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Claves ocultas y paradojas de la historia de los bonus de Caja Madrid
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Alberto Artero

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Claves ocultas y paradojas de la historia de los bonus de Caja Madrid

Todo lo que rodea a Caja Madrid empieza a resultar excesivamente rocambolesco. La última ha sido la historia del bonus especial de 25 millones de euros

Todo lo que rodea a Caja Madrid empieza a resultar excesivamente rocambolesco. La última ha sido la historia del bonus especial de 25 millones de euros que Rodrigo Rato se ha negado a pagar a un grupo de directivos, devengado durante la extensa etapa en la que Miguel Blesa estuvo al frente de la entidad. No seré yo quien defienda la gestión del antiguo presidente de la caja, a los hechos me remito. Ni siquiera la idoneidad de la cuantía. Sin embargo, afloran en este caso numerosas aristas, preguntas abiertas que hoy les dejo encima de la mesa para su debate y consideración.

  1. Aunque fue pergeñado entre 2004 y 2006, el Plan trata de premiar la fidelidad, la contribución al resultado y al crecimiento del balance de directivos que llevan en la casa desde 1997, variando su importe al alza o a la baja en función de tales baremos. Es decir, estamos hablando de gente que lleva casi 15 años dando pedales, con mejor o peor fortuna. No son pelotazos.
  2. Consiste en una aportación a un fondo de pensiones que se debía realizar el 31 de marzo de este año, no en un  bonus en efectivo, matiz importante por su indisponibilidad hasta el momento de la jubilación. A algunos les queda más de una década para poder ver un duro. Aparentemente su devengo está dotado contablemente. 
  3. Especialmente sorprendente resulta el hecho de que dos de los ejecutivos de la anterior etapa afectados sean quienes encabecen dos de las cuatro direcciones generales operativas en las que se ha dividido el SIP liderado por la firma madrileña. Ildefonso Sánchez como responsable del área financiera y Matías Amat de participadas. ¿Es forzar su salida lo que se pretende?, me pregunto. No quedan en la mejor de las situaciones, desde luego. 
  4. Es importante no tomar la parte por el todo. En cualquier paquete remuneratorio de alta dirección se incluye sueldo, variable anual y extras de este tipo u otro similar. Lo importante es la suma total. Sería bueno saber qué ganó esta gente por el camino antes de ese desembolso, agregar el mismo, y comparar con otras compañías de similar tamaño. Se puede, o no, estar haciendo demagogia si, por ejemplo, esta fuera la parte del león, que no lo sé. Faltan datos.
  5. Imagino que esto, para estar dentro de la legalidad, tuvo que pasar por un Consejo de Administración o una Comisión de Retribuciones en la que participaría alguien de la Comunidad de Madrid, la misma que trató de poner a uno de los suyos -y al final lo consiguió a medias- al frente de la institución financiera. Chocante que callara entonces lo que airea ahora a gritos a través de medios afines. ¿Por qué?
  6. Está por ver además cuántas decisiones pasadas de Caja Madrid, en los últimos casi quince años en los que ha ido engordando el Plan, han estado “inspiradas” políticamente por esa necesidad de apoyar a la región a través de operaciones crediticias o de la inversión directa de recursos de su balance. El que esté libre de pecado, ya se sabe.
  7. Si ahora hay que pagar un importe será porque, con base en los elementos antes mencionados, y de acuerdo con la estructura del Plan, estos señores se lo han ganado. Las normas no las han podido poner ellos, insisto. Si fuera así, estaríamos hablando de otra cosa. Y a nadie le amarga un dulce. Ninguno de nosotros renunciaría por amor a su empresa a una subida de sueldo o un complemento decidido y/o autorizado por otros, ¿no?
  8. En caso que no se lo merecieran, ¿por qué no se airea el tema cuando la salida del propio Blesa hace ya unos cuantos meses? Entiendo que reivindicaría la consolidación de sus derechos, ¿no? O cuando se solicitó el dinero del FROB, por poner solo otro ejemplo. ¿O es que la consistencia va en función de la conveniencia, como me temo?
  9. Cabe pensar por tanto que se oculta, más allá del hecho de que se acerca el momento de soltar el parné, una intencionalidad con esta noticia. Raro que se produzca su filtración justo en el momento en el que el papel de Rato al frente del FMI es cuestionado abierta e injustamente en mi opinión. En el momento de su salida de lo que se hablaba era de desmantelar el Fondo, que nadie se lleve a engaño. En cualquier caso, cada uno restaura su imagen como quiere.
  10. Y acabo: si el argumento para el impago es la ayuda pública, se abre una espita curiosa. Pongamos tres ejemplos. Todas aquellas empresas cuyos ingresos son de tarifa regulada, como las eléctricas que tan alegremente reparten bonus, podrían verse afectadas por la extensión de un criterio como éste, ¿no creen? Otro. A lo mejor muchos responsables de empresas editoras se están haciendo el haraquiri salarial al reclamar ayudas del Estado, ¿no? Ah no, que eso es matar al mensajero. Y tres, ¿para cuando un ejercicio de transparencia en el resto de las entidades que han acudido al FROB? Sorpresas te dará la vida, la vida te dará sorpresas.

Preguntas todas para su interesante reflexión. Yo, as usual, les espero en http://twitter.com/albertoartero y en la cuenta de Alberto artero en Facebook.

Todo lo que rodea a Caja Madrid empieza a resultar excesivamente rocambolesco. La última ha sido la historia del bonus especial de 25 millones de euros que Rodrigo Rato se ha negado a pagar a un grupo de directivos, devengado durante la extensa etapa en la que Miguel Blesa estuvo al frente de la entidad. No seré yo quien defienda la gestión del antiguo presidente de la caja, a los hechos me remito. Ni siquiera la idoneidad de la cuantía. Sin embargo, afloran en este caso numerosas aristas, preguntas abiertas que hoy les dejo encima de la mesa para su debate y consideración.

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