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El dilema de la Fed y el BCE: un tipo terminal no concluyente
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Gonzalo de Cadenas-Santiago

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El dilema de la Fed y el BCE: un tipo terminal no concluyente

Se reveló un cuadro de previsiones macroeconómicas en la que cuyo mensaje principal es el de un panorama de estanflación que no terminará de disiparse en un futuro próximo

Foto: Jerome Powell. (Reuters)
Jerome Powell. (Reuters)

En líneas generales, la subida de 25pbs estuvo respaldada por un menor consenso entre los miembros del consejo del BCE, aunque equilibrada en su conjunto, reforzando un tono de escaso apetito por nuevas alzas, aunque sin eliminar la posibilidad de que puedan ser necesarios nuevos esfuerzos en el futuro. De la mano de esta decisión, se reveló un cuadro de previsiones macroeconómicas en la que cuyo mensaje principal es el de un panorama de estanflación que no terminará de disiparse en un futuro próximo.

Desde la última intervención, la actividad ha continuado deteriorándose, con el crecimiento inter trimestral del segundo trimestre revisándose a la baja hasta el 0,1% (desde el 0,3%); con los datos de producción industrial, así como las ventas minoristas, volviendo a contraerse en julio; y los PMI´s señalando que los síntomas de estanflación, lejos de ceder, se han acelerado en agosto y de la mano, no solo del sector manufacturero, sino de un sector servicios que evidencia los primeros síntomas de debilidad.

Por lo que respecta a la inflación, los últimos datos de agosto siguen sin configurar una senda clara de noticias positivas. El mercado laboral y la negociaciones salariales en curso (esterilizadas en términos reales por la inflación) continúan eludiendo el enfriamiento esperable, la moderación de déficits y el restablecimiento de las reglas fiscales siguen sin concretarse, mientras que el entorno geopolítico se vislumbra como poco amistoso (la manipulación de Arabia Saudita y Rusia en el suministro de petróleo para crear una reducción artificial en la oferta sigue alimentado la escalada del petróleo, lo que se suma a la falta de acuerdo sobre el grano de Ucrania).

En suma, el BCE todavía enfrenta una situación desafiante al equilibrar las preocupaciones sobre una economía debilitada con su compromiso de mantener la estabilidad de precios en medio de persistentes riesgos de inflación. Si bien la decisión de tipos no contaba con plena aceptación entre los miembros del consejo y un consenso de mercado amplio, es lo suficientemente balanceada para reforzar su mensaje de compromiso en controlar ciclo actual. De cara a futuro, sienta las bases para sostener los tipos en el rango actual, aunque de forma no concluyente, salvaguardado la posibilidad de que el ciclo de endurecimiento requiera de un ajuste adicional y alejando la cuenta atrás para visualizar tipos más bajos.

Foto: El economista Nouriel Roubini. (Reuters/Lucy Nicholson)

Un tipo terminal no concluyente

De esta forma, el escenario más plausible sigue enmarcando que el tipo terminal ya se ha alcanzado, y que la economía seguirá transitando desde las preocupaciones por la inflación hacia preocupaciones por el lado de la demanda, dejando el factor de ajuste del BCE en las herramientas de balance a medida que los efectos colaterales evidencien el acumulado de 450pbs de una forma más a fluida en la segunda mitad del año.

Sin embargo, el escenario de riesgo sigue contemplando las razones para no eliminar la posibilidad de 25 pbs en diciembre, apoyándose en los efectos de una trasmisión aún por madurar (6-12 meses de regazo desde la última acometida de tipos), una desaceleración económica que continúa mostrando ser menos abrupta de lo anticipado (principalmente en el empleo), una inflación más rígida de lo que desearía el BCE (todavía fuera de rango durante todo el periodo proyectado) que absorba las presiones internas (salarios y déficits) y los factores exógenos (geopolítica no pacífica).

Tiempo para FED

A otro lado del atlántico, la decisión de proponer una nueva pausa hawkish aparece como la opción más probable. Sin embargo, no se espera una señal tan precisa sobre el posible pico del ciclo de endurecimiento actual y mucho menos un pistoletazo de salida para la especulación sobre los primeros recortes. Las señales de advertencia en el plano macro son menos convulsas y las presiones de precios más benignas, dejando margen a la Fed para acometer una subida de 25pbs más en noviembre y dejar otro cuarto de punto en la recámara. Este movimiento sería suficiente para apuntalar tanto el diferencial de tipos en favor del dólar como para reforzar su credibilidad, bajo el mensaje de tipos más altos por más tiempo y devolviendo cierta presión de vuelta a Europa.

En líneas generales, la subida de 25pbs estuvo respaldada por un menor consenso entre los miembros del consejo del BCE, aunque equilibrada en su conjunto, reforzando un tono de escaso apetito por nuevas alzas, aunque sin eliminar la posibilidad de que puedan ser necesarios nuevos esfuerzos en el futuro. De la mano de esta decisión, se reveló un cuadro de previsiones macroeconómicas en la que cuyo mensaje principal es el de un panorama de estanflación que no terminará de disiparse en un futuro próximo.

Reserva Federal Banco Central Europeo (BCE)
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