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Una mala noticia que podría ser muy buena para las bolsas
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Víctor Alvargonzález

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Una mala noticia que podría ser muy buena para las bolsas

Algunos economistas piensan que la bajada que se ha producido en el nivel de inflación ha tenido poco que ver con la acción de la Fed y mucho con el cambio en los factores que la generaron

Foto: El presidente de la Fed, Jerome Powell. (DPA/Fed)
El presidente de la Fed, Jerome Powell. (DPA/Fed)

Algunos economistas norteamericanos piensan que la bajada que se ha producido en el nivel de inflación ha tenido poco que ver con la acción de la Fed y mucho con el cambio en los factores que la generaron. Que no funcione lo que hace la Reserva Federal es una mala noticia. Pero, de ser cierto, en esta ocasión podría ser una muy buena noticia para los mercados.

Si la inflación se ha reducido del 9,1% al 3,2% sin que todavía haya llegado plenamente el efecto de la subida de tipos, el margen de reducción futuro podría ser mucho mayor de lo esperado. Y recordemos que el drama que han sufrido los mercados desde inicios de 2022 se ha debido casi en exclusiva al aumento de la inflación (y a su consecuencia directa, que es la subida de los tipos de interés).

Pero vayamos por partes. ¿Qué hizo que subiera de forma desmedida el nivel de inflación en EEUU? Pues, para empezar, el dinero helicóptero. Ese que lanzó la Administración para que los ciudadanos tuvieran dinero para pasar los confinamientos. Pero lanzaron demasiado y, cuando los desconfinaron, los ciudadanos salieron a gastar como si no hubiera un mañana. Coincidió con que los almacenes estaban vacíos, lo que disparó el precio de los productos y, como consecuencia, el de los servicios.

El reinicio de la economía mundial también generó unos cuellos de botella —atascos— en la cadena de distribución, lo que disparó el precio del transporte. Y de los productos transportados. Y luego, por si lo anterior era poco, Occidente decidió sancionar a Rusia no comprando sus productos y, como es el mayor productor de materias primas del mundo, se disparó el precio de las materias primas, lo que generó todavía más inflación.

Foto: Sede de la Fed en Washington. (Getty/Anna Moneymaker)

Fue la tormenta perfecta. Pero con el tiempo los rusos se han saltado todas las sanciones, las cadenas de distribución y producción se han estabilizado y los ciudadanos se han ido gastando los ahorros del confinamiento.

El planteamiento de este grupo de economistas es que, aunque la Reserva Federal no hubiera hecho nada, si cambian las causas, cambian los efectos. Y las causas del aumento del nivel de inflación han desaparecido.

El hecho de que sean pocos los economistas que argumentan de esta forma aumenta la validez de su razonamiento, puesto que sabemos que en los mercados el consenso se equivoca mucho más que acierta.

También se apoyan en algo que es pura ortodoxia económica: que la subida de tipos tarda tiempo en notarse en la economía real. Y en una cuestión temporal: aunque los tipos han subido mucho, lo han hecho muy rápido, y en esto, no por mucho madrugar amanece más temprano.

Por ejemplo, un crédito que vence o se renueva a un año y se firmó en una fecha determinada, si solo han pasado dos meses desde las primeras subidas de tipos, no verá incrementado su tipo de interés hasta 10 meses después. Por eso se dice que como mínimo pasan seis meses hasta que se empiezan a notar los incrementos de los tipos de interés oficiales. Y hasta que no sufre el bolsillo no se reduce el consumo (y se siguen pagando precios altos).

Además, están los tipos de medio y largo plazo. Por ejemplo, las compañías no financieras del SP 500 están pagando de media un tipo de interés del 2,8%. Esa deuda a tipos actuales sería mucho más cara, pero el proceso de renovación es lento. Estamos hablando de créditos con duraciones claramente superiores a un año. Pero se irán renovando. De hecho, en las pymes, que son financieramente menos potentes, ya se empieza notar, lo cual hará que moderen sus compras de bienes y servicios.

Foto: Foto: Reuters/Leah Millis.
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Los datos económicos más recientes avalan esta opinión. Durante meses, muchos economistas no entendían por qué, con subidas de tipos de esa magnitud y rapidez, no entraba en recesión la economía norteamericana. Nosotros dijimos que el motivo era el incremento brutal del gasto público por parte de la administración Biden. Pero el segundo motivo puede ser perfectamente el retraso del mecanismo de transmisión de la subida de tipos.

Por eso es ahora cuando realmente empieza a notarse que aflojan las ventas, aumenta poco a poco el nivel de paro y, como, se publicaba recientemente, baja significativamente la contratación temporal para la Navidad en relación con años anteriores, un indicador adelantado muy importante.

Dicho esto, si el planteamiento resultara cierto, sería una excelente noticia para los inversores, porque si las subidas de tipos de los últimos seis u ocho meses se empezaran a notar ahora, la inflación bajaría bastante más de lo que espera la mayoría de los analistas. Incluso podría acercarse relativamente rápido al famoso 2%. Y ya saben ustedes cuál es la consecuencia: que bajarían los tipos de interés, lo que sería como agua de mayo tanto para los bonos como para las acciones.

Algunos economistas norteamericanos piensan que la bajada que se ha producido en el nivel de inflación ha tenido poco que ver con la acción de la Fed y mucho con el cambio en los factores que la generaron. Que no funcione lo que hace la Reserva Federal es una mala noticia. Pero, de ser cierto, en esta ocasión podría ser una muy buena noticia para los mercados.

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