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En la reestructuración bancaria el secreto estará en el “timing”
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Víctor Alvargonzález

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En la reestructuración bancaria el secreto estará en el “timing”

Los bancos europeos han caído muchísimo en bolsa y dar con el momento adecuado para volver al sector puede ser una de las decisiones de inversión que marquen la diferencia en la rentabilidad

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Hace tiempo dije que la situación de los bancos europeos acabaría siendo parecida a la de los astilleros españoles en los años 80: demasiados y poco rentables. Ahora los bancos han entrado en un proceso de reestructuración donde la diferencia con los astilleros es que no va acompañado de manifestaciones de señores con mono y casco quemando ruedas – un buen ERE bancario te pone en casa – pero que, por lo demás, son procesos muy parecidos que llevan a lo mismo: menos tamaño, menos personal, optimización de costes y cambio del modelo de negocio. Lo que viene siendo una reestructuración empresarial, vaya.

El caso es que los bancos europeos han caído muchísimo en bolsa y dar con el momento adecuado para volver al sector puede ser una de las decisiones de inversión que marquen la diferencia en la rentabilidad de una cartera. El problema es que entrar en un sector en reestructuración es como servir arroz: demasiado pronto, malo. Demasiado tarde, peor. Sólo vale hacerlo en el momento justo.

Foto: El presidente del BCE, Mario Draghi. (Reuters)

Y probablemente sea todavía demasiado pronto. Los precios ya descuentan el daño producido por los bajos tipos de interés, pero el mercado todavía piensa que los tipos subirán en un plazo relativamente corto de tiempo (meses, año..) Yo, en cambio, creo que lo de los tipos cero o negativos van para largo. Además, los bancos están consiguiendo salvar su cuenta de resultados gracias a esos clientes que piensan que el asesoramiento de la banca es gratuito, es decir, los que no se fijan en las altísimas comisiones de gestión que les cobran en sus fondos de inversión.

Pero al final la gente acaba espabilando. Se enterarán de que pueden obtener un resultado mucho mejor y pagar mucho menos en comisiones utilizando fondos indiciados (o indexados) que, además, también venden en algunos bancos. En Europa ya se ha “espabilado” el 18% de los inversores, pero queda margen hasta simplemente aproximarse a ese 50% de inversores que ha “espabilado” en Estados Unidos. El uso de indexados acabará afectando, directa o indirectamente, a las comisiones de la banca. Y quitándole clientes al banco que no los venda. Pero la banca no está preparada para sustituir en breve esos ingresos por servicios de alto valor añadido, porque su ADN es la venta, no el asesoramiento.

Yo creo que la restructuración en precios que van a sufrir los productos financieros en Europa no está descontada en la cotización de los bancos, porque todo el mundo piensa que son inmunes. Y es cierto, en gran medida lo son, ya que su poder omnímodo sobre la distribución seguirá existiendo ahora y dentro de diez años (a más largo plazo tengo mis dudas). Además, muchos de esos fondos se compran porque si no, no te dan el crédito que has solicitado– lo que eufemísticamente se conoce como “venta cruzada” y que en Sicilia llaman de otra manera –. Y se seguirán vendiendo con sus comisiones disparatadas porque “es lo que hay”.

Pero luego están todos esos fondos de inversión y otros productos financieros que compra la gente libremente para ahorrar e invertir. En esos va a empezar a ser difícil cobrar un 1,50% anual por garantizar pérdidas (fondos de renta fija) o el 1% por garantizar rentabilidad cero (fondos garantizados). Sobre todo cuando en el local de enfrente se paga el 0,30% y encima se gana dinero.

Pero no es menos cierto que el día en el que estén descontadas en el precio las fusiones forzadas por el Banco Central Europeo – importante ahorro en costes – y los ingresos por comisiones acordes con cierto nivel de competencia (vuelta a la realidad) estaremos hablando de un precio razonable. Probablemente incluso atractivo, porque los mercados tienden a pasarse de frenada y, ahora mismo, la imagen del negocio bancario y las expectativas de los analistas son muy malas. El “quid” de la cuestión estará, por lo tanto, en detectar el momento en el que el precio descuente todo lo anterior o, mejor todavía, cuando sea realmente pesimista. Una buena señal de entrada podría ser el inicio de las fusiones y las adquisiciones en el sector. Pero de eso hablaremos otro día.

Hace tiempo dije que la situación de los bancos europeos acabaría siendo parecida a la de los astilleros españoles en los años 80: demasiados y poco rentables. Ahora los bancos han entrado en un proceso de reestructuración donde la diferencia con los astilleros es que no va acompañado de manifestaciones de señores con mono y casco quemando ruedas – un buen ERE bancario te pone en casa – pero que, por lo demás, son procesos muy parecidos que llevan a lo mismo: menos tamaño, menos personal, optimización de costes y cambio del modelo de negocio. Lo que viene siendo una reestructuración empresarial, vaya.