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¿Posible burbuja en las bolsas?
Después de la pasada semana histórica en Wall Street, no son pocas las voces que se oyen alertando de un riesgo de burbuja en las cotizaciones de las bolsas americanas que podría provocar ventas aceleradas de activos cotizados
Vaya por delante que las burbujas financieras no pueden considerarse como tales mientras no explotan. Hasta entonces, tan solo son sobrecalentamientos o excesos del mercado que no necesariamente tienen por qué degenerar en un estallido y subsiguiente desplome de los activos cotizados. También quiero dejar claro que creo que el crecimiento económico global es sólido en la actualidad y las probabilidades de recesión en el corto plazo son muy reducidas.
Pero después de la pasada semana histórica en Wall Street, con el índice S&P 500 cerrando por encima de los 5. 700 puntos por primera vez en la historia y el Dow Jones por encima de 42.000 puntos, nivel tampoco antes visto, no son pocas las voces que se oyen alertando de un riesgo de burbuja en las cotizaciones de las bolsas americanas que podría provocar ventas aceleradas de activos cotizados y, por tanto, fuertes caídas en los principales índices de renta variable.
Déjenme mostrarles que hay argumentos para lo anterior pero también para el escenario de estabilidad y continuidad de la buena racha bursátil.
¿Por qué no estamos ante una burbuja?
El motivo de más peso para afirmar lo que dice el antetítulo es contundente: la economía global va a seguir creciendo en los próximos trimestres y con ella las cuentas de resultados de buena parte de las empresas cotizadas, debiendo entonces las cotizaciones seguir la misma senda al alza. Resumo a continuación las razones para que se cumpla tal afirmación:
- El consumidor estadounidense se mantiene resistente con un nivel de gasto sorpresivamente alto pese a que el exceso de ahorro acumulado desde la pandemia está disminuyendo; además, la caída de la inflación debería impulsar el crecimiento del ingreso real de las familias durante los próximos trimestres; de ahí que los últimos datos conocidos de ventas minoristas (mes de agosto) fueran tan positivos. Huelga recordar la relevancia del consumo en el PIB americano.
- El BCE y la Fed han entrado en modo de flexibilización. El BCE redujo las tasas en un 0,25% la semana pasada, como se esperaba, e indicó que los futuros recortes dependerán de los próximos datos de inflación y éstos, muy probablemente, serán buenos en los próximos meses. La Fed estadounidense, por su parte, recortó sus tasas en 0,50%, lo que demuestra que sus miembros, a la hora de decidir el rumbo de los tipos de interés, se centran ahora más en el empleo que en la inflación. O, dicho de otra forma, la Fed va a hacer lo que pueda por primar el crecimiento de la economía.
- Los fundamentos del sector corporativo apuntan a un aterrizaje suave. A pesar de las preocupaciones provocadas por unas cifras de empleo más débiles en Estados Unidos, no se observan grandes desequilibrios económicos. De hecho, se espera que los beneficios empresariales aumenten en media entre un 7 y un 14% en los próximos 12 meses.
Mirando exclusivamente a EEUU y con perspectiva histórica, un aterrizaje suave de su economía, tras años de fuerte crecimiento, combinado con recortes de tipos siempre ha provocado un aumento de los precios de las acciones. Añadir que aunque las elecciones acostumbren a aumentar la volatilidad del mercado, los niveles de riesgo tienden a caer después de ellas.
¿Pero qué pasa con los síntomas de bubuja?
Expondré a continuación unos cuantos indicadores que hacen que la favorable evolución de las bolsas no esté justificada:
- La recuperación de los mercados de acciones tras las caídas de principio de agosto pasado con la mencionada vuelta máximos históricos indica una gran complacencia de los inversores a pesar de la creciente volatilidad del mercado.
- La ratio PER, que se calcula dividiendo el precio actual de las acciones entre el beneficio por acción, se sitúa para el índice S&P 500 en 22 veces frente a 18,8 del promedio de la última década y a 16,8 de los últimos 20 años (fuente Bloomberg). Mayor PER supone, en principio, mayor riesgo de sobrevaloración y posibles caídas en el precio de las acciones a poco que los beneficios publicados defrauden las expectativas.
El déficit presupuestario en EEUU ha aumentado hasta un nivel difícilmente sostenible (se acerca al 7% del PIB)
- Algunos conocidos inversores, Warren Buffet a la cabeza, han declarado que están aumentando sustancialmente sus niveles de efectivo reduciendo peso en valores del sector bancario como Bank of America o en tecnológicas como Apple.
- El déficit presupuestario en EEUU ha aumentado hasta un nivel difícilmente sostenible (se acerca al 7% del PIB), lo que puede ocasionar una reduccion del gasto público. Lo mismo sucede con el peso de deuda pública sobre PIB que está en máximos históricos. Una reducción de la inversión por parte del Gobierno resultante de las elecciones del próximo mes de noviembre parece pues obligada para evitar que la bola de nieve de déficit y deuda acabe arrollando al crecimiento de la economía. Además, es llamativo y preocupante el hecho de que estos déficits se produzcan durante un período de expansión económica como el que está viviendo EEUU desde el fin de la pandemia.
- Los últimos datos publicados sobre el crecimiento de la economía en Alemania sitúan al principal país de la Unión Europea bordeando la recesión y van conociéndose cada vez más anuncios de reducción de empleos en muchos sectores, especialmente en el del automóvil que es uno de los motores de su economía. El aletargamiento que desde la pandemia caracteriza a la economía china conduce a la ruina al crecimiento del país germano a menos que éste acometa reformas estructurales de su economía, lo que vistos los ajustados resultados en las elecciones regionales que van produciéndose, no parece vaya a suceder pronto.
Conclusión
He estado releyendo el libro Signals de la Dra. Philippa Malmgren, analista y consultora de política y economía en Estados Unidos, que ha pronosticado con acierto algunos de los principales eventos económicos y políticos de los últimos diez años. En ese libro se cuenta cómo hay señales que, correctamente interpretadas, pueden servir para una correcta toma de decisiones de inversión o desinversión.
Lo que cuento en esta columna son solo señales cuyo desarrollo podría desencadenar una crisis de los mercados financieros o quedarse en un hito más en la evolución de una economía globalizada y cambiante. Ésta, apoyándose en los fundamentos descritos al principio, podría así mantener su favorable progreso contagiando ese optimismo a los mercados. Todavía no lo sabemos pero, en todo caso, sigan diversificando y manteniendo una visión de plazo para sus inversiones. Serán más felices.
PD: Aun con su gran capacidad de análisis y visión de mercado, la Dra Malmgren sigue trabajando.
Vaya por delante que las burbujas financieras no pueden considerarse como tales mientras no explotan. Hasta entonces, tan solo son sobrecalentamientos o excesos del mercado que no necesariamente tienen por qué degenerar en un estallido y subsiguiente desplome de los activos cotizados. También quiero dejar claro que creo que el crecimiento económico global es sólido en la actualidad y las probabilidades de recesión en el corto plazo son muy reducidas.