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España no es país para emprendedores… ni para inversores
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Víctor Alvargonzález

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España no es país para emprendedores… ni para inversores

Personalmente dejé de recomendar la inversión la bolsa española cuando vi lo que se estaba cociendo en Norteamérica, lo que luego se ha llamado revolución digital

Foto: Foto: istock
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Supongo que cuando recomiendo evitar la bolsa española y centrar la inversión en otros países habrá quien piense que detrás hay algún tipo de cuestión ideológica o algo así. Tal y como está el patio, cualquier opinión sobre nuestro país se interpreta en clave política.

Obviamente no es el caso. Prueba de ello es que mi visión negativa sobre la inversión en bolsa española empezó hace más de 10 años (lo cual también se puede comprobar leyendo aquí mis artículos al respecto) y en ese periodo ha habido gobiernos de los dos colores. Y, como explico siempre, las bases de nuestro retraso y decadencia económica se crearon hace como mínimo 10 años. Tuvimos un esperanzador repunte alcista tras la transición, con gobiernos de ambos colores, pero se quedó en eso, en un repunte técnico.

Aún así, cuando en Nextep nos planteamos la estrategia para el año próximo siempre le damos una vuelta a la situación española, a ver si pudiéramos darnos el placer de recomendar nuestro maltrecho Ibex (por cierto, damos una conferencia de estrategia el próximo día 22, pueden inscribirse gratuitamente en el botón que hay en la página inicial de nuestra web).

Foto: Los millonarios de las tecnológicas engordan fortunas con venta de acciones

Personalmente dejé de recomendar la inversión la bolsa española cuando vi lo que se estaba cociendo en Norteamérica, lo que luego se ha llamado revolución digital. Lo comparaba con lo que veía en España y mientras allí veíamos crecer a los Amazon, Apple, Facebook, Microsoft, Google, etc., aquí seguíamos centrados en sectores que por supuesto hay que tener, pero estábamos totalmente ajenos a lo que había que tener de cara al futuro. Y las bolsas miran al futuro.

Peor todavía: la burocracia y los excesos regulatorios iban a más , no a menos. Si encima añadías el desinterés del gobierno hacia todo lo que fuera fomentar la innovación o la digitalización, la decisión estaba clarísima. Como dije entonces, llegamos tarde a la revolución industrial y llegaríamos tarde a la revolución digital. Y ya ven: ahora andan creando un ministerio, a ver si así. De hecho, esa es otra mala señal: pensar que lo van a arreglar creando un ministerio.

Si con un gobierno de derechas el panorama era cada vez menos atractivo, la llegada del de izquierdas empeoró la situación. Y no tendría porque haber sido así. En España ha habido gobiernos de izquierdas con una visión moderna de la economía y que entendían que son las empresas las que innovan y crean empleo. Pero no hubo suerte. España ha pasado de ser un país relativamente “business friendly” que dicen los ingleses (“amistoso para las empresas”) a ser territorio hostil.

Las nuevas generaciones ya solo piensan en hacer oposiciones o irse al extranjero. Qué mala señal

La presión burocrática y regulatoria sigue aumentando, cada día se transmite más la imagen de que los empresarios son seres malvados y egoístas que no aportan nada a la sociedad, y que quien crea empleo y lo arregla todo es el Estado. Teniendo un paro juvenil del 40% no se crea una sola ayuda para subvencionar el empleo joven, mientras que se dedican fortunas a todo tipo de gastos políticos. Las nuevas generaciones ya solo piensan en hacer oposiciones o irse al extranjero. Qué mala señal.

Las prioridades económicas, “las cosas del comer”, han dejado de ser prioritarias. Y lo peor es que no solo para han dejado de serlo para los políticos, también para los ciudadanos, o al menos eso parece. Y de forma sutil, un poquito aquí, un poquito allá, la fiscalidad es cada día más dura, pensando como que no se va a notar. Especialmente en las clases medias, lo cual es todavía peor. Es un dato muy negativo para el consumo interno y para la motivación para trabajar y crear.

Por el lado de la revolución digital, mientras en el mundo se inicia la construcción del meta verso y se crea el caldo de cultivo para su desarrollo y de las importantísimas tecnologías que lo acompañan (inteligencia artificial, blockchain, computación en la nube, etc.), aquí se crean barreras de entrada a los fondos que se utilizan en las economías avanzadas para invertir en esta segunda revolución digital, los ETF (que ya representan casi la mitad de la inversión colectiva en los EEUU). Patético.

Foto: Cartel del evento. (EC)

Como dijo el filósofo “no es esto, no es esto”. Internet y la revolución digital surgieron en un entorno como el de Silicon Valley, no en un entorno de agobio burocrático, regulatorio, impositivo y en general hostil hacia la empresa y los emprendedores. Si lo de poner barreras a los ETFs del meta verso y las nuevas tecnologías es una buena muestra de dónde estamos, la decisión de si una empresa es una startup o no la tome un funcionario en una ventanilla es otra. Cualquier empresa de nuevo cuño que incluya una fuerte inversión en investigación, innovación o tecnología debería de ser apoyada como startup, sin necesidad de que le pongan un sello en una ventanilla.

Si queremos romper el círculo vicioso de la decadencia económica en la que se ha ido situando nuestro país tenemos que cambiar las prioridades. Cuando eso ocurra será el momento de plantearse volver a la bolsa española. Mientras tanto, estamos muy bien donde estamos.

Postdata: este año el S&P 500 sube un 25% mientras que el IBEX sólo sube un 3,7%. Y así más o menos todos los años desde hace más de diez. Bueno, ahora es peor, porque ya no nos queda ni siquiera Italia, que este año sube un 19 % .

Supongo que cuando recomiendo evitar la bolsa española y centrar la inversión en otros países habrá quien piense que detrás hay algún tipo de cuestión ideológica o algo así. Tal y como está el patio, cualquier opinión sobre nuestro país se interpreta en clave política.

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