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¿Por qué se hunde el renminbi y qué significa para China y el mundo?
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Alicia García Herrero

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¿Por qué se hunde el renminbi y qué significa para China y el mundo?

China debería haber disfrutado de fuertes vientos de cola después de tres años de políticas de cero Covid pero no ha sido así

Foto: Beijing, China. (EFE/Wu Hao)
Beijing, China. (EFE/Wu Hao)

Se suponía que la economía china sería una estrella mundial en 2023, ya que se esperaba que Estados Unidos y la UE se vieran afectados por la elevada inflación y, por lo tanto, soportaran tasas de interés muy altas para controlarla. Por otro lado, China debería haber disfrutado de fuertes vientos de cola después de tres años de políticas de cero Covid pero no ha sido así. De hecho, mientras Shanghai estaba confinado en la primera mitad de 2022, el renmibi se debilitó sustancialmente pero se recuperó después, a medida que goteaban las señales de re-apertura de China.

La realidad de 2003 es bien distinta. EEUU no está en recesión y la economía china ha crecido mucho menos de lo esperado. En este contexto, el RMB se ha depreciado más de un 8% desde el máximo de enero, tras la euforia por la reapertura. Esta depreciación es en realidad ligeramente mayor que la de 2022 (7,8%), a pesar de que vaya a pasar a la historia como el "annus horribilis" para China.

Las preocupaciones sobre la economía china se han multiplicado desde entonces, alentadas, por el desplome del sector inmobiliario y por la salud financiera de los gobiernos locales. Además, se espera que la contención tecnológica de EEUU, especialmente después de que la prohibición a la exportación de chips avanzados a China por parte de EEUU. se extendiera a los Países Bajos y Japón, tenga un impacto en la capacidad de China de seguir aumentado el valor tecnológico de sus exportaciones, al menos temporalmente. Por último, el principal motor de crecimiento de China desde que comenzó la pandemia en 2020, la demanda externa, ha ido disminuyendo desde principios del verano. Concretamente, las exportaciones chinas han estado cayendo durante cuatro meses seguidos, con el último dato del mes de agosto en -8,8% el. Este pésimo comportamiento de las exportaciones contrasta con las ganancias de competitividad que China ha acumulado desde principios de año, tanto por la deflación de los precios de exportación (-3,5% acumulado desde principios de 2023) como por la depreciación del RMB del 8,1% desde el punto más algido en enero. En este contexto, uno puede imaginar que China probablemente podría haber agotado su actual gran superávit comercial sin el apoyo del RMB y la caída de los precios de exportación.

Si analizamos más en detalle los motivos de la depreciación del RMB, se pueden destacar varios. Más allá del crecimiento mucho menor de lo esperado en 2023, el Banco Popular de China (PBoC) ha estado recortando los tipos de interés mientras que la Reserva Federal los ha seguido aumentando, lo que ha llevado a un diferencial de unos 200 puntos básicos a favor de Estados Unidos. Esta realidad contrasta enormemente con la de antes de la pandemia en la que los tipos de China estaban 200 puntos básicos por encima de los de EEUU. En este contexto no es de estrañar que los inversores extranjeros hayan salido del mercado de renta fija china desde hace ya muchos meses. En renta variable, los inversores internacionales han sido más pacientes, ya que esperaban un estímulo fiscal después de los anuncios realizados por las autoridades chinas en julio. Sin embargo, a partir de agosto, los inversores han ido perdiendo la esperanza, lo que ha tenido como consecuencia fuertes salidas de capital poniendo aun mas presion bajista sobre el renminbi. Además de las salidas de los inversores extranjeros, la fuga de capitales –es decir, las salidas no registradas de los residentes de China– también está en aumento, algo que puede verse en el hecho de que el gran superávit comercial del país aún no producido un aumento de las reservas extranjeras de China. En otras palabras, el superávit comercial se está filtrando fuera de China de formas difíciles de rastrear. Por último, el riesgo geopolítico, incluyendo la cada vez más preocupante situación en el estrecho de Taiwán y el riesgo o las sanciones derivadas del posible apoyo militar de China a Rusia, motivos ambos que ejercen una presión adicional sobre el futuro del RMB.

Foto: Elecciones en Maldivas. (Reuters/Dhahau Naseem)

La pregunta obligada entonces es qué podemos esperar para el RMB a futuro. Comenzando con las noticias negativas, al menos para aquellos que tienen RMB, no se espera que la economía china mejore su desempeño pronto, por lo que el PBoC se verá obligado a seguir apoyando la economía mediante la reducción de tipos de interés, más aún porque los líderes chinos no parecen dispuestos a introducir un gran estímulo fiscal. Por otro lado, la Reserva Federal esta ya cerca del máximo de tipos con bajadas esperadas en 2024 aunque de manera muy moderada en palabras del Powell e la ultima reunió de la Fed el pasado jueves. Con todo, podríamos llegar a imaginar que el diferencial de tipos de interés entre Estados Unidos y China podría no aumentar más, aunque no está claro que se reduzca mucho. El PBoC parece estar cómodo con el nivel actual -bastante débil- del RMB, pero no parece estar dispuesto a ver una nueva depreciación, a juzgar por el apoyo que ha diseñado en varias ocasiones a través de intervenciones de divisas por parte de bancos comerciales chinos.

Sin embargo, China claramente no parece desear una moneda más fuerte. Y con razón. Las exportaciones chinas siguen cayendo por primera vez en muchas décadas en un momento en el que China está buscando desesperadamente motores de crecimiento. En segundo lugar, mantener un superávit comercial nunca ha sido tan importante para China como para evitar la pérdida de reservas extranjeras debido a la falta de confianza en la economía y las salidas de capital relacionadas. Por estas razones, cabe esperar que el banco central chino gestione una depreciación lenta pero constante del RMB cuando las circunstancias lo justifiquen o, en otras palabras, cuando dicha depreciación no se considere una debilidad que impulse aún más la fuga de capitales. Está claro que este no es el momento debido a la fortaleza del dólar, pero la Fed debería facilitar la misión del banco central chino cuando comience a recortar los tipos el próximo año. En definitiva, se podría imaginar que el RMB seguirá la senda de la depreciación del dólar frente a otras divisas mientras la Fed normaliza su política monetaria. En otras palabras, el dólar puede llegar al rescate del RMB por su debilidad futura. Lo que no está claro, sin embargo, es cómo va a soportar el resto del mundo no solo un dólar débil, sino también un RMB (aún) más débil. La moneda que probablemente tenga que soportar más, siendo la segunda moneda reserva del mundo, es el euro. En otras palabras, el renminbi añadirá presión a la apreciación al euro, más allá del inicio de recortes de tipos por parte de la Fed.

Se suponía que la economía china sería una estrella mundial en 2023, ya que se esperaba que Estados Unidos y la UE se vieran afectados por la elevada inflación y, por lo tanto, soportaran tasas de interés muy altas para controlarla. Por otro lado, China debería haber disfrutado de fuertes vientos de cola después de tres años de políticas de cero Covid pero no ha sido así. De hecho, mientras Shanghai estaba confinado en la primera mitad de 2022, el renmibi se debilitó sustancialmente pero se recuperó después, a medida que goteaban las señales de re-apertura de China.

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