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En la crisis financiera, lo peor está por llegar
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Alberto Artero

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En la crisis financiera, lo peor está por llegar

Ya me gustaría a mí encarar el fin de semana con una buena dosis de optimismo que llevarme a la boca, pero no va a ser

Ya me gustaría a mí encarar el fin de semana con una buena dosis de optimismo que llevarme a la boca, pero no va a ser posible. La crisis financiera va a peor y si, no va a mucho peor, es porque ya lleva gran parte del camino hacia el abismo recorrido. Tempus irreparabile fugit, que dirían los latinos. El tiempo, que pasa sin remedio. Ese sentimiento negativo es el que está provocando que noticias tan relevantes para el mercado como la decisión china de ayer de incrementar los precios minoristas de la gasolina un 17%, con la consecuente caída del precio del crudo en más de 3 dólares por barril, no sirvan de catalizador para una bolsa que se encuentra bajo mínimos. Equívocos como los protagonizados por algunos de los miembros más ilustres de la banca a uno y otro lado del Atlántico, que les llevó hace un par de meses a pregonar el final de la crisis sólo para constatar 60 días después que la misma les estallaba en las narices, no son tampoco de mucha ayuda.

Sé que la tentación de comprar banca es enorme tanto por la caída absoluta que ha sufrido el sector como por el potencial interés en una jugada de comportamiento relativo contra las acciones energéticas, que se han situado en el polo opuesto de la suerte bursátil. Bien, yo de ti no lo haría forastero. Aquí va una relación de noticias en los últimos días que, cuando menos, deberían atemperar ese impulso inicial de meter la mano en un olla que aún tiene el aceite hirviendo. Claro que, como siempre decimos desde estas mismas líneas, ustedes mismos.

1. Minyanville. Todo un clásico de obligada consulta diaria. La crisis de la banca de inversión se traslada a los bancos regionales cuyos impagados crecen a un ritmo del 40% trimestral (sí, han leído bien, cada tres meses). Fifth Third que es el banco en que se basa la noticia cayó el miércoles un 27% (algunos aseguraban que después de eso bien podía cambiar su nombre a Three Fifths) y en plan alegría de la huerta dijo en la conferencia con analistas que esperaba que la situación fuera peor en 2009 que en 2008.

2. Bloomberg recogía unas declaraciones en la misma línea del gestor de hedges que más pasta ganó el año pasado, John Paulson, en las que afirmaba que apenas hemos visto un tercio de las pérdidas totales que va a sufrir el sector durante la crisis. Obviamente sus palabras habría que ponerlas en cuarentena al ser arte y parte del asunto pero, como se ve en el propio artículo, coinciden con las del estratega de RBS y se producían sólo un día después que Goldman Sachs actualizara sus proyecciones de necesidades de capital, al alza, de los bancos norteamericanos en 65.000 millones de dólares. Uy,uy,uy.

3. De dónde pueden venir las pérdidas adicionales. Bueno, el run, run se centra una vez más en el segmento de los Credit Default Swaps. Hay un artículo bastante ilustrativo publicado en Asian Times cuyo contenido es parejo al de la siguiente pieza del WSJ del pasado miércoles que lo analiza de forma positiva, como una buena oportunidad para algunos, los más valientes. El propio diario de Murdoch, en su edición del 10 de junio, señalaba que los CDOs sintéticos pueden convertirse en la siguiente pieza del dominó en caer. Ojo, un mercado de 6 billones de los españoles de dólares.

4. Esta incertidumbre es, precisamente, la que provoca que los bancos no se fíen unos de otros. Muy interesante este artículo del Telegraph sobre la banca británica que no se está prestando entre ella a más de 30 días vista . Más interesante todavía un dato adicional que publicaba el The Economist de la semana pasada, citando datos de JP Morgan. Los bancos europeos han titulizado 208.000 millones de ABS en lo que va de año de los que apenas 5.800 han salido al mercado. El resto ha sido utilizado como garantía para obtener financiación del BCE hasta suponer el 16% de las reservas del banco central. ¿Cómo se rompe este círculo vicioso?

5. Y todo esto con la problemática adicional que supone que haya mercados a los que ya se les ha puesto la lápida encima y que no tienen visos de resucitar, como el de las titulizaciones de inmuebles comerciales tal y como informaba el Financial Times el pasado 12 de junio, y la existencia de una acuciante necesidad de refinanciar los vencimientos, simplemente para mantener el equilibrio del balance, a un coste sustancialmente superior al que se venía pagando. El más explícito ha sido esta semana José Luis Olivas, presidente de Bancaja, que lo cuantificaba, sólo en España, en 175.000 millones de euros sólo en 2008.

