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Resolver todo a base de deuda tiene un precio
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Víctor Alvargonzález

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Resolver todo a base de deuda tiene un precio

Hay que dejar de tener esos fondos y planes de pensiones de renta fija que puedan verse perjudicados por esta situación

Foto: Foto: EPA/Justin Lane
Foto: EPA/Justin Lane

La deuda es como el bálsamo de fierabrás: lo arregla todo. ¿Que hay que confinar a la gente y parar la economía durante varios meses para hacer frente a un virus? Pues se emite deuda, con ese dinero se protege el tejido productivo, se genera luego actividad económica y se vuelve rápidamente a la normalidad. En el caso de los confinamientos, y dado el impacto tan brutal que tienen sobre la economía, también se requiere la ayuda de los bancos centrales. Son necesarios tanto para fabricar dinero - lo que técnicamente se conoce como “estímulo monetario” - como para que la deuda se emita a tipos muy bajos y no genere costes financieros.

La deuda también sirve para compensar el impacto de aislar económicamente al mayor productor del mundo de materias primas (que también lo es de gas natural y tercero de petróleo) para tratar de evitar que invada a un país vecino. Es un impacto en forma de inflación y, por lo tanto, la deuda se emite para limitar / compensar la subida de precios.

Quede claro que no es mi intención juzgar. Y que la intención de quienes han creado esa deuda ha sido muy loable. Seguramente no había alternativa. Especialmente en el caso del COVID, donde la “alternativa” habría sido que muriera más gente. Pero nuestra obligación como asesores financieros es recordarles a Uds., ahorradores e inversores, que las deudas se pagan. Y explicarles qué tienen que hacer para no encontrarse en el lado equivocado de la carretera. Y que este bálsamo de fierabrás que es la deuda tiene efectos secundarios (como casi todos los medicamentos milagrosos).

Foto: (iStock) Opinión

En este caso no afectan a la salud física sino a la financiera. El principal de esa enorme deuda (importe de la misma a vencimiento) lo pagarán nuestros hijos. Tanto la emitida por el COVID como la creada para compensar el impacto de las sanciones a Rusia es deuda con vencimiento a muy largo plazo. Por eso los gobiernos están tan tranquilos: saben que el problema será para los políticos que dentro de 10, 15 o 20 años - dependiendo de los vencimientos elegidos – tengan que hacer frente a esos pagos. Y para nuestros hijos, claro, que lo pagarán con sus impuestos.

Pero también lo es para los inversores que han comprado esa deuda. La mayoría no son conscientes de ello, porque tienen su dinero en fondos de inversión y planes de pensiones de renta fija y no son ellos, sino los gestores, quienes han comprado esa deuda. Pero acabarán siendo conscientes - ya deben de estar empezando a darse cuenta - a medida que esa deuda - y los fondos y planes que le han comprado - vaya perdiendo valor.

Y lo perderá. Mucho más de lo que ha perdido en los últimos meses. En primer lugar, porque hay un límite respecto a lo que está dispuesto a comprar el mercado. Llegado un punto, sólo compra si baja mucho el precio y hace atractivo el bono (deuda) en cuestión. Especialmente cuando los bancos centrales empiezan a subir los tipos de interés (existe una relación inversa entre el precio de los bonos y los tipos de interés).

Se puede invertir en productos muy tranquilos que, aunque sea de forma lenta y gradual, se irán beneficiando de la subida de los tipos

Esas son las malas noticias. La buena es que es un problema que tiene fácil solución. En primer lugar, hay que dejar de tener esos fondos y planes de pensiones de renta fija que puedan verse perjudicados por esta situación. Es una actitud defensiva, pero mejor perder menos o no ganar nada que perder un 11 % - es lo que ha caído en los últimos meses el índice Barclays de renta fija global - o incluso un 20%, que es hacia dónde podría dirigirse a medio plazo.

Peor en nuestra opinión es todavía mejor rentabilizar la situación, y no es incompatible con que una parte de la cartera sea puramente defensiva. Igual que se puede invertir en fondos que invierten en bonos (fondos de renta fija), se puede invertir en fondos que apuestan contra el valor de los bonos, es decir, en fondos que se benefician de la caída del precio de los bonos. Y es tan fácil como invertir en fondos de renta fija “de toda la vida”. La única dificultad estriba en saber cuáles son estos que se benefician de la caída del resto, porque son pocos y no están disponibles en todas las entidades financieras.

También se puede invertir en productos muy tranquilos que, aunque sea de forma lenta y gradual, se irán beneficiando de la subida de los tipos de interés. Es una característica de determinados fondos monetarios. Recuerden que los mercados anticipan eventos futuros. Incluso en el mercado monetario. Estos fondos tampoco son fáciles de encontrar, pero existir, existen. Vaya si existen.

Foto: Manifestación contra la invasión de Ucrania. (EFE/Peter Klaunzer) Opinión
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Luego está la posibilidad de que, aunque uno sea un inversor muy conservador, añada una pequeña “guinda” de fondos de renta variable a la cartera de inversión. Y hacerlo en fondos de sectores que se benefician del aumento de la inflación y/o de los tipos de interés, que no son pocos. Tener un 10 % - o incluso un 20 % - de la cartera en renta variable jamás arruinó a nadie y si entramos en un ciclo de subidas de tipos hay sectores que darán muchas alegrías.

También podemos imitar a nuestros abuelos y comprar acciones para sentarnos sobre ellas y “cobrar el cupón” (directamente o vía fondos de inversión). De empresas con dividendos estables y crecientes. Son muchas las empresas que casi todos los años suben el dividendo. Y lo hacen sobre todo en épocas de inflación, para que la rentabilidad real de los dividendos que cobran los ahorradores no se vea perjudicada por el aumento del IPC.

Como decimos en Nextep desde hace tiempo, ya que no podemos evitar que la inflación afecte negativamente a nuestro poder adquisitivo, que al menos afecte positivamente a nuestros ahorros.

La deuda es como el bálsamo de fierabrás: lo arregla todo. ¿Que hay que confinar a la gente y parar la economía durante varios meses para hacer frente a un virus? Pues se emite deuda, con ese dinero se protege el tejido productivo, se genera luego actividad económica y se vuelve rápidamente a la normalidad. En el caso de los confinamientos, y dado el impacto tan brutal que tienen sobre la economía, también se requiere la ayuda de los bancos centrales. Son necesarios tanto para fabricar dinero - lo que técnicamente se conoce como “estímulo monetario” - como para que la deuda se emita a tipos muy bajos y no genere costes financieros.

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