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Ray Dalio contra Europa y el consenso
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Víctor Alvargonzález

Telón de Fondo

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Ray Dalio contra Europa y el consenso

Viendo los resultados de las elecciones italianas, los problemas secesionistas en España y los populismos del norte y sur de Europa, uno se pregunta ¿y si Ray Dalio tuviera razón?

Foto: Ray Dalio. (Reuters)
Ray Dalio. (Reuters)

Viendo los resultados de las elecciones italianas, los problemas secesionistas en España y los populismos del norte y sur de Europa, uno se pregunta ¿y si Ray Dalio tuviera razón?

No se cuales son exactamente los motivos que han llevado a Dalio - responsable del mayor “hedge fund” del mundo - a ponerse “corto” en la eurozona, es decir, a apostar miles de millones a que caen valores e índices europeos. Pero lo que resulta más preocupante no es la apuesta bajista en sí, pues Dalio y su equipo pueden equivocarse. Lo que me preocupa es que se enfrenta en solitario al consenso y la experiencia muestra que ir contra el consenso aumenta las probabilidades de acierto.

También me preocupa que el motivo de su posicionamiento podría no ser el análisis fundamental, como podría parecer inicialmente, sino que pudiera estar basado en el choque de trenes político y económico entre el norte y el sur. Tanto a nivel continental como dentro de cada país. Porque esto sería más grave.

Foto: Ray Dalio (Reuters)

Por un lado tenemos el tren de las diferencias económicas. Ya no se limitan a las conocidas de “norte de Europa rico, trabajador y ahorrador, sur pobre, vago y dilapidador”. Que ya lo dijo Dijsselbloem, comisario del Eurogrupo: “los del sur se gastan todo el dinero en alcohol y mujeres”.

Pero es que ya no es sólo norte de Europa versus sur, no, es también dentro de los principales actores del sur. Las elecciones italianas son un buen ejemplo de ello. Como bien señalaba recientemente en un artículo de El Confidencial el periodista Jacobo Iacobini “el sur quiere renta mínima, el norte quiere menos impuestos. Le deseo buena suerte a la deuda pública” ¿Y que opinan los alemanes y los holandeses de que aumente la deuda pública italiana? Mejor no se lo preguntamos a Dijsselbloem (especialmente en horario infantil)

El otro ejemplo de “corazón partido” interno lo tenemos en nuestra querida España. No voy a entrar en quien tiene razón, lo mío es la economía y no la política, pero es obvio que un gran porcentaje del apoyo al independentismo catalán tiene su origen en la sensación de muchos catalanes – real o ficticia - de que están subvencionando a un sur – que en este caso incluye también a parte del oeste – que, en su opinión, se ha acostumbrado a vivir de la subvención y no muestra interés alguno en modificar el “statu quo”. Y estos temas, convenientemente agitados por los políticos, son una bomba de relojería, tanto en España como en Italia.

Norte de Europa versus sur, populismos de derechas del norte versus populismos del izquierdas del sur, comunidades ricas versus comunidades pobres. Un conflicto de interés múltiple en el horizonte que no me extraña que, visto desde EE.UU., huela a choque de trenes, coches, motos y lo que haga falta. Huelen la crisis política que deriva en crisis financiera. Huelen que se puede ganar mucho dinero apostando contra Europa.

En el otro lado del cuadrilátero y frente a Dalio tenemos al consenso y a la propia idea de Europa. Las buenas ideas son poderosas y la idea de una Europa unida es una gran idea se mire por donde se mire, pero ¿sabrán gestionarla los políticos de hoy en día? También frente a Dalio está el consenso del mercado que, de forma mayoritaria, apuesta por lo que ciertamente son precios atractivos y recuperación económica. Y no podemos olvidar que los mercados son, sobre todo, mecanismos de fijación de precios y descuento de expectativas económicas.

Valoraciones

Si no fuera por esta peligrosa unanimidad del consenso (ver “La formula matemática con la que ganar en el mercado”, de Julio de 2016) el caso europeo sería atractivo: precios más bajos que en EE.UU., índices todavía muy lejos de sus máximos históricos (en lugar de haberlos sobrepasado ya en un 80%, como han hecho los norteamericanos), pero esto también da que pensar: ¿y si Europa está tan barata precisamente porque tenemos problemas políticos muy serios? Porque si van a más, cada vez estará más barata ¿Está barata porque EE.UU. está a la vanguardia de la revolución digital y su bajada de impuestos los hace ahora incluso más atractivos para las empresas? ¿No será que los índices europeos no consiguen superar sus máximos simplemente porque les pesa el lastre de la política y la obsolescencia económica? (frente a la unidad política y el dinamismo económico norteamericano) Porque EE.UU. está dividido, si, pero nadie pone en duda que son un país, por mucho que los estados peleen por su parte del pastel del presupuesto federal.

La decisión de dar más peso a Europa o EE.UU. es fundamental en el resultado de una cartera de fondos. Los resultados de los últimos doce meses dan la razón a Dalio y se la quitan al consenso: el SP 500 sube un 15% mientras que el Eurostoxx cae un - 0,60%. Y la diferencia es todavía más brutal si comparamos con el Nasdaq, que ha subido un 25%.

Personalmente lo tengo claro: todavía me arrepiento de haber coincidido con el consenso durante unos meses del año pasado y haber sobreponderado temporalmente Europa. Y me alegro infinito de haber reconocido el error a tiempo y haber vuelto a dar más peso a Norteamérica. Y, como les dije en el artículo anterior - y en mi informe mensual con más detalle -, he aprovechado la corrección para incrementar posiciones en ambos. A largo plazo pienso que la idea de una Europa unida es tan buena que se buscarán y encontrarán formulas para contrarrestar los vientos en contra. Pero mientras tanto prefiero esperar a ver como se van concretando.

Viendo los resultados de las elecciones italianas, los problemas secesionistas en España y los populismos del norte y sur de Europa, uno se pregunta ¿y si Ray Dalio tuviera razón?

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