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China - EEUU: llega la hora de la verdad
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Víctor Alvargonzález

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China - EEUU: llega la hora de la verdad

En EEUU las bolsas se han recuperado de tal manera que están muy cerca de los niveles anteriores a la corrección. Quien aprovechó para comprar ha ganado mucho dinero

Foto: Banderas China y EEUU. (EFE)
Banderas China y EEUU. (EFE)

Hace tiempo les dije que, en mi opinión, el futuro de la evolución de las bolsas mundiales dependía de lo que fuera a hacer la Reserva Federal de los Estados Unidos con los tipos de interés y del resultado de las negociaciones comerciales entre China y los EEUU por ese orden.

Afortunadamente, la Reserva Federal volvió a la realidad y, tras de provocar una corrección del 20% en Wall Street, abandonó la retórica de subir los tipos de interés hasta ese 3% que consideraban neutral, porque —decían— ni fomenta ni impide el crecimiento. El mercado y muchos analistas consideramos que eso era neutral en los años 60, pero no en 2019. Al final, la Fed se cayó del guindo y se dieron cuenta de que estamos en una economía globalizada, híper competitiva y en medio de una revolución industrial que tiende más a la desinflación que a la inflación. Y con la economía global perdiendo fuelle. Superado por lo tanto el obstáculo de la Fed lo que ocurra a partir de ahora en las bolsas dependerá de lo que ocurra cuando finalice la tregua en el conflicto comercial entre Estados Unidos y China.

Yo tengo la sensación de que la situación se ha complicado. En el inicio de las negociaciones el presidente norteamericano salía ganador. Se sentía muy fuerte para negociar. Empezando porque tiene toda la razón. Los chinos no respetan las patentes internacionales, hacen “dumping” con los precios y no dejan entrar en su mercado a los demás, mientras que ellos venden en todos sitios. Además, Trump no sólo tenía la fuerza de la razón y el apoyo del electorado. También tenía una bolsa muy fuerte y una Reserva Federal muy tranquila.

Pero las cosas han cambiado. La bolsa USA se ha recuperado, pero Trump sabe que no aguantaría el impacto de una falta de acuerdo. Además, la negociación está durando mucho y empiezan a notarse los efectos de las tarifas ya implantadas sobre los costes de las empresas norteamericanas. Y, por si esto fuera poco, el presidente ha perdido el apoyo de las cámaras y ahora los demócratas pueden tumbar casi cualquier medida de estímulo económico que quisiera tomar, especialmente si se trata de bajadas de impuestos. Así que Trump necesita desesperadamente apuntarse un tanto y llegar a un acuerdo que, además, reduciría el riesgo de recesión.

Trump necesita desesperadamente apuntarse un tanto y llegar a un acuerdo que, además, reduciría el riesgo de recesión

Podríamos decir que se ha dado la vuelta a la tortilla. El Trump de ahora me recuerda a ese tipo que se enfrenta en un bar a varios individuos mucho más fuertes que él y les dice a sus amigos eso de “¡sujetadme, que los mato!”, cuando en el fondo está pensando: “¡sujetadme, que me matan!”. Los negociadores chinos no tienen bolsa alguna de la de preocuparse (no hay comparación entre el grado de participación de los norteamericanos en la renta variable y esa minoría de chinos que, más que invierten, especulan). A sus dirigentes la opinión pública les trae al pairo. La tentación de apretarle las turcas a Trump, ahora que lo ven débil, debe ser grande. Pero los EEUU no son Europa: si les ponen contra las cuerdas son capaces de cumplir su promesa y poner tarifas a importaciones chinas por importe de 270.000 millones de dólares. Y entonces los chinos responderían con tarifas sobre un volumen de importaciones norteamericanas de 110.000 millones. No serían buenas noticias.

No creo que al final llegue la sangre al río. Cuando la alternativa es que pierdan todos se suelen alcanzar acuerdos. Pero podríamos asistir a una vuelta de tuerca adicional por parte de China, o a la típica negociación a cara de perro unos días o incluso unas horas antes del final del plazo de la tregua, que vence el próximo día uno de marzo. Eso pondría de los nervios a los mercados. Téngase también en cuenta que en EEUU las bolsas se han recuperado de tal manera que están muy cerca de los niveles anteriores a la corrección. Quien aprovechó para comprar ha ganado mucho dinero y la tentación de realizar beneficios es grande.

Sirva lo anterior de aviso no para que venda todo el mundo, pero sí para el inversor conservador o de perfil moderado que no quiera pasar unas semanas en vilo y prefiera reducir temporalmente su exposición a renta variable hasta que se aclare la situación. O para el “trader” que quiera realizar beneficios y esperar a un recorte para volver a entrar al mercado. Porque, al final, la cosa podría acabar bien, pero no es en absoluto descartable un aumento temporal de la volatilidad. Hay mucho en juego.

Hace tiempo les dije que, en mi opinión, el futuro de la evolución de las bolsas mundiales dependía de lo que fuera a hacer la Reserva Federal de los Estados Unidos con los tipos de interés y del resultado de las negociaciones comerciales entre China y los EEUU por ese orden.

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