destruye la capacidad de consumo de las clases medias y medias altas, motores del consumo interno, precisamente en un país donde el consumo interno desgraciadamente representa el 80% de la economía. Ojala fuésemos grandes exportadores como Alemania o tuviéramos petróleo como Noruega, pero no somos una potencia exportadora ni tenemos petróleo, y lo que ha hecho el Gobierno de aplicar el régimen de adelgazamiento al tejido muscular y no a la grasa es una locura. Pero llega el Sr. Draghi, le da el toque al Sr. Rajoy y ¡milagro!: resulta que la Administración lanza un plan para ahorrar 35.000 millones de euros en gastos suntuarios y suntuosos de las Administraciones Públicas. Y uno se pregunta: con varios años en el poder, ¿es ahora cuando se dan cuenta de que ellos también se pueden apretar el cinturón y que esa presión tiene efectos mucho menos adversos sobre la economía? Si yo hubiera estado en su lugar –en el del Gobierno-, habría anunciado a bombo y platillo ese plan el mismo día que subieron el IRPF o el IVA. Pero ya se sabe que lo de la política de comunicación no es su fuerte. Una pena, porque les luce poco lo que hacen de bueno, que haberlo, haylo.

Y Súper Mario sigue hablando. Lean lo del miércoles pasado:

"El Consejo de Gobierno del BCE espera mantener los tipos de interés a los niveles actuales o incluso a niveles inferiores por un largo periodo de tiempo".

Bernanke en estado puro. Y ya ven qué bien le ha salido hasta ahora la jugada a Bernanke por ser valiente, decidido y tener visión: la economía norteamericana ha salido definitivamente de la crisis, la inflación NO se ha disparado –de hecho, ha caído– y el empleo se recupera.

El miércoles Draghi debía estar 'caliente' y posiblemente harto de no poder decir lo que pensaba. Pero esta vez, y esto es muy, pero muy importante, ha contado con el apoyo del representante del Bundesbank, Jens Weidmann (primera vez que no matiza a Draghi en este sentido, ojo al dato). Y luego Draghi dijo lo que para mí es la parte fundamental de la conferencia de prensa:

"La reciente contracción de las condiciones monetarias y financieras –por el anuncio de la Fed de ir plegando velas– y las incertidumbres que crea tiene el potencial de afectar negativamente las condiciones económicas".

Y, por si alguien no lo había pillado:

"El riesgo en Europa está a la baja, no al alza", es decir de que la economía se estanque –ya ven como ya no protesta Jens, del Bundesbank– y en lo que a la inflación se refiere, el riesgo para la estabilidad de precios NO está en la inflación, como machaco yo en mis posts desde hace tiempo: está en la deflación y en el peligro de japonización de Europa. Qué tranquilidad ver que quien de verdad manda en Europa a nivel económico –no lo olviden, es quien nos avala– no se perdió la clase en la que se explicó lo de que estabilidad de precios es evitar la inflación, pero también evitar la deflación (como bien saben los japoneses). ¡Hay Trichet, Trichet, que te hemos pillado, que ese día hiciste pellas! (y las estamos pagando todos).

Y como últimamente parece que se confirma lo de que Dios aprieta –con esta clase política que nos ha tocado–, pero no ahoga –ahí está el Sr. Draghi en la presidencia del BCE-, a Súper Mario le ha salido un ayudante tan eficaz como el Robin de Batman. Y no es otro que el nuevo gobernador del Banco de Inglaterra, el Sr. Mark Carney, que, en paralelo, ha dicho (trato de traducir no en sentido literal, sino adaptado al contexto de mercado):

"La subida implícita de las expectativas de evolución futura de los tipos de interés –que se ha producido en los mercados (esto de mi cosecha)- no está apoyada por los recientes acontecimientos de la economía".

