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Sexo en Nueva York y los impuestos a los bancos

El conejo que el presidente extrajo de la chistera consistió en la adopción de las medidas más populistas posibles. Un arsenal de impuestos a las energéticas y a los bancos, dando un giro cual Bisbal

Foto: La vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño (d) y el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. (EFE/Fernando Villar).
La vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño (d) y el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. (EFE/Fernando Villar).

Ante el varapalo de las elecciones andaluzas, feudo que apoyó a los socialistas durante casi 40 años, y que le permitió cosechar victorias autonómicas incluso en los momentos más débiles a nivel nacional, era previsible la convocatoria de un gabinete de crisis del más alto nivel entre la multitud de asesores, ideólogos y estadísticos al servicio del inquilino de la Moncloa.

La reacción no se ha hecho esperar, y en pocos días, convinieron por unanimidad que se trataba de “un caso de extraordinaria y urgente necesidad”, como señala el artículo 86 de nuestra Carta Magna, lo que requería la adopción de medidas inmediatas.

Sí causó cierta sorpresa que, cual mago de ocasión, el conejo que el presidente extrajo de la chistera consistiera en la adopción de las medidas más populistas posibles e idénticas a las propuestas en los programas de los partidos de extrema izquierda. Un arsenal de impuestos a las energéticas y a los bancos, dando un giro cual Bisbal en los conciertos veraniegos y pasando del “gracias a la banca por arrimar el hombro y anticipar las pensiones y prestaciones por desempleo durante el confinamiento” a “los malignos bancos deben pagar por esto”.

Foto: Irene Montero junto a la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez, o la portavoz Isa Serra (Instagram)

Esta semana he publicado mi primera novela, “El abogado del Porsche”, que narra el conflicto existencial de un abogado al enfrentarse al mundo laboral y descubrir que no era lo que le habían prometido. En su camino se cruza una inspectora de hacienda, igualmente golpeada por un naufragio personal y una crisis identitaria que le hace replantearse su papel en esta sociedad de valores difusos.

Con la publicación de la noticia recibí multitud de felicitaciones, que agradezco profundamente. Entre ellas, la de algunos abogados que añadían a la enhorabuena el deseo de alcanzar el nivel económico que les permitiera acceder a deportivos de alta gama, aunque no llegaran a disfrutar de viajes a Nueva York para finalidades cuestionables a costa del erario público.

Absorto en la vorágine de emociones de la publicación de mi primera novela, lo cierto es que no entendí a qué dispendio se refería. Como la mayoría de los españoles, había recibido por whatsapp memes con la icónica foto de Irene Montero y sus “vices” y amigas. Me recordó a una segunda parte, (creo que también ha resultado un fracaso) de la famosa serie “Sexo en Nueva York”.

El motivo de mi ignorancia de la noticia era doble, en primer lugar, se me hace difícil identificar a la dirigente de Podemos como ministra, y en segundo, tampoco conocía el motivo que justificaba el viaje de aquel numeroso grupo de amigas a la ciudad de los rascacielos.

Foto: Una lupa enfocando diagramas. (Cedida)

En días posteriores he leído multitud de columnas, algunas de apoyo, con el penoso argumento de “no solo van a derrochar los hombres, también las mujeres pueden dilapidar el dinero público”. Cierto es que ha cosechado críticas exageradas, pero también hay que reconocer que los escasos defensores de la expedición tampoco conocían las causas que motivaban el gasto de cientos de miles de euros y el uso del avión presidencial.

Como ciudadano me parece igual de lamentable el dispendio de dinero público por unos que por otra u “otres”, más aún en la situación crítica actual.

Volviendo a la adopción de impuestos a la banca y a las compañías energéticas, quiero recordar, siguiendo a Neumark, algunos de los principios que deben presidir los sistemas tributarios. El artículo 31 de la Constitución recoge los principios de igualdad, justicia, progresividad y no confiscatoriedad.

Por no extenderme en aspectos hacendísticos más allá de lo preciso para el presente artículo, me quiero detener en un principio fundamental, la sistematización y continuidad de las normas tributarias.

Señala el hacendista alemán que para que se cumpla este principio, las normas fiscales deben gozar de vigencia continuada y sus modificaciones deben realizarse en el marco de reformas generales y sistemáticas.

El artículo 31 de la Constitución recoge los principios de igualdad, justicia, progresividad y no confiscatoriedad

En estos días, después de varios años de ausencia, se ha celebrado el debate del Estado de la nación. Al hilo del debate, aprovecho para contar una anécdota que me contó un compañero inspector de hacienda que trabajaba en la elaboración de normas tributarias al más alto nivel durante 2008.

Durante la celebración del reglamentario debate de aquel año, de forma sorprendente, Zapatero estaba perdiendo estrepitosamente y aunque los economistas ya avisaban de lo peor, la población aún no era consciente de la magnitud de la crisis. En ese momento, recibió una llamada telefónica solicitando un golpe de efecto. Los encargados de las medidas tributarias contestaron que no disponían de nada preparado, solo ciertas iniciativas pendientes de desarrollo. Ni corto ni perezoso, y sin previa reflexión de los efectos de la misma, el presidente anunció una deducción de 400 euros en el IRPF para todos los contribuyentes. Los encargados de las cuentas anuales asistieron atónitos y se echaron las manos a la cabeza por tamaña imprudencia. Todo el mundo conoce la situación catastrófica a la que ayudó tal medida.

Siguiendo la sentencia proustiana, llega tan pronto el momento en el que no hay nada que esperar de este Gobierno. De todos modos, insisto en la necesidad de austeridad en el gasto público. Con medidas populistas no se va a conseguir nada. Y, por favor, piensen en los ciudadanos, en cualquier crisis, una familia debe pensar en ahorrar. Por otra parte, siguiendo el programa de Podemos va a obtener los mismos resultados que han obtenido en las andaluzas.

*Pablo Miser es Inspector de Hacienda y autor del libro: "El abogado del Porsche".

Ante el varapalo de las elecciones andaluzas, feudo que apoyó a los socialistas durante casi 40 años, y que le permitió cosechar victorias autonómicas incluso en los momentos más débiles a nivel nacional, era previsible la convocatoria de un gabinete de crisis del más alto nivel entre la multitud de asesores, ideólogos y estadísticos al servicio del inquilino de la Moncloa.

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