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El dilema de la Fed: indicadores adelantados o ducha de agua fría
En economía hay dos tipos de indicadores: los que nos muestran cuál es la foto actual y los que nos dan pistas sobre cuál puede ser la situación a corto y medio plazo
En economía hay dos tipos de indicadores: los que nos muestran cuál es la foto actual y los que nos dan pistas sobre cuál puede ser la situación a corto y medio plazo. Es normal que no coincidan plenamente. La economía es cíclica y lo que hoy va bien puede ir mal dentro de unos meses. Pero normalmente existe una cierta simetría, es decir, no chocan frontalmente en cuanto a la tendencia. Y no es el caso en la actualidad, al menos en EEUU. Para complicarle el trabajo a la Reserva Federal de los Estados Unidos, en esta ocasión la descorrelación es total.
La mayoría de los indicadores adelantados señalan debilidad económica a futuro (lo que favorecería la moderación de los precios). El consumo minorista ha caído en tres de los cuatro últimos meses y el año pasado las ventas de viviendas cayeron a su nivel más bajo desde 2014. Los últimos datos de ventas de coches han sido los más bajos en las últimas décadas y a los norteamericanos se les está acabando el dinero de los cheques que les dio el Estado para hacer frente a los confinamientos: la tasa de ahorro ha pasado de un máximo del 35% al 3,4% actual.
El año pasado las ventas de viviendas cayeron a su nivel más bajo desde 2014
Respecto a la inflación, la oferta monetaria - el factor fundamental en el incremento de la inflación para los monetaristas – ha caído de forma espectacular (desde los máximos alcanzados como consecuencia de la entrega de los famosos cheques). Y si se calcula el equivalente a doce meses de la inflación de los últimos cuatro, ya estaríamos en el objetivo del 2% de la Fed. Menos todavía si continuara bajando.
Y son sólo ejemplos. La inmensa mayoría de los indicadores adelantados señalan en la misma dirección: desaceleración económica, disminución de la inflación.
Pero la foto actual es muy distinta: la economía USA sigue creciendo, aunque sea de forma moderada, y lo más importante, al menos para la Fed: mantiene un nivel de empleo nunca visto. Y esto para la Reserva Federal es un problema. En su opinión, si el paro no sube por encima del 4%, es imposible controlar la inflación. De acuerdo con su razonamiento, no se puede controlar la inflación si no dejan de subir los salarios. Y cuando el paro es del 3,5%, los trabajadores tienen una enorme capacidad de negociación. Y el dato más importante de la fotografía actual: la inflación subyacente sigue por encima del 5 %.
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Es un dilema muy serio, porque los datos son totalmente dispares. Si la Fed se fija en los indicadores adelantados tendría que tomarse una pausa, con riesgo de que se vuelva a disparar la inflación, sobre todo si no aumenta el paro y siguen subiendo los salarios. Pero si se fija en la fotografía actual, la decisión sería totalmente opuesta, con el riesgo de que los indicadores adelantados se conviertan en actuales. Eso significaría recesión y fuerte aumento del desempleo. Y no hay que olvidar que su mandato es doble: estabilidad de precios y pleno empleo.
Por otra parte, la Fed tiene otra obsesión: evitar que mejoren lo que se conoce técnicamente como “condiciones de financiación” de la economía. Si, por ejemplo, sube mucho la bolsa, se produce lo que se llama “efecto riqueza”, que fomenta el consumo y mantiene altos los precios. Tengamos en cuenta que, al contrario de lo que ocurre en España, en EEUU la gente tiene mayoritariamente sus ahorros en bolsa, bien directamente, bien a través de fondos de inversión y ETFs (que son fondos de inversión de tercera generación). Y también en bonos. Y si sigue bajando el tipo de interés de los bonos, aumenta su precio y, por lo tanto, el efecto riqueza. Y si bajan los tipos de interés de medio y largo plazo, mejora la financiación de los pagos aplazados a medio y largo plazo, ergo, fomenta el consumo.
Consciente de lo anterior, la Fed no ha ocultado hasta ahora su tendencia a echar jarros de agua fría sobre los ánimos de los inversores, para evitar dicho efecto riqueza.
Y es así como llegamos a la próxima reunión de la Reserva Federal, donde tendrá que decidir si sube los tipos de interés, cuánto y, cada vez más importante: qué mensaje lanza al mercado. Y todo va a depender de si se fija en los indicadores adelantados o sigue centrada en el empleo y las duchas de agua fría sobre los mercados.
La Fed seguirá con la estrategia de subir los tipos de interés de forma moderada, un 0,25 %
En nuestra opinión la Fed seguirá con la estrategia que ha seguido hasta la fecha, es decir subir los tipos de interés de forma moderada, concretamente un 0,25%, pero siendo agresiva en el lenguaje, tipo “esto no acabado” o “el paro se tiene que situar por encima del 4%”. Y, para que los mercados se lleven una ducha fría pero no cojan una pulmonía, dirán que seguirán actuando en función de los datos. Y eso para los mercados implica también los indicadores adelantados (o que siga cayendo la inflación).
Lo que realmente mueve los mercados son las sorpresas. Agua pasada no mueve molino, y que la Fed siga con la estrategia de una de cal y otra de arena - lenguaje agresivo pero subida de tipos moderada – está descontado (así como una subida del 0,25%). Pero si se les ocurre subirlos un 0, 50% o lanzar un mensaje híper agresivo, el mercado no se lo tomara nada bien. Y viceversa: como mencionen la palabra “pausa” y además solo suban un 0,25%, la subida del SP 500 puede ser importante. Y marcaría un cambio de tendencia definitivo, tras la recuperación que se ha vivido desde el mes de octubre. Y si pasaran directamente a la “pausa”, entonces la subida podría ser de órdago. Pero no se animen (no creen efecto riqueza): las probabilidades de que eso ocurra en esta reunión son cercanas a cero (por eso si ocurriera el efecto sorpresa sería brutal).
En economía hay dos tipos de indicadores: los que nos muestran cuál es la foto actual y los que nos dan pistas sobre cuál puede ser la situación a corto y medio plazo. Es normal que no coincidan plenamente. La economía es cíclica y lo que hoy va bien puede ir mal dentro de unos meses. Pero normalmente existe una cierta simetría, es decir, no chocan frontalmente en cuanto a la tendencia. Y no es el caso en la actualidad, al menos en EEUU. Para complicarle el trabajo a la Reserva Federal de los Estados Unidos, en esta ocasión la descorrelación es total.
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