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Sí, era un 'long - short' de libro. Y ahora lo es más
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Víctor Alvargonzález

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Sí, era un 'long - short' de libro. Y ahora lo es más

En marzo insistí en esta idea y hoy les presento la tercera “oportunidad”. Porque esta es de esas ideas tendenciales que tienen un largo recorrido si se “arman” con los productos adecuados

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En enero de este año subimos a las redes una publicación diciendo que estábamos ante un 'long – short' de libro. Consistía en ponerse “largos” en el sector financiero –comprar fondos especializados en dicho sector– y “cortos” en bonos de largo plazo (apostar por que subieran los tipos de interés del mercado de bonos). También explicábamos que hoy en día es tan fácil apostar a favor de un índice o un activo como hacerlo en contra. Sólo hay que saber cuál es el fondo o ETF adecuado.

Desde entonces, el índice SP 500 Financial Sector ha ganado un 26% y el tipo de interés del bono alemán con vencimiento a 10 años ha pasado del - 0,54% al - 0,19%, es decir, apostar por la subida de tipos está dando también muy buenos resultados (el precio de los bonos se mueve de forma inversa al tipo de interés). Un 'long short' de libro.

En marzo, insistí en esta misma idea desde estas mismas páginas y hoy les presento la que sería la tercera “oportunidad”. Porque esta es de esas ideas tendenciales que tienen un largo recorrido si se “arman” con los productos adecuados.

Foto: Los combustibles han subido de precio en las últimas semanas. (EFE) Opinión
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La cuestión es que, digan lo que digan los bancos centrales, a medio plazo la inflación va a ser como mínimo superior a la que había antes de la pandemia. Por ejemplo, si hablamos de la europea, aunque baje del 3% actual al 2% objetivo del BCE - y no les quiero decir si se queda en el 3% o aumenta – el tipo de interés actual del bono alemán, un -0,19 %, (sí, hay que pagar por tenerlo) es absolutamente ridículo. El precio de los bonos europeos sólo aguanta gracias a las compras masivas del BCE. Y algo parecido se puede decir del bono americano: aunque el tipo de interés del bono a diez años se haya disparado hasta el 1,50 %, sigue siendo una remuneración ridícula para una inflación del 5 %. Lo sería incluso aunque bajara al objetivo de la Fed (3 %).

Para quienes no entiendan los números anteriores, la conclusión es muy sencilla: los bonos estaban ridículamente caros cuando subí el primer “post”, seguían estándolo cuando escribí el artículo en Marzo y ahora siguen estando ridículamente caros porque encima se ha cumplido con creces mi predicción de subida de la inflación. Así que sigue siendo una estupenda oportunidad de ponerse “corto” en bonos. Y hoy en día es tan fácil apostar contra el valor de algo utilizando fondos de inversión o ETFs como apostar a favor de que suba un índice como el Ibex o el Eurostoxx. Es solo cuestión de identificar el producto adecuado.

En cuanto al sector financiero, es uno de los que se ven más beneficiados por el aumento de la inflación y los tipos de interés. Esto todavía es más sencillo de entender que lo de los bonos. Los bancos toman el dinero al 0%, ya que no pagan nada a los que depositan su dinero en ellos. A primeros de año si decidían colocar ese dinero en bonos a 10 años obtenían un 0,95% anual. Ahora ese mismo dinero - que les sigue costando un 0% - lo colocan al 1,52%. Imaginen ese margen trasladado a los miles de millones de dólares que mueven en los mercados. Y luego hagan el mismo razonamiento con los créditos a medio y largo plazo que conceden a sus clientes: el dinero les cuesta cero, pero según suben los tipos de interés del mercado de bonos también aumenta el tipo de interés de los créditos a medio y largo plazo, es decir, aumenta el margen de los bancos.

Cualquier cliente minorista puede hacer inversiones 'long - short' a la medida, sin tener que complicarse la vida con productos derivados

Además, los bancos se benefician de una mejora de la actividad económica, que no por ser artificial deja de estar ahí (artificial porque se basa en un incremento del gasto y la inversión pública que algún día tendrá que detenerse, no es genuina actividad empresarial). Aquí, de nuevo, el beneficio es bien sencillo de entender: si hay más actividad económica, hay más actividad crediticia. Con la ventaja de que ahora el margen va a ser mayor. Resumiendo: es bueno para el sector financiero.

No sabemos hasta qué nivel van a seguir subiendo los tipos de interés, pero sí sabemos que en el medio y largo plazo no es sostenible que un bono, por ejemplo español, pague un 0,30% cuando la inflación en España es del 3,30%. Aunque bajara al 2% ese tipo de interés seguiría siendo ridículo. Y si vamos a plazos más cortos, todavía peor, pues ahí tienes que pagar por tener el bono en cuestión. Pagar al Estado español, que cada día está más endeudado, por prestarle dinero. Ridículo.

Si todo esto ocurre se debe única y exclusivamente a las compras del Banco Central Europeo, que han anulado el mecanismo de fijación de precios del mercado de bonos. Pero eso no va a durar. Al BCE se le va a acabar la excusa de la pandemia para seguir comprando. Ahora mismo compra por motivos exclusivamente políticos y porque no sabe muy bien cómo parar sin que se desplome el precio de los bonos europeos. Especialmente los del sur de Europa, porque cuando el BCE deje de comprar volverán a funcionar las primas de riesgo (actualmente las mantiene en hibernación con sus compras).

Espero que con este artículo de hoy sean más quienes aprovechen no solo la oportunidad de inversión que propuse hace nueve meses, sino también la enorme ventaja que supone que, hoy en día, cualquier cliente minorista puede hacer inversiones 'long - short' a la medida, sin tener que complicarse la vida con productos derivados, algo inimaginable hace 20 años. Pero cuidado, asesórese bien a la hora de elegirlos.

En enero de este año subimos a las redes una publicación diciendo que estábamos ante un 'long – short' de libro. Consistía en ponerse “largos” en el sector financiero –comprar fondos especializados en dicho sector– y “cortos” en bonos de largo plazo (apostar por que subieran los tipos de interés del mercado de bonos). También explicábamos que hoy en día es tan fácil apostar a favor de un índice o un activo como hacerlo en contra. Sólo hay que saber cuál es el fondo o ETF adecuado.

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