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El día después de la salida de Grecia del euro
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Víctor Alvargonzález

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El día después de la salida de Grecia del euro

Si finalmente Grecia saliera del euro, el mundo y, sobre todo, la economía y las empresas, seguirían funcionando. Aunque parezca mentira, la bolsa es sobre todo un concepto económico

Foto: Calles de Atenas (Efe)
Calles de Atenas (Efe)

Ha sido tan buena la labor propagandista de los negociadores griegos, y se les ha notado tanto el pánico a los políticos europeos, que parece que quien se fuera del euro fuera Francia y no Grecia.

Que duda cabe que es un problema, un follón político, pero, si finalmente Grecia saliera del euro – cosa que dudo - , el mundo y, sobre todo, la economía y las empresas, seguirían funcionando. Aunque parezca mentira, la bolsa es sobre todo un concepto económico. Es un lugar – ahora más virtual que físico - donde se valoran empresas – cotización – en función de la información disponible sobre las mismas y las expectativas de evolución futura de sus resultados.

Si hay tanto pánico vendedor será porque la mayoría de la gente piensa que a una empresa europea que cotiza en bolsa le afecta mucho más lo que pase en Grecia que nimiedades como la caída del precio del dinero - que reduce enormemente sus costes financieros - la mejora lenta pero real de los datos macroeconómicos de la Eurozona, la inyección masiva de dinero por parte del BCE, la caída del euro (un “chute” de vitaminas para el sector exportador) o la bajada del precio del petróleo, que reduce el coste de la energía para empresas y particulares.

La gente no piensa todos los días que el cielo se le va a caer sobre la cabeza

El éxito en los mercados se basa en comprar barato y vender caro. Y una de las formas de comprar barato consiste en aprovechar el miedo, la irracionalidad y el comportamiento gregario. En marzo recomendé reducir posiciones (“Mirando al ratón mientras tenemos un tigre a nuestras espaldas”) y en mayo comentaba en otro medio las ventajas de contar con liquidez en un escenario tan volátil como es el actual.

Se acerca el momento de poder aprovecharla: la gente no piensa todos los días que el cielo se va a caer sobre sus cabezas. ¡Que se va Grecia! ¡El 2% del PIB europeo oiga! Casi toda su deuda está ya repartida entre instituciones – la pagamos ustedy yo, no los bancos que cotizan en bolsa – pero da igual: es el fin del euro. Es más: ¡el fin de Europa!

Así que vamos a llevar la contraria al consenso y supongamos, por un instante, que no estamos ni ante el fin del mundo, ni el de Europa ni el del euro. Que duda cabe que si Grecia se ve obligada a salir del euro, caerán las bolsas, habrá grandes titulares, encendidos editoriales, tertulianos más encendidos todavía en fin: mucho ruido. El mercado echará un pulso a los bonos periféricos. Ahí más de uno podría salir escaldado, porque pasada la “euforia” vendedora inicial más de un analista se dará cuenta de que España y Grecia están a años luz en lo que a estructura económica y confianza crediticia se refiere.

Desgraciadamente coincidimos en el tema del paro y en la corrupción, pero en lo que al paro respecta hay una gran diferencia: la economía española tiene capacidad de crecimiento – y más si gobernara alguien listo y bajara los impuestos -, mientras que en las circunstancias actuales en Grecia el crecimiento es imposible. Y el crecimiento es lo que reduce el desempleo.

En cuanto a la corrupción, aunque suene mal, es esperanzador ver como cada día hay un nuevo imputado, incluso en las altas esferas de los partidos. Eso significa que se está limpiando la cloaca. Y es esperanzador ver que hay un partido que no firma una coalición ni apoya a un gobierno autonómico o ayuntamiento sin firmar previamente un acuerdo anticorrupción, anti aforamiento, etc. (curiosamente la izquierda radical no lo pide). Y como se empiezan a ver los resultados.

El ruido mediático podría también general oportunidades en la renta fija

Pero, pasado el ruido mediático y los intentos de igualar churras griegas con merinas periféricas, el día después de la salida de Grecia del euro el petróleo seguirá barato, el dinero más todavía (la mayoría de las empresas cotizadas no tienen problemas para acceder al crédito), el euro seguirá siendo competitivo y la inflación muy baja. Y eso, señores, cotiza en los mercados. Aunque parezca mentira.

