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A los países emergentes les crecen los enanos
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Víctor Alvargonzález

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A los países emergentes les crecen los enanos

Países como Chile o Rusia, cuyo crecimiento depende de la exportación de materias primas, sufren la caída de la demanda por el menor crecimiento de la economía china

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Primero fue la caída del precio de las materias primas. Luego el petróleo. Y ahora va el dólar y sube como un cohete (como anunciamos en julio en la segunda idea de inversión de “Ideas de futuro frente a rentabilidades del pasado”). Parece que a los emergentes les ha mirado un tuerto.

Países como Chile (cobre) o Rusia (minerales, trigo, petróleo, gas,..), cuyo crecimiento depende en gran medida de la exportación de materias primas, sufren la caída de la demanda, motivada especialmente por un menor crecimiento del principal comprador (China), pero también por un menor crecimiento global.

Y en esas llega la OPEP y decide que la mejor manera de quitarse de en medio a sus competidores hightech(las empresas de fracking) es por el viejo y expeditivo método del dumping, solución sencilla y eficaz donde las haya cuando controlas un oligopolio de oferta.

El problema es que Arabia Saudí se puede permitir que el precio del petróleo se mantenga en 20 dólares el barril durante años si así se quitan de en medio la competencia, pero Venezuela, Rusia, Malasia o Nigeria no. En Malasia la caída del precio del crudo puede suponer una pérdida de casi un 0,5% anual de PIB. Y qué decir de Rusia, donde esa caída puede ser de hasta un 3,8% simplemente si el barril se mantiene en 40 dólares.

Así que imaginen si baja más, como parece no importarle al señorAl Naimi, ministro de Energía de Arabia Saudita, que así lo ha declarado. Y luego están los productores “mediopensionistas” como Brasil, que no dependen tanto de la exportación de petróleo, pero que se habían lanzado recientemente a grandes proyectos de extracción a gran profundidad desde plataformas marinas.

Contándoles esto no les cuento nada nuevo. Pero hay una serie de “asuntillos” que parece que no han captado la atención de los inversores y que creo deberían hacerlo.


Fuente: Ned Davis Research.

Copyright 2014 Ned Davis Research, Inc. Further distribution prohibited without prior permission. All Rights Reserved.

¿Pensaban que el precio de las materias primas había bajado mucho? Pues échenle un vistazo al gráfico. Roto el nivel 501, hay un soporte más bien débil en los 448 puntos. El suelo, el soporte realmente difícil de romper a la baja, estaría, en mi opinión, alrededor de los 334 puntos, que es el nivel que se alcanzó durante la crisis financiera global del 2009.

Algunos puntos básicos relacionados con este gráfico:

  1. No creo que nos vayamos a acercar a los mínimos de 2009. Aquello fue pánico financiero. Lo actual es un ajuste de precio como consecuencia de una variación en la relación oferta (que ha aumentado) y demanda (que ha disminuido). Pero hay margen de bajada.
  2. Menciono el análisis técnico porque mi máxima es (a parte de no olvidar nunca el sentido común): “El análisis fundamental te dice qué. El técnico, cuando” (comprar o vender). Y en el mundo de las materias primas, superpoblado de analistas, brokersy tradersfanáticos del análisis técnico, éste cobra especial relevancia en sus decisiones de inversión. A lo que hay que sumar que este gráfico tiene la base fundamental más sólida que existe: la ley de la oferta y la demanda (por ser de las pocas teorías económicas que podrían calificarse de “exactas”, es decir, que no suelen fallar. Y se lo dice un economista).

Cuando las materias primas y los mercados emergentes eran “lo más” –y con razón, pues China, su principal cliente, crecía al 15% anual-, el dinero caliente –especulativo, hablando en plata– estaba encantado de comprar bonos de empresas emergentes emitidos en dólares.Y las empresas felices de pagar tipos de interés “norteamericanos”, mucho más bajos de lo que supondría hacerlo en su propia divisa. Pero un día va y sube el dólar. Y no es que suba: es que está como la propia economía norteamericana. Como una moto. Y claro, el préstamo hay que devolverlo en dólares.

