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Si no es disciplinado, siempre le quedará el surf
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Víctor Alvargonzález

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Si no es disciplinado, siempre le quedará el surf

Como es muy difícil tener autodisciplina y hay muy pocos asesores independientes, cumplo mi palabra y les ofrezco hoy una alternativa a la disciplina. La encontrará en el surf

Foto: Foto: EFE.
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Probablemente, el otro día le 'corté el rollo' a más de uno diciendo que, de acuerdo con mi experiencia, el éxito en las inversiones tiene más que ver con la disciplina que con la inteligencia. Porque todos sabemos que es muy difícil ser disciplinado. También daba la opción de que el disciplinado fuera el asesor y no necesariamente el inversor, pero, acto seguido, aclaraba que la mayoría de los asesores, al no ser independientes, tienen como objetivo la venta de productos y no el 'coaching'.

Así que, como es muy difícil tener autodisciplina y hay muy pocos asesores independientes, cumplo mi palabra y les ofrezco hoy una alternativa a la disciplina. La encontrará en el surf.

Nunca he practicado este deporte, pero, como me gusta mucho el mar, he pasado muchas horas en sitios donde había surferos y, aunque estoy más interesado en el mar que en el surf, nunca he podido evitar fijarme en lo que hacían. Que además me parece espectacular. De paso, también me fijaba en su técnica.

La paciencia, siendo una virtud, no es tan complicada de tener —o aprender— como la autodisciplina

Para empezar, el buen surfero me pareció paciente. Podías verlos esperar durante horas a que se levantaran olas que realmente merecieran la pena. ¿De qué sirve el esfuerzo de remar a contracorriente durante media hora para luego surfear durante tres segundos? Por el mismo esfuerzo, una ola mediana te daba un paseo mucho más largo. Eso sí, una vez en el agua, los veías aprovechar la circunstancia y, ya puestos, surfeaban olas más pequeñas, con las que también parecían divertirse. Pero lo importante es que eran pacientes y que la paciencia, siendo una virtud, no es tan complicada de tener —o aprender— como la autodisciplina.

Otra conclusión que obtienes viendo en acción a los surferos es que los tipos de olas son identificables. Sin ir más lejos, yo, un simple observador, sé más o menos cuándo viene una grande, mediana o pequeña.

Ahora traslademos esta visión al mundo de las inversiones. Surfear olas grandes sería el equivalente a comprar en una de esas —pocas— ocasiones que surgen cada muchos años, en las que todo el mundo vende y los precios son hiperatractivos. Pero requieren mucha disciplina o un buen entrenador/asesor.

Las olas medianas —las tendencias de medio plazo— son mucho más fáciles de identificar, más frecuentes y, además, son accesibles

En cambio, las olas medianas —las tendencias de medio plazo— son mucho más fáciles de identificar, más frecuentes y, además, son accesibles. Me refiero a esas tendencias que duran dos o tres años. Quitando a los agoreros profesionales, ¿quién no es consciente ahora mismo de que estamos en un buen momento para la renta variable? ¿O que el mercado inmobiliario está 'caliente' porque el dinero se está cansando de estar en depósitos al 0%?

No hace falta ser un genio para detectar las tendencias de medio plazo en los mercados. Ni tampoco hace falta tener un asesor que sea un magnífico entrenador. Solo es necesario que cuide un poco tus intereses y no solo los de los fabricantes de productos financieros. De estos asesores hay pocos, cierto, pero haberlos, haylos. Si además está cualificado y tiene experiencia, sabrá detectar esas olas que puedes surfear sin necesidad de ser un gran experto ni tener una gran autodisciplina.

Un inversor con experiencia o que tenga un asesor bueno puede aprovechar también determinados movimientos que se produzcan en el corto plazo

Y, metidos en harina, un inversor con cierta experiencia o que tenga un asesor razonablemente bueno puede aprovechar también determinados movimientos que se produzcan en el corto plazo, es decir, movimientos tácticos (en contraposición a los movimientos estratégicos, es decir, la ola grande o mediana).

Piénselo. Si conoce los mercados, habrá experimentado la sensación de saber que está en un mercado alcista, aunque fuera sin atreverse a entrar al principio y sin saber muy bien cuándo salir. Pero eso no importa: usted busca la ola mediana. El periodo intermedio. Usted no quiere entrar el primero ni salir el último.

También le gusta especular ocasionalmente en movimientos puntuales del mercado. Los ha 'sentido' más de una vez y notó que los podía aprovechar. Pues si a eso añade un asesor con buen olfato y, a falta de independencia, cierta ética que se preocupe también de usted y no solo de los resultados de la sociedad de valores, la EAFI o el banco de turno, entonces puede usted sustituir disciplina por sencillez y pragmatismo.

Probablemente, el otro día le 'corté el rollo' a más de uno diciendo que, de acuerdo con mi experiencia, el éxito en las inversiones tiene más que ver con la disciplina que con la inteligencia. Porque todos sabemos que es muy difícil ser disciplinado. También daba la opción de que el disciplinado fuera el asesor y no necesariamente el inversor, pero, acto seguido, aclaraba que la mayoría de los asesores, al no ser independientes, tienen como objetivo la venta de productos y no el 'coaching'.

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