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Europa dependerá de cuánto decida sancionarse
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Víctor Alvargonzález

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Europa dependerá de cuánto decida sancionarse

El día en el que se relajen las sanciones, las bolsas europeas pasarán en muy poco tiempo de sapos a princesas

Foto: Foto: Reuters/Johanna Geron
Foto: Reuters/Johanna Geron

Si hay una bolsa barata en los países avanzados, esa es sin duda la bolsa europea. El Eurostoxx 600 cotiza a un PER inferior a 12, algo que no se veía en mucho tiempo. Cinco de los mayores bancos del continente cotizan un per de cinco, algo que no se veía en 50 años. La rentabilidad por dividendo del Eurostoxx 600 supera el 4% y es fácil encontrar valores de mucha calidad que pagan el 6% e incluso el 7 % anual.

Entonces ¿cuál es el problema? Es comprensible que los inversores privados, paralizados por el miedo y el ruido de las redes sociales, no se planteen aprovechar estos precios y estos dividendos, pero ¿y los inversores institucionales, que no tienen la presión del corto plazo y saben que están ante una oportunidad? La respuesta se llama sanciones.

Se les llama sanciones a Rusia, pero si bien no sabemos cuánto le afectan - no parece que mucho - donde es evidente que “funcionan” es en Europa. Y pensar que se mantengan durante mucho tiempo o incluso vayan a más ahuyenta a los inversores. Es totalmente lógico.

Foto: Foto: Reuters/Johanna Geron.

Está bien que haya un discurso oficial que le eche la culpa de la inflación a “la guerra de Putin” o a “la guerra en Ucrania”, pero el inversor no tiene que quedarse con las versiones oficiales sino con la realidad. Y la realidad es que la inflación, que ciertamente viene de antes (de los cuellos de botella post pandemia), en los últimos meses es consecuencia de haber cortado el grifo de las materias primas que salían de Rusia. No olvidemos que además de ahora el petróleo y en el futuro el gas, hemos decidido “prescindir” de sus son fertilizantes, minerales o materiales para la construcción. Y sin asegurar previamente una alternativa. Lo que en España se conoce como poner el carro antes que los bueyes.

Por poner un ejemplo del daño que nos auto infligimos con las sanciones: el banco de España estima que “sancionar” a Rusia dejando de comprar su petróleo nos va a costar entre un 0,8 y un 1,2 %más de inflación. Y una reducción del PIB de entre el 0,8 % y el 1,4 %, sumado a lo que ya nos han costado las anteriores. En el resto de Europa el impacto será parecido.

El resumen es sencillo: comprar fondos de renta variable europea a los precios actuales sería un auténtico chollo si no fuera por las sanciones. Pero si siguen y sobre todo si aumentan, Europa acabará estando todavía más barata en el futuro, porque el daño que hacen a la economía europea es brutal. Ahora bien, tampoco podemos olvidar la otra cara de la moneda: si algún día se relajaran, la reacción de las bolsas europeas sería muy fuerte, tanto como los extremos de valoración alcanzados a la baja.

Si Le Pen ha crecido en votos no ha sido tanto por méritos propios, sino por la desesperación de las clases más desfavorecidas

A primera vista hay cero esperanza de que bajen las sanciones. Según escribo acaba de aprobarse “sancionar” a Rusia prescindiendo de su petróleo. Y lo pongo entre comillas porque evidentemente Rusia lo venderá por otro lado y seguirá ganando dinero. Rusia tiene un coste de producción muy bajo y gana dinero en cuanto vende el petróleo por encima de 40 $ el barril. Eso si no nos lo acaba vendiendo de nuevo a través de distintos intermediarios. Pero empiezan a surgir otras opiniones.

Frente al ardor sancionador de Úrsula von der Leyen o Josep Borrell, los presidentes de Francia y Alemania conversan con Putin. Macron y Scholz son conscientes de que esta guerra no la pueden ganar ninguna de las dos partes, y que si sigue aumentando el coste de la vida sus votantes les van a pasar factura en forma de explosión popular. Y dará igual que sea culpa de Putin o que se la echen al BCE. Macron ya ha visto pasar el peligro de cerca: si Marine Le Pen ha crecido en votos no ha sido tanto por méritos propios - desde luego no por su capacidad de debatir en televisión-, sino por la desesperación que empiezan a adueñarse de las clases más desfavorecidas ante el aumento del coste de la vida

El presidente francés y el alemán también empiezan a darse cuenta de que si en Europa el problema es el coste de la vida, en el tercer mundo será pronto el hambre. Y el hambre genera crisis migratorias. Si no llegan pronto fertilizantes y grano, el tercer mundo vendrá a buscar la comida en Francia o Alemania. Es una poderosa razón para negociar la relajación de las medidas restrictivas que afectan a los alimentos.

Foto: Moscú, Rusia. (EPA/Maxim Shipenkov)

El futuro de la bolsa europea sin duda era muy negro al iniciarse la agresión rusa y la respuesta vía sanciones. De hecho, y como bien saben nuestros clientes, en el rebote que se produjo con las primeras negociaciones de paz les recomendamos reducir posiciones al mínimo. Pero ahora el realismo podría empezar a abrir una puerta a la esperanza. Si no a una negociación de paz, que sería lo ideal, si a que los políticos europeos se den cuenta de que, puestos a guerrear, lo que funcionan son las armas, el dinero y los servicios de información, no las sanciones. Al menos en este caso, perjudican más al sancionador que al sancionado. Y a terceros que no tienen culpa de nada.

Hablar de una relajación de la sanciones precisamente el día en el que Europa decide cortar sus importaciones de petróleo ruso no parece muy realista, pero no olvidemos que en un proceso de negociación se mantienen o incluso incrementan las medidas de presión, sin que ello detenga proceso. No se debe descartar ninguna opción, porque el día en el que se relajen las sanciones, las bolsas europeas pasarán en muy poco tiempo de sapos a princesas. De hecho, una característica de los “chollos” es que no duran eternamente.

Si hay una bolsa barata en los países avanzados, esa es sin duda la bolsa europea. El Eurostoxx 600 cotiza a un PER inferior a 12, algo que no se veía en mucho tiempo. Cinco de los mayores bancos del continente cotizan un per de cinco, algo que no se veía en 50 años. La rentabilidad por dividendo del Eurostoxx 600 supera el 4% y es fácil encontrar valores de mucha calidad que pagan el 6% e incluso el 7 % anual.

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