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Dijeron que la inflación era temporal, pero no que duraría tres años
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Víctor Alvargonzález

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Dijeron que la inflación era temporal, pero no que duraría tres años

Los banqueros centrales dijeron que no hacía falta subir los tipos de interés porque iba a ser algo temporal. Por eso esperaron a Marzo de 2022

Foto: Dijeron que la inflación era temporal. (Fernando Sánchez/Europa Press)
Dijeron que la inflación era temporal. (Fernando Sánchez/Europa Press)

En Mayo de 2021 empezó a aumentar el nivel de inflación. Pero los banqueros centrales dijeron que no hacía falta subir los tipos de interés porque iba a ser algo temporal. Por eso esperaron a Marzo de 2022. Y cometieron otro pequeño error de "timing": que la "temporalidad" duraría años.

Dos años y medio lleva la inflación subiendo y probablemente no volvamos a ver un nivel de inflación normal o aceptable para esos mismos bancos centrales hasta dentro de varios meses. Y no significa que los precios vayan a bajar, sino que suban de forma moderada (del 2% al 3% anual).

También hay quien niega la mayor y considera que la inflación ya no bajará ni en EEUU – donde está en el 3,4% -, ni en Europa (2,9%).

Luego hay una posición, muy minoritaria, que considera que podríamos volver a los niveles previos a la pandemia, es decir, a una inflación por debajo del 2%. Y no debemos descartar dicha posibilidad. Primero, porque el planteamiento cuenta con cierta base (que explicamos más abajo) y, segundo, porque en los mercados la mayoría se equivoca bastante más que acierta. No es nada extraño que al final quien acierte sea la opinión minoritaria.

Foto: Un mercado de frutas. (EFE/Carlos Ortega)

El asunto tiene su miga, porque la inflación sigue siendo el principal factor que mueve los mercados. Sólo hay que ver lo bien que reaccionan cuando se publican datos que confirman la tendencia a que disminuya. Como, por ejemplo, que no se calienta demasiado la economía o el empleo. Porque esas noticias mantienen vivas las expectativas de que la Reserva Federal baje los tipos de interés.

Por el contrario, cuando surgen datos que muestran una economía recalentada o que pudiera disminuir todavía más el paro - y aumentar por lo tanto los costes salariales -, los mercados caen. Por el temor a que la Fed mantenga o incluso suba los tipos de interés.

Aclarado esto, el inversor, su asesor o su gestor tienen decidir si la inflación ha sido algo temporal y acabó la pesadilla, si volverá a subir, o si podría bajar más de lo que esperan el mercado y los propios bancos centrales. Porque de elegir la opción adecuada es de lo que va a depender en gran medida la rentabilidad de las carteras en 2024.

En consideración a que en los mercados muchas veces lo inesperado es lo que acaba ocurriendo, empezaremos por opción claramente minoritaria entre los analistas: que volvamos a niveles de inflación previos a la pandemia.

En ese caso las expectativas de revalorización de los bonos serían enormes, dado que los bancos centrales bajaría los tipos de interés mucho más de lo que espera el mercado. Lo que más mueve los mercados son las sorpresas. Respecto a la renta variable, si esa vuelta a la baja inflación se produce con un buen nivel de crecimiento, como ocurrió en Estados Unidos antes de la pandemia, entonces también sería muy bueno para las acciones (renta variable).

Quiénes abogan por este escenario no lo hacen por que sea minoritario. Eso es algo que decimos nosotros en base al análisis estadístico. Si apuestan por la vuelta a la baja inflación es como consecuencia de la revolución industrial que sigue en vigor, es decir, la revolución digital, a la que da alas la llegada de la inteligencia artificial generativa.

Si apuestan por la vuelta a la baja inflación es como consecuencia de la revolución industrial que sigue en vigor

Todas las revoluciones industriales son desinflaciónistas. Las subidas de precios tienden a moderarse ("desinflarse") durante las revoluciones industriales, porque aumenta la productividad de las empresas y pueden competir bajando precios. Además, la innovación aumenta la competencia.

Luego está quienes piensan que se volverá a la normalidad, entendida como ese 3% que ha sido la inflación normal - tirando incluso a baja - en occidente en los últimos 30 años. En ese caso el margen de revalorización de los bonos sería menor, porque también lo sería el margen de los bancos centrales para bajar los tipos de interés. Y lo que haga la renta variable dependerá de si ese nivel de inflación va acompañado de crecimiento económico y/o de los resultados empresariales o no.

No entraremos en los argumentos de quienes abogan por esta posibilidad, ya que, al ser mayoritaria, han sido suficientemente explicados.

Foto: Exterior de Wall Street. (Getty/Spencer Platt)

Finalmente está la posición de quienes consideran que la alta inflación se ha vuelto estructural y que, en consecuencia, nos podemos dar con un canto en los dientes si se queda como esta. Sin tampoco descartar la posibilidad de que suba.

La base principal - o por lo menos la que nos parece más sólida - de este razonamiento es el endeudamiento global al que nos han llevado los políticos, que no tiene pinta de reducirse. Cuando alguien se endeuda demasiado, el prestamista - en este caso el mercado - le pide una remuneración mayor por seguir prestándole. Como hablamos de EEUU, Europa y Japón, los prestamistas dejan mucha manga ancha, pero todo tiene un límite.

Así que pregunte a su asesor o gestor de cartera si tiene claro cuál de estas tres opciones es la que tiene más probabilidades de producirse. Porque en los mercados no vale esperar a que las cosas ocurran: cuando ocurren, ya están descontadas en los precios. Esta decisión hay que tomarla ahora. Y actuar en consecuencia.

En Mayo de 2021 empezó a aumentar el nivel de inflación. Pero los banqueros centrales dijeron que no hacía falta subir los tipos de interés porque iba a ser algo temporal. Por eso esperaron a Marzo de 2022. Y cometieron otro pequeño error de "timing": que la "temporalidad" duraría años.

Dos años y medio lleva la inflación subiendo y probablemente no volvamos a ver un nivel de inflación normal o aceptable para esos mismos bancos centrales hasta dentro de varios meses. Y no significa que los precios vayan a bajar, sino que suban de forma moderada (del 2% al 3% anual).

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