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Pedro Jota da “un gran salto para la Humanidad”
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Alberto Artero

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Pedro Jota da “un gran salto para la Humanidad”

Ayer tuve ocasión de acudir al lanzamiento de la plataforma de pago Orbyt por parte de Unidad Editorial que convivirá con el site de Internet y

Ayer tuve ocasión de acudir al lanzamiento de la plataforma de pago Orbyt por parte de Unidad Editorial que convivirá con el site de Internet y con la edición impresa. La presentación del Pope Pedro José Ramírez estuvo envuelta del halo de controversia que del mismo se espera. Como pudieron comprobar live mis seguidores en Twitter, se dedicó a cavar tumbas a diestro y siniestro. Primero se cargó elmundo.es al afirmar que “la información es una commodity, un bien universal, accesible desde cualquier parte del mundo. De hecho, una cosa es dar noticias y otra hacer un periódico. Por eso nace Orbyt, como el periódico de Internet, el principio de un camino, una forma de leer prensa para todo el siglo XXI”. De ahí la eliminación de cualquier ropaje de valor añadido en la web en las últimas semanas. Elmundo.es se queda -se ha quedado ya- en cueros. Pasa a ser un lugar donde informarse, no donde encontrar información, opinión, contenido diferencial. Proletarios intelectuales del planeta, uníos.

La segunda sepultura la abrió, sorprendentemente, para el propio El Mundo de papel que se vuelca de forma interactiva al nuevo modelo. Para esta fosa tuvo, eso sí, que usar una pala más retorcida con objeto de no caer, por error, en su propia zanja, no vaya a ser que tenga que arrepentirse en el futuro. Comienzo prometedor: “A partir de ahora la difusión del periódico tradicional importa poco”. Glub, quién te ha visto amigo y quién te ve, cómo te va la vida que a mí me ha ido bien, que cantara La Unión en su Vivir al Este del Edén. “No se sabe si Orbyt está en El Mundo o El Mundo es Orbyt. No en vano responde a un esfuerzo colectivo que recoge, de forma jerarquizada y unitaria, una determinada perspectiva ideológica y estética”. ¿No es eso un periódico? He de confesar que tuve que abandonar la presentación a partir de este punto por necesidades del guión familiar. Pero en el coche me rondaba la cabeza que faltaba algo en el discurso de PJ. Fue llegar a casa y la idea saltó como un resorte. “Claro, McCoy, claro. Orbyt es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la Humanidad”. Menos mal, dar con la frase de Neil Amstrong al pisar por primera vez la Luna me iba a permitir dormir tranquilo esta pasada noche.

Yendo al proyecto en sí, creo que hay que distinguir dos elementos esenciales: el puramente empresarial, por una parte, y el informativo, por otra. Por comenzar con la parte crematística, hay que reconocer a Unedisa su valentía, por otra parte forzada. Frente a la política de patada adelante de El País, que parece haber solucionado su convivencia con Internet mediante la acumulación progresiva de blogs de la mano de los ex Soitus, o la de despidos de ABC bajo el paraguas justificativo de la unificación de redacciones, los gestores de la filial de RCS han optado por una apuesta arriesgada en su concepción y razonablemente creativa en su desarrollo, aparentemente capaz de generar ilusión renovada en la organización. Y lo ha hecho a un coste recurrente marginal, toda vez que la generación de contenido no varía (se crean, eso sí, nuevos continentes) y los nuevos desarrollos han permitido despertar de su letargo a secciones que amenazaban con quedarse para vestir santos y que ahora adoptan un papel esencial, como documentación o fotografía.

Efectivamente hay una inversión inicial en programación, lanzamiento y adecuación de recursos, fundamentalmente técnicos. Pero no es una apuesta que les vaya a llevar por delante financieramente hablando. Más, quiero decir. De ahí que la obsesión por la masa crítica no resulte de aplicación sino en términos de imagen y continuidad futura o de sacrificio de audiencia y/o publicidad en otros soportes del grupo. Un problema no menor de fácil vuelta atrás online pero irreversible, probablemente, en papel. Hablando, por cierto de este último: la mera transición de suscriptores físicos al universo virtual, justificaría por sí sola, por las pérdidas que su existencia conlleva y que dejarían de producirse, la decisión.

