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Tribuna Mercados
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'Apocalípticos e integrados' frente a la Inteligencia Artificial
¿Es extrapolable el caso de las escuelas de idiomas?
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Hace ya sesenta años que Umberto Eco publicó su célebre ensayo "Apocalípticos e Integrados", en el cual analizaba las distintas actitudes que se pueden adoptar frente a la aparición de un nuevo fenómeno, que en aquel momento era la eclosión de los ‘mass media’ y que hoy pudiera ser, por analogía, la súbita irrupción en nuestras vidas de la Inteligencia Artificial (IA):
Los 'apocalípticos' tienden a pensar que todo lo nuevo entraña más peligros que oportunidades, y que en consecuencia puede producir grandes riesgos a la Sociedad, tal y como la conocemos.
Los 'integrados', por el contrario, atisban con curiosidad e interés todas las innovaciones, las ven como alternativas para mejorar su calidad de vida (o ganar más dinero) y se aplican a incorporarlas en su rutina diaria y en su desempeño profesional.
Ante la Inteligencia Artificial, hay que constatar que la Sociedad española es mucho más 'apocalíptica' que 'integrada': Según una encuesta realizada en febrero de este año por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre una muestra de 4.000 entrevistas, la IA genera incertidumbre al 75,7% de la población, y confianza solamente al 15,4%.
Dicha encuesta partía de la consulta sobre seis sentimientos que a los encuestados podía suscitarles la IA y entre los cuales debían elegir tres. Estos fueron, según el orden de elección, incertidumbre (75,7%), preocupación (69,6%), interés (56,3%), miedo (51,2%), optimismo (27,4%) y confianza (15,4%).
Debo decir que estos resultados causaron gran asombro en la Federación Española de Centros de Enseñanza de Idiomas (FECEI), por cuanto acabábamos de presentar al público el Primer Informe sobre el uso de la Inteligencia Artificial en los centros de idiomas, elaborado por el Comité Nacional de Inteligencia Artificial de FECEI en colaboración con la Asociación de Centros de Enseñanza de Idiomas de Andalucía (ACEIA) y ACEDIM (Madrid).
En ese Informe comprobamos cómo la inmensa mayoría de las 4.000 Escuelas Privadas de Idiomas que operan en España, que dan trabajo a más de 50.000 profesionales y docencia a unos 2 millones de alumnos cada año, tienen una visión mucho más favorable y optimista acerca de la Inteligencia Artificial que la del conjunto de los españoles.
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Aunque pudiera pensarse que nuestros Centros podrían figurar entre los primeros candidatos a ser sustituidos por la IA, el Informe aludido extrae la conclusión diametralmente opuesta:
"Uno de los mayores beneficios de la IA (en este sector educativo) es su capacidad para personalizar el aprendizaje, adaptando las lecciones a las necesidades y estilos de cada estudiante".
"Por supuesto -continúa el Informe- es crucial que esta personalización no elimine la relación profesor-alumno, que sigue siendo fundamental para el éxito educativo. El rol del docente va más allá de impartir conocimientos, ya que también motiva, orienta y apoya emocionalmente a los estudiantes, algo que la IA no puede replicar".
Las Escuelas privadas de Enseñanza de Idiomas se sienten seguras de que el rol del profesor no puede ser replicado por la IA
Las Escuelas privadas de Enseñanza de Idiomas, pues, se sienten seguras de que el rol del profesor no puede ser replicado por la IA, lo que reduce la desconfianza y la incertidumbre ante esta nueva herramienta, mientras que por el contrario se valoran las evidentes ventajas que aporta.
Pero esa visión optimista de los centros tiene algunos 'lunares', algunos puntos polémicos que según el Informe es preciso abordar para que la IA se integre en la operativa docente:
- El primero es, sin duda, la necesidad de delimitar con claridad lo que se puede y no se puede hacer mediante la IA, lo que desemboca en la conveniencia de redactar una GUÍA ÉTICA Y PRÁCTICA del uso de la IA en nuestros centros educativos.
- En segundo lugar, la incorporación de la IA obliga a reciclar de nuevo los conocimientos del profesorado y del personal directivo y administrativo, lo que desemboca en la necesidad de impartir formación continua, acción que evidentemente supone tiempo y dinero.
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- Y en tercer lugar, los centros sugieren la necesidad de tener en cuenta las diferencias que se aprecian entre la función de la IA en las grandes empresas multinacionales del sector, frente a las escuelas de menor tamaño, "enfatizando el valor de la enseñanza personalizada y la interacción humana".
El viejo aforismo según el cual "todo aquello que no se comprende, o se adora, o se aborrece" tiene plena actualidad para la reacción social ante la Inteligencia Artificial. En los Centros Privados de Enseñanza de Idiomas hemos hecho un esfuerzo para comprender el fenómeno y de ahí hemos sacado conclusiones que nos alejan de la visión apocalíptica.
¿Es extrapolable nuestro ejemplo a otros sectores de la vida económica? Creemos sinceramente que sí, y que para ello basta despojarse de prejuicios y acometer un análisis riguroso del impacto de esta nueva tecnología. Comprenderla, en suma, para valorarla en su justa medida.
*Scott Markham, Presidente de la Federación Española de Centros de Enseñanza de Idiomas (FECEI)
Hace ya sesenta años que Umberto Eco publicó su célebre ensayo "Apocalípticos e Integrados", en el cual analizaba las distintas actitudes que se pueden adoptar frente a la aparición de un nuevo fenómeno, que en aquel momento era la eclosión de los ‘mass media’ y que hoy pudiera ser, por analogía, la súbita irrupción en nuestras vidas de la Inteligencia Artificial (IA):