Ahora muchos, incluso el inefable Jose Ramón Iturriaga en este mismo Cotizalia hoy, se aventuran a decir que todo ha ido demasiado lejos, demasiado deprisa y que puede haber oportunidades. Puede, pero no. A mi juicio importa poco la velocidad del movimiento y mucho si el mismo está o no justificado, que creo que sí. Igualmente para mi cualquier argumento de valoración sobre el sector a día de hoy es inútil ya que gran parte de los balances y de las cuentas de resultados de las entidades siguen sin tener el grado de visibilidad suficiente como para que cualquier predicción pueda aproximarse siquiera medianamente a la realidad. Y no hay que olvidar, por último, cuál fue el catalizador en marzo para que el sector recuperara, que aquí el que no se consuela es porque no quiere. Una acción excepcional de la Reserva Federal que, al cabo de tres meses, se ha demostrado inútil para el objetivo último que perseguía, que era la recuperación de la confianza del sistema. Ahora, ¿qué catalizador puede tener la banca? O dicho de otra manera...

¿Cuál es la solución? Pues miren ustedes, yo me hago dos preguntas, dos, de la ganadería de Sherman McCoy. ¿Qué necesita a día de hoy el mercado, exceso o defecto en las predicciones de las pérdidas de las entidades? Respuesta, a mi juicio, concreción al alza de los potenciales riesgos a los que se enfrentan. Los supervisores deberían exigir a las instituciones financieras una previsión de máximos de los riesgos a los que sus negocios están expuestos sobre unos baremos realistas fijados por las autoridades. ¿Por qué? Bien, esto nos lleva a la siguiente pregunta: ¿qué supone para el mercado un mayor riesgo sistémico, el incesante goteo de noticias negativas que hemos vivido los últimos meses y que amenaza con llevarse otras cuantas firmas por delante o un one-off colectivo que le deje tiritando pero con la seguridad de que no hay más cera que la que arde? Personalmente creo que lo segundo. Con ello se conseguiría: uno, una aproximación real a la situación del sistema bancario; dos, una mejora de los niveles de confianza como consecuencia de ello; tres, la racionalización del mercado mediante la supervivencia de los fuertes, capaces de aportar capital o adquirir negocios enteros; cuatro, la posibilidad de que los excesos contables se fueran traduciendo en beneficios conforme el mercado se fuera normalizando; quinto, recuperación del mecanismo tradicional del crédito como vehículo de la política monetaria. ¿Estaría dispuesto el mercado a algo así? Seguro que no pero ahí queda dicho. Buen fin de semana a todos.

Recomendación lúdica de los viernes. Consideración previa. Servidor, que es zampón, frecuenta numerosos y variopintos locales a lo largo de la semana. La idea de hacer esta recomendación lúdica (libro, restaurante, viaje, hotel) responde a la posibilidad de añadir Valor Añadido también para los lectores en este campo. Les aseguro que no tengo arte ni parte en ninguno de los garitos mencionados. Simplemente, entiendo que lo excelente o diferencial debe ser compartido, por escaso. Hoy les sugiero 99Sushi que está llamado a ser el japonés de Madrid. De reciente apertura lo encontrarán en Ponzano 99. Un local algo ruidoso pero donde la comida es una auténtica explosión de sabores. Sigan los consejos de la jefa de sala, Mónica. En mi visita de esta semana un impresionante sashimi de vieira, un exquisito tartar de atún macerado, increíble tempura de langostino tigre, un nigiri de pez mantequilla del nivel del de Kabuki y varios rolls muy originales. Sinceramente, no llegué a los postres. 50 euros barba con café y bebidas (sin vino). Tras muchas y recientes decepciones en otros clásicos nipones de la capital, todo un descubrimiento. Que lo disfruten.

Ya me gustaría a mí encarar el fin de semana con una buena dosis de optimismo que llevarme a la boca, pero no va a ser posible. La crisis financiera va a peor y si, no va a mucho peor, es porque ya lleva gran parte del camino hacia el abismo recorrido. Tempus irreparabile fugit, que dirían los latinos. El tiempo, que pasa sin remedio. Ese sentimiento negativo es el que está provocando que noticias tan relevantes para el mercado como la decisión china de ayer de incrementar los precios minoristas de la gasolina un 17%, con la consecuente caída del precio del crudo en más de 3 dólares por barril, no sirvan de catalizador para una bolsa que se encuentra bajo mínimos. Equívocos como los protagonizados por algunos de los miembros más ilustres de la banca a uno y otro lado del Atlántico, que les llevó hace un par de meses a pregonar el final de la crisis sólo para constatar 60 días después que la misma les estallaba en las narices, no son tampoco de mucha ayuda.

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