Consecuencias del resultado electoral para inversores y ahorradores

Nadie mejor protegido frente a un resultado electoral adverso que el inversor y el ahorrador que utilizan fondos de inversión.

Una de las grandes ventajas de este producto tan eficiente que son los fondos - y ahora más, con la llegada de los ETF -, es que los inversores pueden colocar su dinero en cualquier economía del mundo. Y en cualquier activo financiero.

Así que, si le intranquiliza el escenario económico que se abre en España como consecuencia de las últimas elecciones, lo único que tiene que hacer es asesorarse adecuadamente y colocar su dinero en fondos de inversión o ETF que inviertan en economías con mejores perspectivas. El problema, como veremos más abajo, es otro.

Con esto no quiero dar por hecho que un gobierno de coalición similar al anterior – que es la opción más probable - sea necesariamente malo para la economía española. Al final, gobierne quien gobierne, las bases de nuestra política económica se establecen actualmente en Bruselas. Y la política económica la fija el Banco Central Europeo. En cuanto a la bolsa, el Ibex depende casi más de lo que hagan el S&P 500, el BCE o de lo que ocurra en Latinoamérica que de las decisiones del gobierno español.

No, el problema para ahorradores e inversores es otro, y se resume en tres palabras: Fuerte Subida de Impuestos.

En España, las coaliciones del estilo de la que viene son caras. Hay que satisfacer las demandas de mejora de la financiación, las promesas electorales - de todos los socios-, los escudos sociales, etc. Además, hay que colocar a políticos de todos los partidos que conforman la coalición, que en esta ocasión no son pocos. Y, al final, el dinero tiene que salir de algún sitio.

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En una coalición como la que probablemente acabará gobernando España, la reducción del gasto público como forma de equilibrar las cuentas está descartada. Y no les quiero decir la del gasto político. El problema es que la generosidad de la Unión Europea va a reducirse de forma proporcional al aumento de la recesión en Alemania y otros socios comunitarios. Y eso va a coincidir con la propia desaceleración española. Va a hacer falta dinero. Mucho dinero. Y descartado reducir o racionalizar el gasto, solo queda una opción: aumentar ingresos. Y no veo como un gobierno de estas características pueda hacerlo de otra manera que no sea aumentando impuestos.

Porque esa es la mala noticia: se podrá invertir fuera de España, pero los impuestos se pagan aquí (salvo el reducido grupo de personas que cuentan con la capacidad económica y los recursos jurídicos que permite bajar significativamente la factura impositiva). De hecho, en muchos casos la única forma realmente eficiente es cambiar la residencia fiscal, pero eso no es ni fácil ni barato. Y todo lo demás sólo permite mejoras marginales. Y si está Ud. pensando en “escaquear” alguna factura, abandone toda esperanza. ¿Se ha parado a pensar el uso que le puede dar Hacienda a la Inteligencia Artificial Generativa?. Y lo digo totalmente en serio: dentro de un año ni se planteen incluir el mínimo gasto no deducible. Pronto va a ser literalmente cierto que Hacienda lo ve y lo controla todo.

Pronto va a ser literalmente cierto que Hacienda lo ve y lo controla todo

Para mí la duda no está en si aumentarán los impuestos, sino en cuáles. Y a que contribuyentes. Algo me dice que quien tiene más papeletas en esta rifa son las rentas medias- altas, las altas (las muy altas pueden protegerse) - el ahorro y la inversión. Luego irían temas que tienen "venta" fácil, como los impuestos a los carburantes, a los billetes de avión, etc. (por lo de la sostenibilidad). Como seguramente no resultará suficiente, vendrán luego cuestiones políticamente más difíciles, como subidas del IVA o poner peajes en las autovías. A partir de ahí, el daño electoral para los partidos de la coalición podría ser excesivo y es donde intentarán establecer la línea roja.

Ahora, las soluciones. La verdad es que son pocas, excluido, como digo, el cambio de residencia fiscal u otras acciones radicales que están en manos de muy pocos. Pero para el resto de los mortales - y centrándome en inversores y ahorradores, que son nuestros clientes - más que pretender pagar menos impuestos o desafiar al futuro mega algoritmo de Inteligencia Artificial que acabará teniendo Hacienda, la mejor defensa es el ataque. Y amortiguar el golpe del contrario.

Desde el punto de vista del ahorrador y el inversor, eso se traduce en compensar la situación mejorando la rentabilidad de nuestros ahorros e inversiones y la utilización de formas de invertir que permitan postergar el pago de impuestos.

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La economía es cíclica. La política también. Hay épocas muy duras en términos impositivos y hay épocas en las que el estado afloja la presión. La historia demuestra que quien tiene paciencia puede acabar pagando menos impuestos. Y, para eso, nada como utilizar fondos de inversión y realizar la plusvalía cuando la situación sea más ventajosa (en el resto de activos financieros pagas en el momento en el que vendes, no puedes gestionar tu patrimonio sin generar plusvalías).

Les habrá llamado la atención que diga lo de "compensar el aumento de impuestos ganando más dinero" (en fondos de inversión, claro, que los beneficios no vayan automáticamente a las arcas del Estado). Lo digo totalmente en serio. Como si les digo que una buena forma de compensar la inflación es mejorando la rentabilidad de sus ahorros.

Les habrá llamado la atención que diga lo de "compensar el aumento de impuestos ganando más dinero". Lo digo totalmente en serio

La ventaja es que los mercados financieros han entrado en un periodo el que se está ganando dinero y se va a poder seguir haciéndolo. No es necesario que la economía real vaya especialmente bien. No será la primera ni la última vez que se gana en los mercados mientras la economía va mal. No me da tiempo a explicar aquí porqué, pero si comparan un gráfico histórico del PIB mundial (o nacional) con índices de bolsa globales (o nacionales), comprobarán que es así. Además, no sólo se puede ganar dinero en bolsa y ahora hay muchas otras alternativas.

En cambio, el dinero en el banco, los rendimientos de los depósitos bancarios, las rentas del trabajo y, en general, todos los rendimientos explícitos, están en una situación parecida a cuando los aviones de caza han fijado un objetivo y quedan a la espera de que el piloto dispare el misil. En el caso que nos ocupa, solo falta que el gobierno apriete el botón. Eso, o empezar ya mismo a colocar el dinero lejos del objetivo. El que avisa no es traidor.