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Volvemos a remuneraciones del "cero coma" en los depósitos
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Víctor Alvargonzález

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Volvemos a remuneraciones del "cero coma" en los depósitos

La fortaleza del euro y la deflación china presentan desafíos para los ahorradores europeos, mientras el BCE considera bajar los tipos de interés, afectando la rentabilidad de depósitos y bonos

Foto: Ahorros e hipotecas. (iStock)
Ahorros e hipotecas. (iStock)

Cada vez que sube el euro, más barato nos sale todo lo que compramos fuera. Especialmente cuando sube frente al dólar. Por otra parte, China está en deflación. Y tiene problemas para colocar su producción en EE.UU., por la guerra comercial. Así que nos la van a vender a nosotros a precio de saldo. Y Europa no acaba de crecer. Todo ello conforma un cóctel ideal para más bajadas de los tipos de interés. Y Uds. se preguntarán qué problema hay en que aumente el poder adquisitivo del euro y que eso ayude a que baje el nivel de inflación. La respuesta es que es un problema para los ahorradores, porque si baja la inflación también baja la remuneración de los depósitos. Y, como ya hemos visto en otras ocasiones, los bancos tienden a remunerar por debajo de la inflación, de forma que quien tiene dinero en depósitos bancarios, o incluso en letras del tesoro o fondos monetarios, está perdiendo (o ganando muy poco). Salvo que el ahorrador sepa buscar alternativas rentables, a la par que conservadoras, para sus ahorros.

Otro problema son los motivos por los que baja el nivel de inflación. Y uno de ellos es que Europa no acaba de retomar el crecimiento. Creció por efecto rebote tras la recesión provocada por la pandemia, pero parece que vuelve a su velocidad de crucero, que es más bien floja tirando a nula. Inflación a la baja con crecimiento económico es el mejor de los mundos, pero inflación a la baja y debilidad económica no es una combinación sana. La subida del euro tampoco tiene porque ser mala, pero, "a perro flaco, todo son pulgas", ya que una de las características de la "euroesclerosis" es la falta de competitividad de nuestra economía actual, basada en mucho sector público, mucha burocracia e impuestos muy altos. Así, a más cara nuestra divisa, más difícil le resulta competir a una economía a la que ya le costaba hacerlo. Cuando vendíamos productos competitivos, el mundo estaba dispuesto a pagarlos caros. Ya no es el caso.

Respecto a lo que puede hacer el BCE, su herramienta es solo una: bajar los tipos de interés. Esto ayuda a evitar la recesión, pero es malo para quien tiene su dinero en depósitos a plazo, fondos monetarios y letras del tesoro. Y podríamos volver a tipos de interés reales negativos, porque volveremos a una situación parecida a la que había antes de la pandemia. Afortunadamente, hay soluciones razonables sin necesidad meter el dinero en fondos de capital privado de dudosa rentabilidad, donde además hay que dejar el dinero inmovilizado durante muchos años. O a invertirlo todo en fondos de renta variable (bolsa).

Tampoco es necesario meterlo todo en ladrillo. Para empezar, porque, aunque ahora parezca imposible, el ladrillo puede bajar. La última vez que hice este recordatorio fue poco antes de la crisis inmobiliaria, creo recordar que en 2007. Y también cayeron los precios durante la crisis del euro, en 2009. Y el ladrillo tiene el problema de la liquidez. Se puede vender un piso, pero a poco que se enfríe el mercado puede llevar meses venderlo bien. Y la economía española podría dejar de ir "como una moto". No será la primera vez que ocurre.

Foto: Monedas de un euro. (Pixabay) Opinión
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La alternativa más conservadora y sin duda la más líquida es una cartera conservadora de fondos de inversión. Pasar de ahorrador a inversor conservador.

Al menos en lo que nosotros se refiere, una cartera conservadora no ha tenido nunca un año negativo. Ni siquiera en el terrible 2022, en el que se disparó la inflación. Y, salvo en 2022, esa cartera ha batido todos los años la remuneración de depósitos y letras del tesoro. En cuanto a la liquidez, si se evitan los productos de renta fija bancarios tipo fondos de rentabilidad objetivo o garantizados, que muchas veces tienen limitaciones a la recuperación del dinero antes del vencimiento, los fondos de inversión que forman parte de una cartera conservadora tienen liquidez diaria. La inversión financiera tiene que ser, por definición, líquida.

Foto: Un agente de bolsa en Wall Street. (EFE/Justin Lane) Opinión

Y como decimos siempre, un poco de renta variable nunca ha arruinado a nadie y en el largo plazo siempre ha dado alegrías. En una cartera con fondos muy conservadores añadir un 15 % en renta variable no va a arruinarnos nunca. Y será la guinda en la rentabilidad final.

Además, la bajada de tipos es muy buena para la valoración de los bonos. Al igual que cuando subieron los tipos de interés se desplomó el precio de los bonos (en 2022) y con ellos la de los fondos de renta fija, cuando bajan obviamente ocurre lo contrario. Y en Europa estamos justo en el extremo contrario a 2022.

Ciertamente la locura gastadora de los políticos europeos nos llevará algún día a una crisis de deuda, pero afortunadamente para queda bastante tiempo. Prueba de ello es que el mercado ya sabe que los políticos han enloquecido y todo lo hacen a base de deuda y de momento - y yo creo que por bastante tiempo - considera que las economías europeas pueden asumir ese endeudamiento. Además, no hace falta irse a fondos de renta fija de largo plazo, que serían los que más sufrirían en una crisis de deuda: se puede ir a productos de corto y medio plazo y hacerlo mejor que los monetarios y los depósitos. Y ante una crisis de deuda, hay muchas opciones conservadoras, como por ejemplo el oro. Así que si uno está bien asesorado y construye la alternativa adecuada, no es una mala noticia que bajen los tipos de interés en Europa. Lo es si se queda en el depósito o en el fondo monetario. En el mundo del ahorro y la inversión todo tiene su momento adecuado.

Cada vez que sube el euro, más barato nos sale todo lo que compramos fuera. Especialmente cuando sube frente al dólar. Por otra parte, China está en deflación. Y tiene problemas para colocar su producción en EE.UU., por la guerra comercial. Así que nos la van a vender a nosotros a precio de saldo. Y Europa no acaba de crecer. Todo ello conforma un cóctel ideal para más bajadas de los tipos de interés. Y Uds. se preguntarán qué problema hay en que aumente el poder adquisitivo del euro y que eso ayude a que baje el nivel de inflación. La respuesta es que es un problema para los ahorradores, porque si baja la inflación también baja la remuneración de los depósitos. Y, como ya hemos visto en otras ocasiones, los bancos tienden a remunerar por debajo de la inflación, de forma que quien tiene dinero en depósitos bancarios, o incluso en letras del tesoro o fondos monetarios, está perdiendo (o ganando muy poco). Salvo que el ahorrador sepa buscar alternativas rentables, a la par que conservadoras, para sus ahorros.

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