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Por dónde podría venir la corrección
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Víctor Alvargonzález

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Por dónde podría venir la corrección

Si la inflación y el diferencial de los bonos sigue bajando y aún así la “fed” sube tipos, entonces podríamos tener una corrección el día que alguien diga “esta economía no va a crecer”

Foto: Imagen de archivo de la Reserva Federal. (Reuters)
Imagen de archivo de la Reserva Federal. (Reuters)

Hablábamos en el artículo anterior del gran número de inversores que están esperando una corrección, como el que espera ansiosamente la llegada del autobús. Porque es mucha la gente que se ha quedado fuera de este “rally” por culpa de los agoreros profesionales y del “consenso”. Para los que esperan - y para quienes están en el mercado pero querrían realizar beneficios para luego volver a entrar más barato - vamos a examinar por dónde podría venir esa corrección.

Hay una expresión en inglés que define muy bien la cara que se nos queda cuando se produce una corrección por un motivo totalmente inesperado: “Where did that come from?" (“¿de donde vino eso”?) Son las correcciones más profundas y frente a ellas sólo tenemos un arma: mantener cierto porcentaje de liquidez en cartera. Ya que ni vamos a saber de donde vino, que al menos podamos aprovecharla. Recordemos que hablamos de corrección, no de cambio de tendencia.

Los tipos de interés son a la economía como los pedales de acelerador y freno a un coche: si se acelera demasiado, el coche se puede estrellar

Luego están las correcciones que se producen como consecuencia de una amenaza latente o riesgo conocido. En esos casos tenemos la ventaja de que, sabiendo que se puede producir el daño y cual puede ser la intensidad, podemos medir con exactitud el porcentaje de liquidez que queremos tener y que no nos pille totalmente de sorpresa.

Actualmente hay dos focos de este tipo. Uno está localizado en las reuniones y los pasillos de la Reserva Federal de los EE.UU. La “Fed”, para los amigos.

Los tipos de interés son a la economía como los pedales de acelerador y freno a un coche: si se acelera demasiado, el coche se puede estrellar. Si se pasa uno de frenada, el vehículo se puede parar.

Llevado el símil a los tipos de interés, podemos decir que la política de estímulo monetario – bajada de tipos de interés - sería el acelerador y la política de restricción monetaria, el freno. Un buen equipo de gobierno de la Fed sería el equivalente a un buen conductor que sabe ir a la velocidad adecuada en cada recorrido.

En la actualidad, el peligro está en que la “Fed” se pase de frenada. Mitad porque debía hacerlo, mitad por la presión externa, la Reserva Federal se ha puesto a subir los tipos de interés como si los tipos bajos le quemaran en las manos. El problema es que tanto los que presionan como la propia “Fed” podrían estar pasando por alto un hecho importante: la economía esta inmersa en una auténtica revolución industrial –la revolución digital- y es un proceso que no parece tender a generar inflación. Además, va unido a un cambio en el modelo energético que hace que bajen los precios del petróleo. (Lo explico con detalle en 'Esta inflación es diferente porque la economía también lo es')

El caso es que el mercado de bonos piensa que la Fed se está pasando. En la misma medida que suben los tipos a corto como consecuencia de la acción de la Reserva Federal, bajan los tipos a largo, lo cual es normal y buscado. Lo que no es tan normal ni tan buscado es lo que se conoce como el “aplanamiento de la curva” , es decir, que no haya gran diferencia entre el precio del dinero a corto y el precio del dinero a largo plazo. Si ese diferencial o prima de riesgo sigue cayendo, estaríamos ante una anomalía financiera, porque las garantías de cobrar un préstamo serían las mismas a diez años vista que a dos. Y si la curva se invirtiera, no sólo estaríamos diciendo que la capacidad de predecir un cobro es mayor a largo plazo, sino que la inflación será más baja en el futuro que ahora, que está justo en el objetivo de la Fed. Y bajando.

El efecto sobre las bolsas de un exceso de frenada es fácil de entender. Si se pisa demasiado el freno, además de la inflación se frena el crecimiento. Pueden imaginarse lo peligroso que puede ser esto justo cuando las bolsas están subiendo en anticipación a un posible mayor crecimiento económico como consecuencia de la política que propone la administración Trump. Un auténtico jarro de agua fría. Trump se tiene que estar arrepintiendo de haber criticado a Janet Yellen por blanda.

Si la inflación y el diferencial de los bonos sigue bajando y aún así la “fed” sigue subiendo tipos y, sobre todo, si los datos de la economía no son tan buenos como para justificar dichas subidas, entonces podríamos tener una corrección el día que alguien diga “esta economía no va a crecer como esperábamos, tonto el último”. En caso contrario, el mercado asumiría razonablemente bien la contracción monetaria y no sería necesario modificar la estrategia. Es lo que su gestor o asesor deberán seguir con atención, incluidas las actas de las reuniones de la “Fed”, porque una cosa está clara: no se puede ir contra la Reserva Federal de los EE.UU.

Hablábamos en el artículo anterior del gran número de inversores que están esperando una corrección, como el que espera ansiosamente la llegada del autobús. Porque es mucha la gente que se ha quedado fuera de este “rally” por culpa de los agoreros profesionales y del “consenso”. Para los que esperan - y para quienes están en el mercado pero querrían realizar beneficios para luego volver a entrar más barato - vamos a examinar por dónde podría venir esa corrección.

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