Telón de Fondo
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Esperando a la “Fed”
"No podemos poner todos los huevos en esa cesta llena de dólares, porque, tarde o temprano la Fed tendrá que detener su proceso de hiperventilación"
En bolsa, cuando uno no sabe qué hacer, tiene dos opciones: mantenerse al margen o “escuchar” al mercado. Mirar qué hace y porqué. Recapitulemos pues sobre que nos ha dicho este año el índice de bolsa que condiciona el comportamiento de todos las demás: el S&P 500 norteamericano.
En el mes de febrero, el bono americano con vencimiento a 10 años, índice de referencia del mercado de deuda y de los créditos de largo plazo en Estados Unidos —y en cierta medida de todo el mundo— superó el 3% de tipo de interés ¿Y qué hizo la bolsa norteamericana? Cayó un 9%. Luego vino la recuperación, pero el pasado mes de octubre cayó de nuevo, en un porcentaje similar y justo cuando volvió a repuntar el tipo de interés del bono a 10 años. Que casualidad.
No hace falta ser un genio para darse cuenta de que a la bolsa norteamericana no le gusta que su bono de referencia supere el tres por ciento. Además, esta última corrección coincidió curiosamente con unas actas de la Reserva Federal en las que dijo que pretende situar sus tipos en un nivel “neutral” de, casualmente, el tres por ciento. En mi opinión, decir eso en la economía actual es como decir que a cero grados no hace ni frío ni calor.
No voy a entrar en porqué creo que tipos del 3% en la economía del año 2018 no tienen nada de neutral. Lo que sí sabemos es que de ”neutral”, para la bolsa, nada, porque si con tipos en el entorno 2% actual el bono se pone en el 3,20%, una simple regla de tres nos dice donde puede irse el bono —y con el la bolsa— si la “Fed” decide llevar su tipo interés al nivel que sería neutral en época de Nixon o algo así.
Yo no se que harán finalmente los miembros de la Reserva Federal, pero, mientras tanto el mercado ha tomado buena nota y va a ser muy difícil que suba hasta que se aclare la situación de los tipos de interés. En este contexto la mejor estrategia a corto plazo es esperar. Lo que no significa que no se tenga renta variable en cartera. No se puede gestionar una cartera pasando de todo a nada, porque se puede uno equivocar y porque no es fácil entrar y salir bien del mercado. Pero es conveniente reducir el peso de la renta variable para reducir la volatilidad y el riesgo de la cartera hasta que la 'Fed' se dé cuenta de que el tipo neutral de los años 2000 no es el tipo neutral de los años 60. Y si no se va a percatar, más motivo para reducir exposición.
El problema es que luego hay muy pocos activos en los que situar ese dinero ¿La renta fija? Para nada. Si suben los tipos de interés cae el precio de los bonos. Los únicos que se ven afectados positivamente son los plazos cortos en dólares. Si tengo una operación con pacto de recompra sobre letras del tesoro norteamericano con vencimiento a tres meses (técnicamente conocida como REPO de deuda), cada vez que renuevo la posición me pagan más.
Así que si yo fuera norteamericano tendría el grueso de mi cartera táctica o de corto plazo en renta fija norteamericana de corto plazo, encantado de que sigan subiendo los tipos de interés. El problema es que un europeo tiene que tener cierto cuidado con el riesgo divisa, porque ahora mismo tiene el viento a favor, pero no está garantizado que dure eternamente. Simplemente conque la Reserva Federal recapacite sobre lo que es el tipo neutral en los años de la revolución digital y de la globalización podría cambiar la dirección del dólar.
[Regla número uno: no luche contra la 'Fed']
En cualquier caso los bonos de corto plazo en dólares que llevo recomendando insistentemente en mi informe y en estas páginas desde primeros de año son uno de los mejores sitios donde colocar nuestro dinero hasta saber donde pretende llegar la 'Fed'. Y es más sencillo de lo que puede parecer, porque puede hacerse utilizando fondos de inversión. Sólo hay que tener cuidado con que la duración —dato que sale obligatoriamente en el folleto del fondo, que está en la web de la gestora— sea inferior a dos años. Y si es menos, mejor.
Porque lo que hace la Reserva Federal es generar un círculo virtuoso para el dólar y los bonos norteamericanos de corto plazo, ya que cada vez que sube los tipos de interés —o habla de que va a hacerlo— atrae dinero hacia los bonos norteamericanos, pues van a seguir pagando un tipo mucho mejor que los de otros bonos de similar calidad crediticia. Y para que los inversores puedan comprar bonos norteamericanos tienen que vender su divisa y comprar dólares. Y sube el dólar. Y así hasta que dejen de subir los tipos en EE.UU.
Desgraciadamente los europeos no podemos poner todos los huevos en esa cesta llena de dólares, porque, tarde o temprano la Fed tendrá que detener su proceso de hiperventilación. ¿Y dónde ponemos el resto del dinero mientras esperamos? Si estamos mirando a corto plazo —y es lo que estamos haciendo en este artículo— hacerlo en bolsa europea es ir de Guatemala a Guatepeor. Fíjense que, pese a todo lo que ha caído recientemente la bolsa norteamericana, va mucho mejor que la europea, especialmente si hemos utilizado fondos en dólares. El S&P 500 lleva un 2,51% positivo en el año frente al 8% que cae el Eurostoxx 50. Y el que ha comprado un fondo que invirtiera en el S&P en dólares va ganando la friolera del 9,25% en el año.
¿Y el oro? Pues no, porque no se está beneficiando de esta volatilidad. Va perdiendo un 7% en el año. Para subir, el oro necesita guerras, desastres o mucha inflación. Personalmente creo que los inversores saben que la Reserva Federal tiene mentalidad de los años 60 y que tarde o temprano se dará cuenta de que vive en los 2000. El oro “ve” que la inflación subyacente se mantiene moderada pese al fuerte crecimiento de la economía USA. En otras palabras, la cotización del oro es más “consciente” que la Fed de que vivimos en una revolución digital, en un mundo global de alta competición y sin poder de los sindicatos parar reclamar fuertes alzas salariales. Un mundo donde es difícil que se disparen los precios.
Personalmente, el resto del dinero que tengo a la espera que no está en bonos USA de corto plazo lo tengo en una clásica y poco glamurosa cuenta corriente. Y en uno de los pocos fondos de renta fija de corto plazo que está consiguiendo mantenerse en positivo. Mejor esperar ganando poco o nada que esperar a la Fed perdiendo.
En bolsa, cuando uno no sabe qué hacer, tiene dos opciones: mantenerse al margen o “escuchar” al mercado. Mirar qué hace y porqué. Recapitulemos pues sobre que nos ha dicho este año el índice de bolsa que condiciona el comportamiento de todos las demás: el S&P 500 norteamericano.
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