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Un mapa de hidroductos coherente y equitativo
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Un mapa de hidroductos coherente y equitativo

Ya se ha trazado el primer mapa de los casi 3.000 kilómetros de hidroductos que atravesarán el país a través de diversos ejes

Foto: La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. (EFE/J.J. Guillén)
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. (EFE/J.J. Guillén)

En la carrera europea del hidrógeno verde, en la que España puede ser el primer hub especializado del continente, vivimos un momento clave con el desarrollo de la red troncal de transporte de hidroductos. Es el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el responsable de la definición de la futura Red Troncal del Hidrógeno.

Ya se ha trazado el primer mapa de los casi 3.000 kilómetros de hidroductos que atravesarán el país a través de diversos ejes. ¿Quedarán incluidos dentro todos los territorios con capacidad significativa de generación, compresión y transporte de H2 renovable o alguno quedará fuera?

Algunas provincias a la cabeza actualmente en la generación eólica y que apuestan por el desarrollo de este vector energético, como es el caso de Palencia, Burgos o el Campo de Gibraltar, bregan y reclaman no ser excluidos. Piden que el Ministerio replantee parte del trazado inicial y contemple propuestas esforzadas, serias y convincentes. Este es el caso de la que plantea conectar las redes H2Med y el Eje del Ebro a través de un nuevo hidroducto que una Valladolid, Burgos y La Rioja. La exclusión de esta zona es difícil de entender cuando, con una generación de 23.000 GWh al año, esta área geográfica se sitúa al frente de la generación renovables en España y, para el horizonte 2030, se prevé que su generación renovable supere los 46.500 GWh/año, tres veces más que el consumo eléctrico de una autonomía como Castilla y León. Otra asociación, la que agrupa a las grandes industrias del Campo de Gibraltar, también ha alzado la voz y considera indispensable un rediseño de la malla de hidroductos para que incluya a una zona en la que se encuentra el segundo polo industrial de España y su puerto principal.

Estos dos casos ilustran una nueva situación de falta de equidad, sin justificación objetiva adecuada, que puede levantar ampollas entre la población, por lo que estas decisiones confieren al empleo y a la riqueza del territorio, y a los sectores industriales y empresariales afectados.

El dibujo actual cruza la Cornisa Cantábrica, el Valle del Ebro, el Levante, la Vía de la Plata y una conexión en Puertollano, sede del Centro Nacional del Hidrógeno. A estos ejes se suman las infraestructuras de almacenamiento en Cantabria y País Vasco. La previsión es que la construcción de todas estas infraestructuras empiece entre 2025 y 2026. Además, se une el proyecto H2Med, que incluye el tubo de 455 kilómetros que conectará Barcelona con Marsella (BarMar), y los 248 kilómetros que unirán la población portuguesa de Celorico da Beira con Zamora (CelZa). Las expectativas son muy elevadas y no cabe duda de que nuestro país tiene la capacidad industrial, el clima perfecto, las infraestructuras necesarias, el apoyo de las administraciones públicas y la implicación de las empresas para convertirse en una potencia europea en generación de hidrógeno verde. Pero si siguen adelante los planes del operador de infraestructuras energéticas, ¿qué futuro jugarán los territorios excluidos en la llamada revolución verde?

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe al presidente de Portugal, António Costa (i), al inicio de la Cumbre Euromediterránea el pasado mes de diciembre. (EFE/Biel Aliño)

Tenemos antes nosotros una oportunidad de oro para que España lidere la revolución del hidrógeno verde, pero para que esta revolución llegue a todos los ciudadanos necesitamos que la red troncal dibujada por el operador del sistema gasístico español sea coherente, cohesione el territorio, sea equitativa y, en último término, impulse una red democrática que tenga en cuenta a aquellos territorios que pueden aportar valor significativo. Solo así ayudaremos a dinamizar todas las áreas geográficas e impulsar el tejido productivo de todo el país. El cambio hacia un modelo energético sostenible supone de facto una vía de desarrollo integral, económica y social, y ningún territorio que quiera y tenga la capacidad de formar parte de este cambio debe quedar excluido.

El potencial de generación de provincias, actualmente marginadas del mapa y la presencia de polos industriales con una gran concentración de compañías punteras, son argumentos suficientes para hacer un replanteamiento. Sin menoscabar la complejidad de lo que supone hacer una nueva propuesta, los sentimientos de decepción y desconfianza no pueden dominar estos territorios olvidados que trabajan en proyectos de innovación e investigación, y que también buscan captar las oportunidades del hidrógeno como tractor de nuevas industrias. Sus ciudadanos y empresarios deben tener la misma oportunidad de participar en esta transición tan deseada por todos, necesaria para avanzar hacia un mundo en el que los combustibles fósiles sean meramente un recuerdo.

En la carrera europea del hidrógeno verde, en la que España puede ser el primer hub especializado del continente, vivimos un momento clave con el desarrollo de la red troncal de transporte de hidroductos. Es el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el responsable de la definición de la futura Red Troncal del Hidrógeno.

Ministerio de Transición Ecológica
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