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Guillermo Santos Aramburo

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Obstáculos de la Inteligencia Artificial: atención en Bolsa

Estamos ante una buena oportunidad para rediseñar la distribución de las carteras con excesivo peso tech: la diversificación tiene prioridad sobre el miedo a perderse algo («FOMO»)

Foto: Logo de Oracle. (Reuters/Dado Ruvic)
Logo de Oracle. (Reuters/Dado Ruvic)

A dos semanas de que acabe el año, quedan escasas diez sesiones bursátiles, nadie duda en calificar el ejercicio como el año de la prodigiosa Inteligencia Artificial (IA). Pero, como dice el aforismo, no todo lo que brilla es oro.

Gasto desmedido en IA

Efectivamente, no todo es admirable en el ecosistema IA. El gasto excesivo en IA por parte de las grandes empresas que está siendo soportado por deuda comienza a asustar a los inversores: Oracle (compañía tecnológica global que desarrolla y vende software y servicios de nube para empresas) aguó la fiesta de la bajada de tipos de la Reserva Federal (Fed) tras informar de un aumento masivo del gasto en centros de datos de IA y otros equipos sin alcanzar los ingresos previstos. Los inversores se han vuelto más exigentes en los últimos meses, ya que ese elevadísimo gasto ha pasado de financiarse con el flujo de caja generado internamente a financiarse con un aumento de la deuda.

Hace unos días, el analista americano Dave McGarel de First Trust lo explicaba con una analogía: en la película Top Gun de 1986 un oficial veterano reprendía a un joven piloto arrogante que estaba corriendo demasiados riesgos en el aire diciéndole: «...tu ego está firmando cheques que tu cuerpo no puede cobrar».

En consecuencia, los mercados de acciones y de renta fija se muestran más cautelosos ante los riesgos y el selloff (venta masiva) de principios de noviembre de 2025, que afectó a todos los activos de riesgo, en una clara señal de que el camino que tenemos por delante podría ser más volátil. De hecho, podemos ver en el siguiente gráfico la gran diferencia entre lo que se preveía invertir hace un año en activos productivos (Capex) - barras azules - por parte de las principales compañías del sector y lo que parece van realmente a gastar – barras naranjas - .

Gráfico, Gráfico de barrasEl contenido generado por IA puede ser incorrecto.

Fuente: Capital IQ con datos 28/11/2025.

En caso de que las cuentas de resultados no acompañen lo suficiente para sustentar tales inversiones, las Bolsas castigarán los precios del sector tecnológico.

Enorme consumo de energía

La energía se ha convertido en un cuello de botella que dificulta el avance de la IA en Estados Unidos. Los centros de datos ya consumen alrededor del 5 % de la electricidad total, y se espera que su cuota supere el 10 % en 2028.

Como ejemplo, la última y gigantesca iniciativa de Elon Musk, Colossus 2 de xAI ubicado en Memphis, un centro de datos de supercomputadoras de IA que será el más grande del mundo, consumirá aproximadamente 8 teravatios-hora de electricidad al año, lo que equivale al consumo eléctrico anual de la ciudad de Helsinki (fuente: Macrobond Evli).

En EEUU, muchos centros de datos no pueden funcionar a plena capacidad porque no hay suficiente electricidad disponible. A medida que la demanda de electricidad crece más rápido que la capacidad de la red, la generación in situ se está convirtiendo en un componente central de la infraestructura de IA. De ahí que ya se haya anunciado la construcción de un parque solar de gran escala junto a ese centro de datos.

Nos queda mucho por ver en IA y también en otros sectores

Para 2026, se espera que el impulso económico de EEUU continúe, con miles de millones que se invertirán en IA, recortes fiscales y desregulación, junto con un crecimiento resistente y una inflación en aumento.

En ese contexto, las preocupaciones sobre la IA provocan una rotación sectorial (hacia las acciones de valor, especialmente), más que un retroceso del mercado, ya que se empieza a diferenciar cada vez más entre sectores y exposiciones. El índice Dow Jones sale ganador en este proceso pues la tecnología representa el 50% del Nasdaq y el 35% del S&P 500, pero sólo el 20 % del Dow. Episodios como el sucedido con Oracle o las dudas sobre cuál será el mayor fabricante de chips de IA (Nvidia o Broadcom), evidencian que la inversión en IA ya no se premia por volumen, sino por retorno de las inversiones en que incurren las empresas. La presión para mostrar resultados tangibles aumenta, y con ella, la volatilidad potencial.

Hasta hace poco, el sector tecnológico era el claro líder, pero en los últimos meses se ha producido un notable cambio hacia las áreas más «valoradas» del mercado. Por ello, visto que la Fed está inclinándose hacia una política acomodaticia y, además, sectores distintos al tecnológico continúan mostrando potencial de crecimiento con valoraciones comparativamente atractivas, debemos contar cada vez más con áreas del mercado bursátil que tienen mayor margen para extender su buen tono de cierre de año.

Debo insistir en que estamos ante una buena oportunidad para rediseñar la distribución de las carteras con excesivo peso tech: la diversificación tiene prioridad sobre el miedo a perderse algo («FOMO»). Eso es lo que el mercado acaba de advertirnos hace unos días. Tomen nota.

*Guillermo Santos Aramburo, socio de iCapital AF AV

A dos semanas de que acabe el año, quedan escasas diez sesiones bursátiles, nadie duda en calificar el ejercicio como el año de la prodigiosa Inteligencia Artificial (IA). Pero, como dice el aforismo, no todo lo que brilla es oro.

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