El asesoramiento financiero independiente es mejor y encima puede salir gratis

A nadie se le pasa por la cabeza que los ingresos de los médicos se basen en las comisiones que obtengan por recetar determinados medicamentos. Si dependieran de lo que les paguen las empresas farmacéuticas por recomendar sus productos, los pacientes no siempre tendrían la medicina adecuada. Peor todavía: si el medicamento no lo tuviera esa farmacéutica que paga la mejor comisión, es probable que el médico no lo recetara.

¿Sería surrealista, verdad? Pues es cómo funciona el sector financiero en muchos países europeos en lo referente al asesoramiento. Especialmente en España. Aquí, la mayoría de los “médicos” que se supone cuidan el ahorro y las inversiones de la gente - sus asesores financieros -, son comisionistas cuyos ingresos dependen de colocar productos a cambio de una comisión. En banca minorista, en banca personal y en banca privada. No se salva nadie.

Si solo fuera un problema de ética no sería tan grave, pero es algo que afecta, y mucho, a la rentabilidad. Y que se pone de manifiesto todos los años.

Situémonos por ejemplo a principios del año pasado. Pensemos en un asesor o gestor que tuviera más de la mitad del dinero de sus clientes colocado en fondos de renta variable (lo cual tendría toda su lógica, dada la buena evolución de las bolsas en los 12 meses anteriores). Imaginemos que ocurre lo que ocurrió, es decir, que empezó a descontrolarse la inflación y Rusia invadió Ucrania. Dos motivos más que suficientes para reducir tanto el peso de la renta variable como el de la renta fija en cartera (esta última es la principal perjudicada por el incremento de la inflación, porque suben los tipos de interés).

Pero hete aquí que si un asesor financiero no independiente les dice a sus clientes que reduzcan a la mitad el peso de la renta variable y que eliminen el de la renta fija hasta que pase la tormenta, las comisiones del asesor se reducen de forma brutal. De media, los fondos de renta variable pueden estar generando una comisión del 1,80% anual y los de renta fija, un 1%. El asesor - comisionista se lleva todos los años aproximadamente la mitad de dichas comisiones, por haber colocado el producto.

Imaginen ahora lo que supone para su cuenta de resultados decirle a los clientes que ese dinero lo pasen a fondos monetarios, que solo dejan una comisión del 0,20% o menos. Pueden imaginarse lo que le puede costar a dicho asesor dar el paso, mientras que el asesor independiente, que no depende de esas comisiones, lo puede dar sin ningún tipo de preocupación por su cuenta de resultados.

TE PUEDE INTERESAR

Renta 2022: si inviertes en productos financieros, toma nota de cómo declararlos

J.M/E.H

¿Y qué ocurre si en ese entorno es mejor un fondo que invierta en materias primas que uno que invierta en el SP 500? ¿O uno que invierta en la Bolsa de Londres, donde tienen mucho peso las empresas energéticas, pero resulta que el asesor no tiene ese tipo de fondos en su oferta?. Pues que no los recomienda, lo cual obviamente no va en el mejor interés de su cliente. En cambio un asesor realmente independiente puede recomendar cualquier fondo del mercado.

De este conflicto de interés hace ya mucho tiempo que se dieron cuenta en los países más avanzados, donde los reguladores se aseguran de que los clientes sepan si su asesor es o no realmente independiente. Incluso hay países, como el Reino Unido u Holanda, donde si alguien se denomina asesor financiero tiene prohibido cobrar comisiones de los fabricantes (tendrá que anunciarse sólo como distribuidor).

Por supuesto que también se han dado cuenta en el parlamento europeo, donde hay una iniciativa que pretende prohibir la retrocesión de comisiones, pero se encuentra con la oposición de un lobby muy potente. Tengamos en cuenta que si se prohibiera la retrocesión de comisiones, bancos y sociedades de valores (y sus agentes) dejarían de ingresar más de 5.000 millones de euros al año por su labor comercial.

Si se prohibiera la retrocesión de comisiones, bancos y sociedades de valores dejarían de ingresar más de 5.000 millones de euros al año

Obviamente el lobby no puede decir que el motivo por el que están en contra es que perderían dinero, así que ha buscado un razonamiento en el que parezca que todo se hace por y para el cliente. Y ese razonamiento es que si no cobraran comisiones y solo cobraran a sus clientes, el asesoramiento resultaría muy caro. Y que se quedarían fuera los clientes pequeños.

Es un razonamiento muy flojo, puesto que la realidad demuestra claramente lo contrario, puesto que existen – existimos - por toda Europa modelos de negocio de asesoramiento independiente que damos servicio a todo tipo de clientes y a un precio muy accesible. Eso aceptando como "asesoramiento" lo que ofrecen actualmente bancos, sociedades de valores y agentes a comisión a sus clientes. Pero es qué, además, concretamente en España, el asesoramiento independiente puede salir incluso gratis. Sí, como lo oye: independiente, objetivo y profesional y encima, por las circunstancias particulares de nuestro mercado, en la práctica, gratuito.

TE PUEDE INTERESAR

¿Dólar vs Yuan? La supremacía financiera de EEUU sigue a salvo de la amenaza china

Jacky Wong The Wall Street Journal

Es muy sencillo. Si un cliente está trabajando con una determinada entidad financiera, lo habitual es que los asesores y agentes de esa entidad traten de colocarle los productos más caros. Y no lo digo yo, lo dicen todas las encuestas de la Unión Europea. Pero normalmente en esa misma entidad se pueden encontrar fondos de inversión que hacen lo mismo, pero que salen más baratos. Un poco como los genéricos en las farmacias. Así que el asesor independiente puede abaratar la factura de comisiones para el cliente, incluso sin necesidad de que cambie de entidad financiera.

De mas a más, en España conviven bancos y sociedades de valores cuyas comisiones son de las más altas del mundo con plataformas muy competitivas. Así que si el cliente está dispuesto a cambiar de entidad y, con ayuda del asesor, localiza las más competitivas, puede ahorrarse hasta un 40% en comisiones de gestión. Eso, para hacernos una idea, puede suponer un 0,50% anual sobre el valor de todo su patrimonio, es decir, un 2,50% en cinco años o un 5% en 10. De todo el patrimonio. Es como para pensárselo.