Es noticia
Si va a invertir, no contrate a un mentalista
  1. Mercados
  2. Telón de Fondo
Víctor Alvargonzález

Telón de Fondo

Por

Si va a invertir, no contrate a un mentalista

Aunque muchos se devanen los sesos, no van a adivinar cuándo va a subir los tipos de interés la Reserva Federal

Foto:

No me negarán que resulta un tanto surrealista ver la cantidad de palabras y ríos de tinta que han corrido sobre si la Reserva Federal (Fed)de los EEUU iba a retirar o no la palabra “paciente” de su último comunicado.

Tanto se ha hablado y escrito que, como era de esperar, no ha tenido la mínima repercusión que no estuviera en el comunicado. Y digo que era de esperar, porque en los mercados todo aquello que es conocido o esperado está descontado en los precios. Al final de nada ha servido dedicar tanto tiempo y energía a tratar de emular al mentalista de la serie de televisión para intentar adivinar quépasa por la mente de los miembros de la Fed. Es más: en mi modesta opinión, si alguno de los estrategas que se han comido tanto el coco con el asunto y que manejan grandes presupuestos en su departamento de análisis decidiera contratar un mentalista para saberlo, se iba a llevar una sorpresa. Porque lo más probable es que ni los propios miembros de la Fed sepan ahora mismo si subirán tipos en junio, en septiembre o el año que viene.

Podemos alegrarnos de que sea así. Y no lo digo por el mentalista, al que a lo mejor estoy quitando trabajo en alguna importante casa de gestión de patrimonios, sino porque un economista serio -como se supone que son los banqueros de la Fed- subirá tipos cuando sea necesario y no porque “toque”. Lo harán cuando los indicadores económicos –no los esotéricos- que siguen en relación con la inflación y el crecimiento den señales claras de que el banco central norteamericano pudiera incumplir su mandato, que en el caso de la Fed no es otro que mantener la estabilidad de precios y cuidar la salud del crecimiento y el nivel de empleo de la economía norteamericana. Esto último la diferencia, por cierto, del BCE, cuyo único mandato es mantener la estabilidad de precios (que ya ven el “carrerón” que llevan últimamente).

No se dejen de llevar por el ruido. Adelantarse, o al menos tener una idea de por dónde puede ir a la Fed es un factor importantísimo para tener éxito en las inversiones

Así que, primer consejo: back to basics. No se dejen de llevar por el ruido. Adelantarse, o al menos tener una idea de por dónde puede ir a la Fed es, sin lugar a dudas, un factor importantísimo para tener éxito en las inversiones. Pero no dediquen energía a tratar de adivinar lo que pasa por la mente de los miembros del consejo. Dediquenla a seguir los indicadores que siguen para tomar decisiones.

Hay algunos que podríamos decir que siempre son importantes, como el PCE, que es su medida favorita de la inflación, y no tanto el IPC “de toda la vida” que, por motivos que resultaría largo y aburrido explicar, les gusta menos.Y, como de la mar el mero, de la inflación, la subyacente. En la general entran la energía y los alimentos, elementos volátiles que hoy suben mucho y mañana hacen lo contrario. Especialmente el primero, que depende del humor con el que se levante un jeque árabe o un Imán iraní y decida montar un conflicto de esos “a la medida” para que suba el precio del petróleo. O al revés: que les dé por abrir el grifo, avisen a ISIS para que por el momento no se acerquen demasiado a los pozos de petróleo –mientras tanto pueden entretenerse cortando cabezas o realizando atentados– y a ver si inundando el mercado de crudo, se quitan de en medio la competencia de las empresas norteamericanas de fracking.

Y, por supuesto, la Fed se fija en el nivel de salarios. Si se desmadran, malo. Y en el paro. Si baja mucho hay riesgo de que se disparen los salarios y si, por el contrario, aumenta en exceso, es que se están desviando de rumbo (incumpliendo su mandato). Y miran también el PIB, los gastos de los consumidores, los precios inmobiliarios, etc. Todo esto téngalo ustedes en cuenta en todo momento. Pueden sacar el tiempo necesario para seguir y analizar esta información con el que se ahorren por no tener que analizar si van a decir “paciente” o “un poquito paciente” o tal vez (¡horror!) “ligeramente impaciente”.

Luego están los indicadores coyunturales. Son aquellos que pueden adquirir una enorme importancia en un momento dado y no tener la mínima influencia en otro. Son los que nos llevan a la parte práctica del artículo de hoy, pues vamos a ver un ejemplo de un factor coyuntural que sin duda está en la mente de los miembros de la Fed y no es otro que el dólar. Y para saberlo no hace falta contratar un mentalista, basta un economista. Veamos por qué.