El miedo y el ruido mediático también podrían generar oportunidades en la renta fija. Con el nivel de paro que hay en Europa, lo lenta que va a ser la recuperación y lo que llamo en artículos mencionados más abajo “desinflación digital”, en Europa la inflación va a permanecer muy baja durante mucho tiempo. Si el miedo al contagio lleva la rentabilidad del bono español por encima del 3% estamos es ante una oportunidad de compra.

Pero ampliando el campo de visión aún hay más: bueno, aquí menos, pero a nivel global se están dando cambios muy interesantes. El otro día le preguntaban a Bill Gates que pensaba de Uber, y él respondía que el cambio va mucho más allá y que lo que deberían pensar los taxistas no es ya en Uber, sino en como está avanzando la tecnología del coche sin conductor. Y que todo esto afecta a muchos más sectores que el del taxi. Curioso: no parecía estar muy preocupado con Grecia. Que poca visión empresarial tiene este hombre.

Estamos asistiendo a un proceso, la digitalización de la economía, que va a cambiar casi todos los sectores empresariales (ver “Atención, nadie está seguro: llegan los 'drones' digitales” y “Desinflator': bienvenidos a la desinflación digital”) así como la evolución de muchas variables macroeconómicas. Por ejemplo la inflación. Wal Mart sigue desde hace tiempo una política llamada Everyday low price(EDLP) que consiste en que actualizan de forma automática sus precios ante cualquier bajada que haga la competencia. Y lo hacen porque son conscientes de que los consumidores utilizan de forma masiva páginas de Internet y aplicaciones que comparan precios de productos y servicios.

En cuanto a la innovación, vemos como ya se puede fabricar un coche imprimiendo gran parte de sus componentes con tecnología 3D, empresas como Airbnb compiten con las grandes cadenas hoteleras del mundo sin tener un solo hotel y los robots cada vez son capaces de hacer más cosas en todos los sectores, no ya sólo en las manufacturas Y los bancos ven impotentes como pequeñas startups les quitan negocio. La lista de cambios – y de oportunidades de inversión – es inmensa.

Pero a la hora de invertir en Europa a la gente lo que preocupa es Grecia. Y digo en Europa, porque el otro día le comenté a un analista norteamericano que en los informes de los estrategas más importantes de su país el tema griego se trataba de forma secundaria, y que pensaba de ello. Me dijo que para los analistas norteamericanos Europa es un sitio complicado “con muchos países y muchos políticos” Y no le falta razón. Al menos en lo segundo. Y que en EE.UU. no acaban de entender por qué tendría que desaparecer el euro porque lo tenga que abandonar un país que nunca debió de estar y que sólo representa una mínima parte de la economía de la Eurozona.

Estamos asistiendo a un proceso, la digitalización de la economía, que va a cambiar casi todos los sectores

Personalmente creo que, al final, habrá un acuerdo y que estamos asistiendo a un show y un manejo mediático por parte de los políticos, que al final llegarán a un acuerdo para seguir dándole patadas a la lata. Pero tienen que dar la sensación de que se lo han currado, de que lo han dado todo. A ver si no como explicas que un país con la misma calidad crediticia que Zambia comparta divisa con Alemania. No vas a decir que te equivocaste. O que no tienes narices para reconocer que Grecia jamás podrá pagar su deuda. Y, en el otro lado, Tsipras y Varoufakis: aunque sean jóvenes, son políticos. Saben que prometieron cosas imposibles y ahora hay que volver a casa y tiene que notarse que lo han dado todo y que han sido los malos los que han impedido realizar el maravilloso sueño griego.

Pero, por si la cosa se les fuera de las manos y no hubiera acuerdo, tenga liquidez a mano porque el día después de una eventual salida de Grecia del euro el mundo seguirá dando vueltas, las empresas seguirán funcionando y la revolución digital no se va a detener. Y menos por Grecia. Hay un montón de ideas de inversión ahí fuera. Deje que el mercado, los políticos, los tertulianos, etc. se den su festín, que caigan las bolsas, los bonos, pero no desperdicie la ocasión. Grecia y estos genios que nos gobiernan nos lo van a poner “a huevo”. Barato, vaya.

Que pasen un buen fin de semana.

Ha sido tan buena la labor propagandista de los negociadores griegos, y se les ha notado tanto el pánico a los políticos europeos, que parece que quien se fuera del euro fuera Francia y no Grecia.

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