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A la Cenicienta del Popular se le aparece el Hada Madrina
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Alberto Artero

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A la Cenicienta del Popular se le aparece el Hada Madrina

No importa que la inefable Bibiana Aído los haya puesto en la picota a cuenta de su presunto sexismo: los cuentos de hadas tienen hoy más

No importa que la inefable Bibiana Aído los haya puesto en la picota a cuenta de su presunto sexismo: los cuentos de hadas tienen hoy más vigencia que nunca. Buena prueba de ello es lo que le ha ocurrido a Banco Popular con el aterrizaje en su estructura bancaria y de capital de Credit Mutuel, cooperativa de crédito francesa no cotizada a la que vendió en abril de 2008 su negocio en aquel país. Todo el atrezzo que rodea la operación manifiesta una sorprendente asimetría en los beneficios que se derivan para cada uno de los intervinientes. Un desequilibrio más propio de la fantasía que de la realidad, como corresponde a la actuación de todo ángel de la guardia, dulce compañía, no me dejes solo ni de noche ni de día, que se precie. Raro.

Mientras que la firma nacional optimiza su red de sucursales, mejora sus niveles de solvencia, obtiene liquidez teórica que no efectiva y refuerza a futuro su núcleo duro, la compañía gala aterriza en España en un momento de enormes retos para el sector, pagando unos múltiplos en la parte alta del rango de transacciones similares y con el compromiso de compra de una participación del 5% en una de las entidades más expuestas al ciclo económico doméstico. Suena, cuando menos, extraño. No lo negarán. Y más cuando dentro del grupo comprador se encuentra Cofidis, sociedad de crédito al consumo que está viviendo en sus carnes la recesión por la que transita nuestro país.

La  integración es redonda para la institución presidida de modo ejecutivo por Angel Ron. Con la creación de una joint-venture al 50% entre ambas compañías consigue mantener su marchamo sobre el conjunto de sucursales transferidas, procedentes en su gran mayoría de las filiales regionales, evitando de este modo la fuga de unos clientes acostumbrados a un modo de hacer banca muy particular. Poco importa hoy su uso venidero como plataforma para metas más ambiciosas con dilución del socio local. Precisamente es el valor de marca y la continuidad asegurada del negocio lo que puede estar detrás del elevado precio abonado por los franceses, 2.4 veces valor en libros y 17 veces PER (cifras 2010).

Un dato que ha hecho dar palmas con las orejas a más de uno no sólo en la sede de Popular, sino en el conjunto de la industria e incluso en el Banco de España, deseosos todos ellos de extrapolar la excepción a norma general de valoración. Si fuera así, otro gallo cantaría… Cierto es, en cualquier caso, que la cartera transferida goza de una rentabilidad sobre activo y recursos propios muy elevada para los tiempos que corren (1,7% y 14% respectivamente) y que la nueva entidad nace con un core capital del 13%, el más elevado a nivel nacional, factores ambos que justificarían adicionalmente la prima abonada por los franceses.

Agua, por tanto, de finales de junio para un Banco Popular que, frente al pille de Sacresa, uno más, pone en valor su red con un acuerdo que apenas supone el 2% de sus activos totales medios (en 123 sucursales con 505 empleados); valora cada sucursal en unos 5,5 millones de euros, en la parte alta de lo abonado en transacciones similares en mercados de escasez de oficinas como el italiano (lo que extrapolado daría una capitalización de 12.800 millones de euros frente a los cerca de 6.000 actuales); obtiene una plusvalía antes de impuestos de 367 millones (por encima de los 312 que correspondería al 50% gracias a un proceso de actualización que genera un pequeño fondo de comercio en la nueva filial); refuerza sus ratios de capital (en 16 puntos básicos) y cobertura (del 50% al 56,5%); apenas sufre en cuenta de resultados (18 millones de euros menos en 2010) y mejora su aproximación al cliente foráneo, fundamentalmente francés y alemán, en las grandes capitales y zonas de litoral. Miel sobre hojuelas cuya guinda es la entrada en el capital de un socio sólido alineado con las tesis del equipo gestor.

¿Qué más se puede pedir? Pues nada. Es lo que tienen las hadas madrinas, que siempre sorprenden por exceso y no por defecto. Cuál es la motivación última de Credit Mutuel es lo que no alcanzo a comprender. Me cuesta creer en operaciones desprendidas de este tipo. Al menos en el cuento el encanto desaparecía al llegar la medianoche. Aquí tiene vocación de permanencia. Tampoco parece que haya detrás una capitalización de créditos o algo parecido. No sé. Espero anhelante su ayuda. Mil gracias de antemano.

No importa que la inefable Bibiana Aído los haya puesto en la picota a cuenta de su presunto sexismo: los cuentos de hadas tienen hoy más vigencia que nunca. Buena prueba de ello es lo que le ha ocurrido a Banco Popular con el aterrizaje en su estructura bancaria y de capital de Credit Mutuel, cooperativa de crédito francesa no cotizada a la que vendió en abril de 2008 su negocio en aquel país. Todo el atrezzo que rodea la operación manifiesta una sorprendente asimetría en los beneficios que se derivan para cada uno de los intervinientes. Un desequilibrio más propio de la fantasía que de la realidad, como corresponde a la actuación de todo ángel de la guardia, dulce compañía, no me dejes solo ni de noche ni de día, que se precie. Raro.

Ángel Ron