La cotización del dólar frente al euro u otras divisas es algo que la Fed mirará con lupa antes de tomar una decisión sobre los tipos de interés, porque si sube mucho podrían aplazarla. O incluso no tener que tomarla. Y si baja mucho podrían incluso adelantarla.

La cotización del dólar frente al euro u otras divisas es algo que la Fed mirará con lupa antes de tomar una decisión sobre los tipos de interés, porque si sube mucho podrían aplazarla

Si el dólar se mantiene en estos niveles o incluso sigue subiendo, lo cual no es en absoluto descartable, las importaciones salen cada vez más baratas. Y en una economía como la norteamericana, donde la competencia es brutal, enseguida hay un fabricante o un distribuidor que, viendo como bajan sus costes, aprovecha la oportunidad para bajar precios y ganar así cuota de mercado. Tengamos en cuenta que puede hacerlo sin que afecte a su margen comercial, porque es el dólar el que sube, no los salarios o el alquiler de sus naves industriales, por poner un ejemplo.

Imagine una empresa que fabrica turbinas y ve cómo los componentes que compra en China o en cualquier otro país emergente le salen más baratos cada vez que sube el dólar. O un distribuidor de ropa -o de coches- que ve cómo ocurre exactamente lo mismo con los modelos que compra en Europa. Gracias a la subida del dólar le cuestan un 30% más baratos que hace un año. Que tentación adelantarse a la competencia y lanzar una campaña vendiendo el mismo modelo más barato. Baja precios y su margen comercial, porque el dólar ha subido el doble. Obviamente, la competencia acabará haciendo lo mismo si no quiere que caigan sus ventas. Esto se llama componente desinflacionista de la subida de la moneda local y tiene un efecto parecido al de una subida de tipos, es decir, reduce el riesgo de que se dispare la inflación.

El otro efecto de un dólar bajista se produce sobre el crecimiento económico que, recordemos, también es importante para la Fed. Igual que a la economía europea le viene de cine que baje el euro para salir de su estancamiento -exporta más-, el efecto es exactamente el mismo para la economía norteamericana, solo que a la inversa. Ciertamente esto sólo afecta –directamente- a las empresas exportadoras o que exportan parte de su producción, que en EEUUrepresenta el 14% del PIB.

Ciertamente, no es algo que les vaya a llevar a la recesión, pero qué duda cabe que tiene su efecto sobre el crecimiento económico del país y, muy importante: sobre el nivel de empleo y los salarios. De forma simplista, pero que ayuda a entender lo anterior, podemos decir que en esas circunstancias ese 14% del tejido empresarial del país dedicado a la exportación no va a subir sueldos y es muy posible que tenga incluso que bajarlos. Y podemos decir que si sigue subiendo el dólar ese mismo porcentaje del total no va a contratar más gente e incluso podría despedir a algunos. Ciertamente, el efecto desinflacionista de una importaciones más baratas influirá más en las decisiones de la Fed, pues no sólo representan el 17% del PIB, sino que, además, el impacto tiene una base más amplia –todo el mundo usa petróleo o materias primas directa o indirectamente, pero no todas las empresas exportan– pero el efecto de moderación del crecimiento también estará en su mente. Y para eso no hace falta contratar un mentalista.

Así que una vez más les recomiendo vivamente que utilicen el sentido común como primer método de análisis y la –buena- información como segundo. Y ya puestos, que no se dejen influir demasiado por el ruido mediático, tertuliano o de las redes sociales –que no déla información de estas, que puede ser excelente -, so pena de cometer errores de apreciación. No se devanen los sesos pensando si la Fed ha cambiado una coma de sus comunicados y por qué lo habrá hecho. Dediquen ese tiempo y energía a ver los datos que sigue la Fed–que son todos públicos y están en Internet- y analicen –con sentido común- cómo pueden incidir en sus decisiones y en el timingde las mismas. Hay más datos, algunos muy importantes. Yo, para no alargarme demasiado, sólo les he puesto un ejemplo, y muy actual. Pero, de verdad: el mentalista, se lo pueden ahorrar. Y la bola de cristal también. Y suponiendo lo que cuestan ambos –yo no lo sé, nunca he comprado una bola de esas ni he contratado un mentalista- , seguro que por la mitad de precio pueden contratar un buen asesor.

No me negarán que resulta un tanto surrealista ver la cantidad de palabras y ríos de tinta que han corrido sobre si la Reserva Federal (Fed)de los EEUU iba a retirar o no la palabra “paciente” de su último comunicado.

Petróleo Salarios de los españoles Precios Reserva Federal Materias primas Recesión PIB