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Qué nos dice la historia sobre el futuro del Dow Jones
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Víctor Alvargonzález

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Qué nos dice la historia sobre el futuro del Dow Jones

En los mercados la experiencia importa porque la historia se repite. La experiencia permite establecer modelos -incluso matemáticos- que mejoran la calidad de las predicciones

Foto: Foto: Reuters.
Foto: Reuters.

Yo creo que la experiencia es, junto con la humildad, de lo poco bueno que aporta la edad. No es lo mismo que te cuenten algo que haberlo vivido. Puede suponer una gran diferencia a la hora de tomar decisiones. El acierto se basa en gran medida en la calidad de la información disponible. Y esto es de aplicación a los mercados financieros.

En los mercados la experiencia importa porque la historia se repite. Ya no me sorprende en absoluto tener una sensación de 'déjà vu' ante los movimientos de los activos financieros. Y no lo digo como algo negativo, sino todo lo contrario. La experiencia permite establecer modelos – incluso matemáticos - que mejoran la calidad de las predicciones. Evidentemente, en finanzas cada ocasión es distinta y nada se repite de forma exacta, pero lo fundamental, la base del modelo, sí que lo hace.

Analicemos entonces a qué periodo podría parecerse el momento que vive actualmente la bolsa norteamericana. Es la más importante, porque sigue siendo la que indica el camino al resto. Si la experiencia del pasado nos puede dar pistas sobre cuál puede ser su futuro, eso que tenemos ganado.

El momento se parece mucho a la época de la presidencia de Reagan en dos elementos: la bajada de impuestos y el fomento de los 'animal spirits'

Parto de la premisa de que el momento actual se parece mucho a la época de la presidencia de Ronald Reagan. No en todo, obviamente, pero sí en dos elementos fundamentales: la bajada de impuestos y el fomento de los 'animal spirits'.

Cuando Reagan llegó al poder decidió que la mejor forma de reanimar la maltrecha economía norteamericana era bajar los impuestos. Así se reanimaría el consumo y se fomentaría el espíritu empresarial. Encendida la mecha, lo demás vendría rodado. Y acertó. El problema fue que, una vez puesta en marcha la maquinaria, no pudo encontrar su equilibrio.

Pero vayamos por partes. Otra coincidencia importante entre Reagan y Trump es que sus programas económicos tratan de desatar los 'animal spirits' de los consumidores, término que utilizó Keynes en su descripción sobre cómo influye el componente psicológico en la confianza de los consumidores. El objetivo de desatar los “instintos primarios” del consumidor es que la gente gaste y eso anime a su vez la inversión (para atender el incremento del consumo), iniciando así el circulo virtuoso del crecimiento.

Foto: Donald Trump en su primera comparecencia. REUTERS

Las ideas simples suelen ser las más efectivas. La economía norteamericana despertó de su letargo. Aumentó el consumo y floreció la iniciativa privada. Desapareció la sensación -muy real- de que el fruto del esfuerzo personal se lo llevan los impuestos. El Estado dio un paso atrás y dejó trabajar y crecer a los ciudadanos. EEUU vivió un renacer económico importante y un aumento de la autoestima cuyas consecuencias positivas han perdurado hasta hoy.

Pero la naturaleza humana no se caracteriza por tender al término medio. Al menos en lo económico es más bien maníaco-depresiva. O eufóricos o deprimidos. A la hora de gastar, la mayoría de los consumidores no tiene termino medio, especialmente en EEUU. De la depresión del consumo de la época del presidente Carter se pasó a la euforia consumista de la época Reagan, lo que llevó a abusar del crédito, tanto por parte de los particulares como de las empresas. La euforia crediticia corporativa alcanzó su cenit en la locura de las fusiones y adquisiciones apalancadas de la segunda mitad de los años 80. El 'laissez faire' que tan buen resultado había dado se convirtió en puro y simple descontrol.

¿Qué hizo la bolsa en ese periodo? Como ahora con Trump, reaccionó muy bien al plan de bajar impuestos. Luego siguió subiendo, reflejando el éxito que tuvo la aplicación de la medida en la economía real. Se revalorizó un 140% en siete años, hasta que los excesos de los yupis, a tope de 'animal spirits', provocaron una caída del 20% un día del mes de octubre de 1987. No se suele hablar de lo que hizo luego el mercado, que en términos cuantitativos es mucho más importante: en un año recuperó todo lo perdido y luego subió durante 11 años sin grandes periodos bajistas entre medias. Concretamente un 390% adicional.

El mercado podría volver al alza una vez corregidos los excesos. Porque podríamos estar inmersos en un nuevo 'superciclo', parecido al de 1980/2000

Si la historia es una buena referencia, las bajadas de impuestos de Trump y su llamada a fomentar los instintos económicos primarios harán crecer fuertemente la economía y esto se seguirá reflejando en las bolsas (si bien creo que está ya parcialmente descontado). Luego llegarán los excesos. Crediticios, corporativos y bursátiles, acompañados, probablemente, por subidas de tipos de la Fed, lo que acabará generando una fuerte corrección bursátil. Es más, para que no queden dudas sobre el parecido, en esta ocasión también tenemos nuestro desmadre especulativo particular, que en la época digital no podía ser otro que una criptomoneda. El bitcoin no tiene todavía peso para desestabilizar el sistema, pero ya veremos qué ocurre si sigue por este camino y acabara sufriendo un 'crash'. Ya vale lo mismo que Walmart y no tiene pinta de dejar de subir. Como todos los activos financieros, a más se sube, más dura será la caída.

Sea el que sea el motivo de la corrección, si la historia se repitiera el mercado podría volver al alza una vez corregidos los excesos. Porque, por encima de ellos, podríamos estar inmersos en un nuevo 'superciclo' bursátil, parecido al de 1980/2000, cimentado en esta ocasión en una revolución industrial, tecnológica y del modelo energético como ha habido pocas en la historia. Esto último es obviamente cosecha propia y no tengo espacio para desarrollarlo aquí, pero lo tienen en mi último informe (diciembre). En cualquier caso, el primer superciclo sería el que se produjo entre 1945 y 1965, apoyado en aquella ocasión en el crecimiento económico de la posguerra, el segundo sería el que se inicia con Reagan -del que ya hemos hablado- y este podría ser el tercero. Méritos desde luego no le faltan.

Yo creo que la experiencia es, junto con la humildad, de lo poco bueno que aporta la edad. No es lo mismo que te cuenten algo que haberlo vivido. Puede suponer una gran diferencia a la hora de tomar decisiones. El acierto se basa en gran medida en la calidad de la información disponible. Y esto es de aplicación a los mercados financieros.

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