Puedo imaginar al director financiero y al consejero delegado de esa empresa cuya deuda es básicamente en dólares incluyendo en el balance la provisión por diferencias de tipo de cambio. Y su impacto en la cuenta de resultados. Es más, desgraciadamente, en algunos casos, puedo imaginarlos a uno de ellos -o ambos- buscando trabajo porque abusaron de esta fuente de financiación teóricamente barata… mientras durara la alegría en el mercado de materias primas y las divisas emergentes estables frente al dólar.

Luego está el “efecto llamada/competencia” de los bonos europeos. El BCE se va a gastar, como mínimo, 500 millones de eurosen comprar bonos corporativos de empresas europeas. Pero ya sabemos como es el BCE: siempre se queda corto en sus acciones y en sus previsiones. Me apuesto lo que quieran a que tendrá que comprar mucho más de 500 millones si quiere cumplir su mandato de estabilidad de precios. El IPC de diciembre de la Eurozona ha sido de -0,2%, cuando el objetivo/mandato es de más del 1%. Y si estamos en IPC negativo no es sólo por el petróleo, que el proceso desinflacionista europeo viene de lejos y las gasolinas acaban de empezar a bajar. Asi que “mano fuerte” compradora en el mercado –y tan fuerte-, desinflación -que puede acabar en deflación-…. El escenario ideal para el comprador de bonos.

Finalmente, la cuestión más peliaguda: que estas cosas se retroalimentan. Imagínense el escenario: si suben los tipos de interés en Estados Unidos –que subirán- el dinero colocado en dólares se pagará mejor. Si encima se revaloriza el dólar otro 10% -algo en mi opinión perfectamente posible, vean el gráfico de “El día que Yellen se hizo tacaña y Weidmann generoso"– un bono americano de bajo riesgo en términos de duración (cuidado, que el precio de los de largo plazo sufrirá si sube tipos la Reserva Federal), daría plusvalía por efecto divisa más un cupón que aumentará cada año según la Fed vaya normalizando tipos. Con una expectativa así, no sería extraño que un inversor europeo o japonés prefiriera comprar bonos norteamericanos, híperseguros e híper líquidos, antes que bonos de una empresa emergente que se dedique a las materias primas y donde gran parte de su deuda esté en dólares.

No 'panic'

No me malinterpreten. No se trata de no tener activos de empresas emergentes en cartera, sean bonos o acciones. Simplemente que la selección de países y sectores va a ser muy importante. No me gusta nada lo de “ser selectivo”, porque se ha convertido en la frase/excusa perfecta de muchos analistas para no “mojarse”. Pero viene totalmente al caso.

Selección de fondos

A la hora de invertir en emergentes vía fondos de inversión va a ser fundamental elegir aquellos cuyos gestores –y sus carteras– tengan en cuenta todo lo comentado anteriormente.

Selección de duraciones

Fundamental: si prestamos a corto plazo a estas empresas -a las que no tengan riesgo de quiebra por estos motivos, obviamente- comprando deuda con vencimiento a corto plazo aprovechamos que tendrán que aumentar tipos de interés para financiarse -pagarán mejor lo que les prestemos- y al tratarse de plazos cortos se minimiza el riesgo de impago. Y si lo hacemos en dólares evitamos el riesgo divisa. Y viceversa: deuda de largo plazo en divisa local igual a riesgo. Selección es la palabra.

Oportunidad

Si la desconfianza se generaliza, pagarán, como siempre, justos por pecadores. Será una gran oportunidad para comprar acciones o bonos de los “justos”, porque a medio largo plazo las economías emergentes –y sus empresas punteras- son siempre interesantes. Además, hay economías emergentes que son grandes exportadoras de materias primas, pero también grandes consumidoras de petróleo, y compensan así el “efecto materias primas”.

¡Buen fin de semana!

Primero fue la caída del precio de las materias primas. Luego el petróleo. Y ahora va el dólar y sube como un cohete (como anunciamos en julio en la segunda idea de inversión de “Ideas de futuro frente a rentabilidades del pasado”). Parece que a los emergentes les ha mirado un tuerto.

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