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Los mercados son para gente de letras
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Víctor Alvargonzález

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Los mercados son para gente de letras

A mi me enseñaron que en los mercados hay que comprar barato. Y solo se compra barato cuando las cosas están mal. También me explicaron que los mercados descuentan escenarios futuros

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Para bien o para mal – de momento para bien -, cada día me siento más alejado del consenso. Como saben, recomendé entrar en renta variable aprovechando la crisis – o mantenerse dentro a quien ya estuviera -, especialmente en bolsa norteamericana, basándome en la idea de que habría vuelta a la normalidad y en los trillones de dólares, euros, yenes y yuanes que iban a inyectar gobiernos y bancos centrales en la economía global. Y, mientras tanto, solo he oído o leído que había que mantenerse al margen, porque todo estaba muy mal y había que esperar a que las cosas estuvieran bien.

A mi me enseñaron que en los mercados hay que comprar barato. Y solo se compra barato cuando las cosas están mal. También me explicaron que los mercados descuentan escenarios futuros, como por ejemplo que se vuelva a la “nueva” normalidad y de ahí a la normalidad. Especialmente si entremedias se descubre un tratamiento eficaz o una vacuna para el coronavirus. También aprendí que no se debe luchar contra la Fed. Y mucho menos contra todos los bancos centrales del mundo juntos. Y en los últimos años he aprendido que no debe preocuparse uno demasiado de lo que diga el consenso, porque en este negocio el consenso se equivoca más que acierta. Si no, todos los analistas serían millonarios. Y obviamente no es el caso.

Foto: (iStock) Opinión
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Pero es que, además, en esta ocasión la posición del consenso no me parece que haya sido especialmente ortodoxa, porque los mercados estaban y están teniendo un funcionamiento de libro. Fíjense, por ejemplo, en la recuperación del Nasdaq: en forma de V. Ha estado descontando lo que va a pasar con los resultados de los pesos pesados del índice, que, o no se van a ver especialmente afectados por el distanciamiento social o incluso se verán beneficiados.

Como he dicho en otras ocasiones, el coronavirus es el mejor agente comercial de la revolución digital. ¿Y cuál ha sido la posición del consenso durante el coronavirus? Que los valores tecnológicos estaban carísimos. ¿Resultado del Nasdaq en lo que va del año 2020?: un 6% arriba, coronavirus incluido (el Ibex 35 pierde un 22%). ¿Y el S&P 500? Una V menos potente en su lado derecho, pero V al fin y al cabo. Sólo ha caído un 5% en el año. El mercado valoró – correctamente - lo que significaba tener a la Reserva Federal de los Estados Unidos detrás y la rapidez con la que ha actuado el Congreso de los EEUU.

La evolución del Ibex es una L. El mercado ha descontado correctamente el tipo de “recuperación” que va a tener la economía española, gracias a la “visión” que han tenido nuestros gobernantes durante los últimos 10 años. Decidieron que lo de la revolución digital no iba con nosotros, que teniendo sol, playa, ladrillo - e impuestos - era suficiente. Y también porque los inversores se han dado cuenta de lo “bien” que se ha protegido aquí al tejido productivo. Acertaron adjudicándonos un L.

El coronavirus es el mejor agente comercial de la revolución digital

Recuperación en V para el Dax alemán. No es la V del Nasdaq, ya que tampoco han sido unos genios sus gobiernos a la hora de fomentar la participación en la revolución digital, pero, a diferencia de nosotros, pueden permitírselo. Y tienen industrias competitivas. Pero, sobre todo, han cuidado a sus empresas durante la crisis.

El comportamiento inteligente que está teniendo el mercado adjudicando la letra adecuada a cada país y sector también lo vemos en los estilos de gestión de los fondos de inversión. Los de “crecimiento”, que suelen dar mucho peso a la tecnología, se están recuperando en V. Los de “valor”, más “analógicos”, van renqueando.

Pero esto puede cambiar a medio y largo plazo. Habrá fondos “de valor” que tengan recuperaciones en forma de U. De nuevo, el mercado y su capacidad de anticipación: caída en picado prediciendo el cierre de muchos negocios “físicos”, estabilización - porque aunque estén cerrados o con poca actividad algo valen - y, finalmente, se descontará al alza la vuelta a la actividad y a los beneficios con la llegada de tratamientos y vacunas. Y como vendrán de una situación malísima, a poco dinero que ganen se notará enormemente en sus resultados. Una “U” de libro. Y digo “algunos” fondos de valor, porque no todos los negocios analógicos se recuperarán o se recuperarán por igual.

Foto: Bolsa de Nueva York (Reuters) Opinión
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El mercado ha acertado en su proceso de asignación de “letras” a las bolsas. Es el consenso de analistas el que se ha equivocado. Y esto no ha acabado. Ahora entramos en un escenario nuevo y fascinante. Por ejemplo ¿qué tipo de letra hay que asignarles a los bonos, ahora que la deuda global se ha disparado?. Parece fácil, pero no lo es, miren lo que ha pasado en Japón ¿Y cómo será la letra que defina la recuperación de los mercados emergentes? Y de ahí en adelante.

El acierto en los mercados se podría definir coloquialmente como el acierto a la hora de asignar la letra adecuada a cada activo, país o sector adelantándonos a la letra que dibujará la economía real. Y para acabar nuestro abecedario bursátil, además de la V, la L o la U recodemos que también estaría la W, representativa de un movimiento cíclico en la economía y que en análisis técnico se denomina periodo o banda de distribución.

Para bien o para mal – de momento para bien -, cada día me siento más alejado del consenso. Como saben, recomendé entrar en renta variable aprovechando la crisis – o mantenerse dentro a quien ya estuviera -, especialmente en bolsa norteamericana, basándome en la idea de que habría vuelta a la normalidad y en los trillones de dólares, euros, yenes y yuanes que iban a inyectar gobiernos y bancos centrales en la economía global. Y, mientras tanto, solo he oído o leído que había que mantenerse al margen, porque todo estaba muy mal y había que esperar a que las cosas estuvieran bien.

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