Otra cosa es el producto. No creo que sea ni tan revolucionario como ayer se quería creer Pedro Jota, ni tan abocado al fracaso como anticipan algunos autodenominados gurús que apelan a la secular reticencia patria al pago por contenidos web. Ambos pecan de pretenciosidad, por exceso de optimismo el uno y por imprudencia temeraria en sus juicios los otros. Es evidente que, si echamos la vista atrás, la adopción de una iniciativa similar por parte de El País estuvo en la génesis del despegue definitivo de El Mundo como líder informativo online en España. Pero eso no implica per se que la sucesión de hechos ahora tenga que ser igual que entonces. De hecho, la principal diferencia es que, aunque sus gestores no lo vean así, el modelo propuesto por Unedisa no es de masas. No, al menos, en las cifras en las que algunos plantean. No puede serlo desde el momento en que es una transposición casi física del periódico a la web (¿dónde están los enlaces?) que resuelve, acudiendo al modelo tradicional, el problema de jerarquía. Cabía esperar algo más procaz pero, casi con toda seguridad, no había alternativa. Su mayor novedad descansa en el potente desembarco audiovisual: la voz del periodista, la imagen de la entrevista, el debate de las ideas por parte de los miembros de la redacción o la publicidad interactiva, una serie de elementos distintivos que nos llevan en volandas a la siguiente cuestión.

Que es que, en la segmentación de lectores, llevan los ideólogos su penitencia. El público que busca valor añadido, y está dispuesto a efectuar un desembolso para verlo, tiene dos limitaciones: multiplicidad de fuentes y tiempo. Gran parte de la ingente oferta de Orbyt –muy editorializada y/u opinativa- requiere de una capacidad de reflexión de la que la audiencia carece, no por ganas sino por imposibilidad real. Siendo así, está por ver cómo evoluciona la ambiciosa comunidad –basada en noticias, no en personas- que tiene planteada y la vinculación al proyecto del plantel de periodistas, al que se atribuye un papel esencial no exento de sacrificios. En un negocio de egos como éste, cualquier sombra de fracaso conducirá, irremediablemente, a su desapego poniendo en riesgo, de este modo, uno de los pilares que sustentan su estructura. Una dinámica curiosa que obligará a la compañía a establecer dos planos de justificación: la externa, basada en las cifras, y la interna, por criterios de utilidad. De ahí que comparta con el director de El Mundo esa afirmación de que, si la cosa funciona, Orbyt será El Mundo, punto de unión entre información, redacción y lectores.

Se trata, como pueden comprender, de reflexiones a vuelapluma que hay que coger con pinzas. He de reconocer que, personalmente, soy usuario recurrente de webs muy extrañas que probablemente cuenten pocos aficionados adicionales a un servidor. También es verdad que son herramientas necesarias para mi trabajo que me ayudan a la toma de decisiones (como ocurre a nivel más amplio con FT o WSJ). Con esto quiero decir que lo mejor para emitir un juicio es recurrir a la experiencia, a la utilidad que cada uno sea capaz o no de extraer a esta más o menos novedosa forma de presentar la información. Tratar de pontificar ex ante es un ejercicio de imprudencia en el que personalmente no voy a caer. Orbyt va a funcionar en abierto la semana que viene. Eso sí, sólo en la parte de Kiosco, periódico web. Por el coste de un café y unos churros, podrán disfrutar del cacharro una semana más, ésta vez pagando tres euros y con acceso a todas las secciones. Ustedes mismos podrán decidir. Servidor es escéptico por naturaleza. Pero el bebé aún anda a gatas. Dejémosle, al menos, que empiece a caminar. Si acierta, como confían PJ y su gente, El Mundo marcará verdaderamente un camino para todos, vía por la cuál, por su particular modelo informativo, El Confidencial lleva mucho avanzado. Si yerra, ¿seremos los demás capaces de aprovechar la oportunidad? Pregunta abierta que les lanzo.

Ayer tuve ocasión de acudir al lanzamiento de la plataforma de pago Orbyt por parte de Unidad Editorial que convivirá con el site de Internet y con la edición impresa. La presentación del Pope Pedro José Ramírez estuvo envuelta del halo de controversia que del mismo se espera. Como pudieron comprobar live mis seguidores en Twitter, se dedicó a cavar tumbas a diestro y siniestro. Primero se cargó elmundo.es al afirmar que “la información es una commodity, un bien universal, accesible desde cualquier parte del mundo. De hecho, una cosa es dar noticias y otra hacer un periódico. Por eso nace Orbyt, como el periódico de Internet, el principio de un camino, una forma de leer prensa para todo el siglo XXI”. De ahí la eliminación de cualquier ropaje de valor añadido en la web en las últimas semanas. Elmundo.es se queda -se ha quedado ya- en cueros. Pasa a ser un lugar donde informarse, no donde encontrar información, opinión, contenido diferencial. Proletarios intelectuales del planeta, uníos.

Pedro J. Ramírez