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Rajoy visitará a los que crean empleo para rematar la Reforma
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Alberto Artero

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Rajoy visitará a los que crean empleo para rematar la Reforma

¿Se imaginan ese titular en la prensa española? Reflexionen la respuesta. Es evidente que sería la postura más razonable por parte de aquel que está llamado

¿Se imaginan ese titular en la prensa española? Reflexionen la respuesta. Es evidente que sería la postura más razonable por parte de aquel que está llamado a luchar contra la lacra del desempleo. Qué mejor manera de comprender los mecanismos de creación de puestos de trabajo que acudir a aquellos que, aun en el crítico momento actual, son capaces de contratar mano de obra y reforzar sus plantillas. Sin embargo, me temo que la mayoría de ustedes han pinchado en esta entrada envueltos en los ropajes de la más absoluta incredulidad. No es de extrañar. No es cierto. Pero no se vayan todavía que aún hay más.

Eso precisamente es lo que lleva haciendo desde 2006 el Primer Ministro de Suecia, que ha acumulado 180 desplazamientos interiores con esta finalidad desde que tomó posesión. El último, según comenta Wall Street Journal, al pueblo de Vindeln, de apenas 2.500 habitantes para ver a una empresa de maquinaria forestal (WSJ, Sweden’s PM hits the road in search of a Jobs Booster, 27-02-2012). Eso con una economía que creció al 4’5% en 2010 (aunque se espera una caída al 0,7% este año por la debilidad europea), cuya tasa de paro se encuentra en el 8% (lejos del 4% y el 3,3% de Dinamarca y Noruega) y un nivel de deuda sobre el PIB ligeramente por encima del 30%. Sin fanfarria mediática, sin discurso político, sin estrechamiento de manos. Estudiar y escuchar.

Y como obras son amores, el fruto de tales encuentros ha sido el intento de diseñar un entorno que facilite la contratación y la inversión. Así, bajo el lema “debe merecer la pena trabajar” ha endurecido sustancialmente las condiciones para beneficiarse del sistema de protección nacional. No solo eso, ha reducido hasta cuatro veces el impuesto sobre la renta, especialmente a las rentas medias y bajas. Y ha creado las condiciones para que la inversión local vuelva a Suecia, haciendo de la crisis internacional una oportunidad para atraer profesionales y ganar cuota de mercado (VA, Rajoy se entrega a las suecas para sacar a España del abismo, 12-07-2011). Algo parecido a lo que está ocurriendo en Alemania tal y como se desprende del informe del Instituto IFO al que hacíamos referencia en nuestra entrada de ayer (VA, Entérense, el peligroso IV Reich alemán es ya una realidad, 01-03-2012).

Volvamos ahora al encabezamiento de este post. Hasta ahora, pensar que algo parecido ocurriera en España era una extravagancia, un imposible. Una vez que la democracia se transformó en partitocracia, el objetivo de la política saltó del servicio ciudadano al ciudadano a mi servicio, como vía para mantener un determinado estatus. La calle pasó de ser fin a medio. Y conforme se instalaba en las poltronas parlamentarias el imperio de la mediocridad, la distancia se fue ampliando. La exigencia se travistió de complacencia, los mensajes de ambages y la gestión de dejación. Lo importante era asegurarse el voto. El modelo funcionó mientras bastaba con navegar la ola. Cuando ha bajado la marea, muchos han enseñado sus vergüenzas. Y de qué manera.

Ese es el punto en el que nos encontramos en este momento. La sociedad no traga y toca sustituir el pan y circo por la sangre, el sudor y las lágrimas. Alinear y no contentar, entender y no solo ejercer. Por eso el titular de hoy es factible y cada vez más probable. De hecho, lo que le llega a este modesto cronista desde algunos ministerios, invita al optimismo. Varias son las conversaciones que me han referido en las que ministros y secretarios de estado se han limitado a tomar nota sin expresar su opinión ante expertos convocados para afrontar cuestiones delicadas. Esperemos que deje pronto de ser la excepción para convertirse en norma. Queda por resolver la cuestión de la recuperación de la confianza ciudadana, del vínculo entre gobernante y gobernado. Estamos, probablemente, ante la última ocasión de hacerlo. Hacerlo requiere inteligencia y trascendencia, justo lo contrario de lo que ha primado en últimas legislaturas. ¿Lo hará Rajoy?

Buen fin de semana a todos.

¿Se imaginan ese titular en la prensa española? Reflexionen la respuesta. Es evidente que sería la postura más razonable por parte de aquel que está llamado a luchar contra la lacra del desempleo. Qué mejor manera de comprender los mecanismos de creación de puestos de trabajo que acudir a aquellos que, aun en el crítico momento actual, son capaces de contratar mano de obra y reforzar sus plantillas. Sin embargo, me temo que la mayoría de ustedes han pinchado en esta entrada envueltos en los ropajes de la más absoluta incredulidad. No es de extrañar. No es cierto. Pero no se vayan todavía que aún hay más.

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