Hablando en plata: la economía británica –y no es cualquier economía– no está ni de lejos fuera de peligro y se la va a seguir estimulando y apoyando desde el Banco de Inglaterra. Y que quien espere una subida de tipos puede esperar sentado. Obviamente no son un banco central tan potente como el BCE, pero si sumas la potencia de estímulo del BCE con la del Banco de Japón (pueden leer mi artículo Banzai (o el experimento Kuroda) y la del Banco de Inglaterra, estamos hablando de varios megatones de potencia, no de una pistola de agua.

Las buenas noticias desde el frente monetario no acaban ahí. Es que al auténtico Súper Mario lo veremos cuando pasen las elecciones alemanas. Es entonces cuando Angela Merkel tendrá espacio de maniobra para empezar a soltar la brida al caballo, porque estoy seguro de que es consciente de que si sigue tirando le rompen la boca. De nuevo, el dato: de las exportaciones alemanas, el 30% va al resto de Europa. Vamos, que si se cargan al caballo, los alemanes tendrán que ir a pie. La austeridad es necesaria, por supuesto, hay que pagar las genialidades de los Zapateros, Berlusconis, etc., pero ya estamos bien encaminados y es hora de animar el cotarro. 

Especialmente bajando impuestos para relanzar el consumo y que este consumo anime la demanda, lo que a su vez hará que los bancos presten con más alegría. Porque, ¿para qué va a pedir un crédito alguien que lo que ve es que bajan sus ventas? En todo caso para no hundirse, y ese tipo de crédito "para la supervivencia" es el que no les gusta a los bancos, pues suele acabar en impagado. En cambio, el día que ese mismo comerciante pida crédito para ampliar o incrementar negocio, ya verán si se lo dan. Y estando Súper Mario al frente del BCE algo me dice que él también va a poner de su parte para que llegue el crédito a las pequeñas y mediana empresas europeas, que representan casi el 90% de la economía de la zona euro. Tomen nota señores políticos: hay que hacer que la gente salga a comprar, a cenar, a viajar, a renovar su casa, porque es entonces cuando aumentará la demanda de crédito sano, el que les gusta atender a los bancos. Y si siguen ustedes subiendo impuestos –como lo de subírselos al alcohol en plena etapa veraniega, un auténtico 'cierra bares'-, pues van a conseguir lo contrario. Han tenido suerte: tienen a Draghi en el BCE, ¡aprovéchenlo, hombre, aprovéchenlo!

Y aprovéchenlo también ustedes, señores inversores: en renta fija, que los árboles de la inestabilidad política –como el último episodio portugués– no les impidan ver el bosque y darse cuenta de que, aunque sea a trancas y barrancas, Europa va mejorando su calidad crediticia (vean De círculo vicioso a círculo virtuoso) y además tiene un estupendo presidente del BCE, lo cual es positivo para los bonos de los países periféricos (ya lo dije en Feliz Año Nuevo y ya ven dónde estaba y dónde está ahora la prima de riesgo española) y, porque después de las elecciones alemanas, o incluso antes –los mercados suelen comprar con la expectativa y vender con la noticia- si gana Merkel se va a notar positivamente en los mercados europeos. Pero, sobre todo, se va a notar que por fin tenemos al mando un tipo que tiene las cosas claras y es un hombre de acción. Eso sí que es positivo para los bonos y las acciones europeas. Y digo que lo tenemos al mando porque, señores, al fin y al cabo, él es el que tiene la pasta.

¡Buen fin de semana!

Cuenta el anecdotario popular que a Mario Draghi le pusieron una multa por exceso de velocidad mientras conducía por Roma. Estoy seguro de que al Sr. Trichet –anterior presidente del BCE- no le han puesto una multa de ese tipo en su vida. En todo caso es posible que le hayan llamado la atención por ir a 40 en una autopista. Porque, a esa velocidad, en el mejor de los casos, frenas el ritmo de circulación de toda la autopista y, en el peor, puedes generar un accidente.