Telón de Fondo
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Alemania ya le cobra. Wall Street y el Eurostoxx le pagan
El arbitraje tardará tiempo en llegar, porque tenemos que superar las incertidumbres que pesan sobre la economía, pero cuando desaparezcan, la consigna será “tonto el último”
Hace un mes y medio llamaba la atención sobre el hecho de que un país como Alemania tuviera que pagar por pedir dinero prestado mientras que Japón, muchísimo más endeudado y con una situación financiera dantesca, cobrara (ver “Alemania tiene que pagar por que le presten. Japón cobra”).
Si ya el hecho en sí de cobrar porque te presten es una anormalidad financiera, sea el país que sea (aunque tiene su explicación, ver “Explicación fácil y sencilla del porqué de los tipos negativos”), que las mejores condiciones financieras las tenga el más endeudado es todavía más difícil de justificar. Y los desequilibrios, especialmente los injustificables, los acaba corrigiendo el mercado. Es cuestión de localizarlos, tomar posiciones y esperar a que ocurra.
Desde la publicación del artículo mencionado anteriormente, el interés del bono alemán con vencimiento a 10 años ha caído al 0%, con la consiguiente subida del precio del bono. Cierto, el Brexit ha puesto su granito de arena, pero el proceso de caída de tipos alemanes se inició antes de que el mercado se pusiera nervioso con las encuestas pro Brexit, y coincide con nuevos datos de inflación de la euro zona, persistentemente bajistas, pese al QE.
El resultado es que el inversor que haya comprado bonos alemanes hace mes y medio de acuerdo con la idea apuntada en aquel artículo ha obtenido una plusvalía del 2,75% en seis semanas. Me dirán que es poco. Bueno, es una barbaridad si lo comparamos con lo que le darían en un año en un depósito (aproximadamente cero). Y estamos hablando del activo más seguro del mundo, el bono alemán. Y si quién apostó por este arbitraje fue una institución con mucho dinero en su mesa de tesorería para operar, el resultado absoluto supone una cantidad importante.
Al arte –la buena gestión es un arte– de detectar diferencias puntuales de precio no justificadas se le llama “arbitraje”.
Así que vamos a seguir detectando oportunidades de arbitraje. Hoy miramos a más largo plazo, pero puede ser un arbitraje más rentable que el del bono alemán.
Pongamos el caso de un inversor que tengo un dinero para invertir durante los próximos dos años. En un bono norteamericano le pagarán un 0,80% anual. Y tendrá que pagar –sí, pagar- un 0,60% si coloca su dinero en un bono alemán con vencimiento a dos años. Si, por el contrario, decidiera comprar acciones de una compañía norteamericana de primer nivel, cobraría un dividendo del 2,20% anual (de media) Teniendo en cuenta que hablamos de EEUU, donde hay muchas compañías con alta probabilidad de mantener su dividendo durante los próximos años – EEUU crece, no es como Europa, que está estancada – la diferencia entre el cupón del bono y el dividendo del valor no tiene mucha lógica económica.
Prefiero una buena compañía norteamericana que me pague un dividendo anual del 2,20% que pagarle al Estado alemán un 0,60% por prestarle
En el caso europeo la diferencia es mucho mayor. Y si bien es cierto que muchas de las grandes compañías europeas destruyen valor más que crearlo, y que es difícil que mantengan su dividendo actual en el futuro, también es cierto que hay bastantes excepciones. Y todavía más entre las compañías de tamaño medio. El dividendo del Eurostoxx 600 es del 3,80% de media.
Yo, a dos años vista, prefiero una buena compañía norteamericana que me pague un dividendo anual del 2,20% que pagarle al Estado alemán un 0,60% por prestarle. Incluso - y pese a todos los problemas de la euro zona - prefiero un 4% en forma de dividendo en una buena empresa europea -que las ahí- que pagarle al Estado alemán. Y mucho menos al español, al menos hasta que se aclare nuestra situación política.
Podría equivocarme, claro. A dos años vista es perfectamente posible encontrarte con menos de lo que pusiste. Pero a largo no lo creo. Y verán porqué.
Conociendo la forma de actuar de los inversores, les apuesto algo a que, cuando uno dé el paso, todos los demás irán detrás como si el dinero les quemara
Imagínense al gestor de una compañía de seguros. O de un plan de pensiones, que invierten a diez años vista (o más). Ahora mismo está con el agua al cuello: si compra un bono alemán a 10 años su rentabilidad es cero o negativa. A ver cómo va hacer frente al pago de las pensiones o la cobertura de los seguros. Manteniendo el activo a vencimiento es simplemente imposible. Lo que nos lleva a la idea detrás de este arbitraje, que no es otra que una pregunta: ¿cuánto tardará en darse cuenta ese gestor de que, en un plazo tan largo, puede permitirse asumir el riesgo? Y así obtener un dividendo entre el 2% y el 4%
Otra cuestión a considerar: conociendo la forma de actuar de los inversores, les apuesto algo a que, cuando uno dé el paso adelante, todos los demás irán detrás como si el dinero que tienen (con rentabilidad cero o negativa) les quemara. En otras palabras: el arbitraje tardará cierto tiempo en producirse, porque tenemos que superar las incertidumbres que pesan sobre la economía global, pero el día en que desaparezcan, la consigna será “tonto el último”. La frase que hace subir o bajar las bolsas.
Hace un mes y medio llamaba la atención sobre el hecho de que un país como Alemania tuviera que pagar por pedir dinero prestado mientras que Japón, muchísimo más endeudado y con una situación financiera dantesca, cobrara (ver “Alemania tiene que pagar por que le presten. Japón cobra”).