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Telón de Fondo
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El suelo de esta corrección coincide con el umbral de dolor de Trump
Conocer el umbral del dolor al que está dispuesto Trump a someter a los norteamericanos, a cambio de equilibrar la balanza comercial y fiscal, es un dato importantísimo
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Conocer el umbral del dolor al que está dispuesto Trump a someter a los norteamericanos, a cambio de equilibrar la balanza comercial y fiscal, es un dato importantísimo para los inversores. Nos muestra hasta donde está dispuesto a dejar que caiga la bolsa.
Si hay algo claro es que la reciente caída bursátil tiene como único origen el puñetazo sobre la mesa de Donald Trump. Así que de él depende también el alcance de la corrección - o mercado bajista - que puedan tener las bolsas.
Pero en lugar de plantearnos hasta dónde está dispuesto Trump a que sufran sus compatriotas - sobre todo inversores y ahorradores -, probablemente es mejor tratar de medir cuál es el umbral del dolor del propio Donald Trump.
Empecemos por su pretendida preferencia de la economía real frente a la financiera. Por mucho que su secretario del tesoro Bessent diga que "es la hora de Main Street y no de Wall Street", Trump sabe que casi siempre que se ha hundido la bolsa el resultado ha sido una recesión. ¿De qué sirve ingresar más por aranceles si disminuye la recaudación fiscal? Porque Trump sabe que el resultado de una recesión es que empresas y particulares ganan menos y, en consecuencia, pagan menos impuestos. Además, y diga lo que diga el secretario del tesoro, el ahorro de los norteamericanos está en gran parte en bolsa, especialmente a través de fondos de inversión y ETF.
Empecemos pues por el SP 500: ya hemos visto en qué nivel Trump dijo que estaba dispuesto a declarar una tregua. Y como, alcanzado ese nivel, el mercado rebotó en un solo día un 9%. El propio mercado dejó bien claro que estaba dispuesto desplomarse si Trump seguía escuchando únicamente a los talibanes de su administración. Pero fue también el mercado el que mostró lo que estaba dispuesto a subir si se negociaba (que probablemente fue siempre la intención de Trump, solo que quería asustar primero a las contrapartes para "suavizarlas").
Otro dato que se ve que le ha dolido a Trump ha sido la evolución del bono USA de referencia, el de vencimiento a 10 años. Durante unos días, el desplome de la bolsa fue acompañado de subida en el precio de los bonos y, por lo tanto, caída del tipo de interés de los mismos (ya que existe una relación inversamente proporcional entre el precio de los bonos y su tipo de interés). Una gran noticia - y las malas lenguas dicen que algo buscado-, porque uno de los grandes problemas que tiene que solucionar Trump son los intereses que conlleva la enorme deuda pública norteamericana. Así que tipos de los bonos a la baja, menos intereses a pagar.
El problema surgió cuando, llegado un punto y coincidiendo con el peor momento de la bolsa, el tipo de interés del bono, en lugar de seguir bajando, rebotó al alza. Casualmente fue ahí cuando Trump declaró la tregua para negociar. Así que ya sabemos cuál es el umbral del dolor "financiero" de Donald Trump, tanto en las acciones como en los bonos.
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Pero un líder populista como Trump es sincero cuando dice que su prioridad es la economía real, la de esos trabajadores que le han votado para que vuelvan los empleos que se llevaron a otros países. Así que le habrá dolido ver que la reacción de la economía real era todavía peor que la de la financiera. El índice de confianza del consumidor que elabora la Universidad de Michigan ha marcado el segundo registro más bajo de su historia (que se inicia en 1952). Y el ratio CAPEX, que mide las inversiones en activos a largo plazo dirigidos a mejorar la infraestructura de las empresas (maquinaria, equipos, terrenos para fábricas, etc.), también se ha desplomado, así como el índice de compras. Y el índice de incertidumbre económica de la reserva federal de Dallas ha alcanzado su registro más alto ¡desde la pandemia!. Toma atención a "Main Street", señor Bessent.
Tampoco nos parece casual que las buenas palabras hacia China pronunciadas recientemente tanto por Scott "main street" Bessent como por Trump hayan coincidido con el momento en el que esos malos datos de la economía real se han unido al desplome financiero.
Parece bastante claro dónde está el umbral del dolor de Trump, tanto en relación con los mercados como con la economía real. Un dato fundamental para el inversor que, habiendo estado bien aconsejado, acumulara liquidez para comprar barato aprovechando la previsible guerra arancelaria. O para quien se esté planteando aprovechar la ocasión para diseñar una cartera de fondos de inversión. Porque el suelo del mercado, tanto en renta fija como en renta variable, lo establece el umbral del dolor de Trump. Y ahora ya sabemos cuál es.
Conocer el umbral del dolor al que está dispuesto Trump a someter a los norteamericanos, a cambio de equilibrar la balanza comercial y fiscal, es un dato importantísimo para los inversores. Nos muestra hasta donde está dispuesto a dejar que caiga la bolsa.