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BBVA y Santander siguen engordando su particular agujero negro
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Alberto Artero

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BBVA y Santander siguen engordando su particular agujero negro

De los resultados de las dos principales instituciones españolas publicados la semana pasada está casi todo escrito. Fuertes saneamientos debido a la aplicación de los distintos

De los resultados de las dos principales instituciones españolas publicados la semana pasada está casi todo escrito. Fuertes saneamientos debido a la aplicación de los distintos decretos De Guindos, mejores perspectivas para 2013 gracias al abaratamiento del coste de financiación, miedo a que la mora se dispare en el segmento de empresas, crédito escaso y caro a corto y medio plazo, o dependencia del crecimiento de los mercados exteriores, especialmente de América Central y del Sur, son notas comunes a las cifras y proyecciones de Santander y BBVA. Poco Valor Añadido se puede aportar por ese lado.

Sin embargo, del análisis de las cuentas de ambas entidades financieras se desprende que siguen alimentando una suerte de monstruo cuyo impacto final en los beneficios es sustancial. Me estoy refiriendo al área de Actividades Corporativas, que arroja, en el caso del Santander, una pérdida de 3.263 millones frente a los 2.163 de 2011, lo que reduce el depauperado  ‘Beneficio atribuido al Grupo’ de 8.515 a 5.251 millones de euros (un 38% menos, que no está mal), y que en el BBVA tiene un menor impacto en términos absolutos (1.649 millones en 2012 vs. 1.405 un año antes), pero no en relativo, al rebajar el atribuido del grupo de 3.325 a 1.676 millones, un 50% sin ir más lejos.

Sorprende que, tanto en las informaciones como en los análisis de los números de estos bancos, nadie se entretenga en un particular de tales dimensiones. Un agujero negro que crece con la crisis y que, si no amenaza con devorarlos -su mayor peso es también fruto de la débil coyuntura-, sí que condiciona muy mucho el beneficio por acción y la rentabilidad.

En los informes financieros de cierre de ejercicio de Santander y BBVA se definen las Actividades Corporativas de la siguiente manera:

Santander (página 14): "Esta área incorpora los negocios de gestión centralizada relativos a participaciones financieras, la gestión financiera de la posición estructural de cambio y del riesgo de interés estructural de la matriz, así como la gestión de la liquidez y de los recursos propios a través de emisiones y titulizaciones. Como holding del Grupo maneja el total de capital y reservas, las asignaciones de capital y la liquidez con el resto de los negocios. Como saneamientos incorpora la amortización de fondos de comercio y no recoge los gastos de los servicios centrales del Grupo que se imputan a las áreas, con la excepción de los gastos corporativos e institucionales relativos al funcionamiento del Grupo".

En términos similares se pronuncia la firma presidida por Francisco González (página 24): "Contiene todo aquellos no imputado a las áreas de negocio. Básicamente aglutina los costes de las unidades centrales con una función corporativa, determinadas dotaciones a provisiones, como las correspondientes a las prejubilaciones, y aquellas otras también de carácter corporativo. También incorpora la unidad de Gestión Financiera que gestiona las posiciones estructurales de tipo de interés del balance en euros y de tipo de cambio, así como de la liquidez y de los recursos propios. Por último, incluye determinadas carteras y activos como participaciones industriales o los activos inmobiliarios correspondientes a los servicios holding y aquellos procedentes de compras o recibidos en pagos de deudas".

Se trata, por tanto, de centros transversales de costes, tenedores además de buena parte de la financiación mayorista, lo que justificaría de partida sus resultados negativos por la vía de desembolsos ordinarios y pago de intereses. Una cuestionable utilización (tendría más sentido su imputación a los negocios en función de la contribución de estos a las cuentas anuales de la compañía, más aún cuando el exceso de créditos sobre depósitos distorsiona el margen operativo, especialmente en el negocio minorista) que ha facilitado que se conviertan en:

  1. el lugar en el que las entidades maquillan los resultados del resto de sus unidades operativas, especialmente de España, a través de la arbitraria no asignación de determinados gastos y provisiones;
  2. el puente de mando desde el que gestionan los principales riesgos de su balance, a lo que se ve, de forma un tanto desastrosa dada la incapacidad de obtener rendimiento a las carteras y participaciones en las que 'Corporativo' invierte su pasivo;
  3. el cajón de sastre en el que incluir todos los saneamientos extraordinarios por sobreprecios o errores estratégicos incurridos en el pasado, como prueban las dotaciones de 940 millones del banco de Emilio Botín y los 1.569 del BBVA en el ejercicio que acaba de concluir (pese a la positiva inclusión en este último caso del badwill de Unimm).

La parte 'legítima' de palme en esta división –sueldos y salarios, pensiones de directivos, liquidaciones de contratos, costes financieros- ni de lejos justifica los porcentajes que hemos señalado con anterioridad de recorte de su beneficio atribuible, lo que nos lleva a la siguiente reflexión: no se puede limitar el juicio sobre la buena o mala gestión de una entidad sólo al ámbito operativo, sino que hay que contemplarla en su globalidad. Y Actividades Corporativas es un borrón sustancial en el esfuerzo que nuestras dos principales instituciones financieras están llevando a cabo por diversificar sus negocios, aumentar la rentabilidad de los mismos y recuperar una buena parte del liderazgo que un día ostentaron a nivel paneuropeo.

Y, siendo así, es necesaria su inmediata reparación a través de un ejercicio de transparencia y gestión a partes iguales que no admite demora. De lo contrario, algunos seguiremos tentados de coger el nabo por las hojas y cuestionar, sobre la base de hechos ciertos y publicados por las propias entidades, el mensaje de tranquilidad -lo peor ha pasado- y optimismo -the only way is up- que pretenden transmitir. Porque claro, pedirle al Banco de España que sea él quien lidere esta iniciativa suena como a mucho pedir, ¿no? País, que diría Forges.

De los resultados de las dos principales instituciones españolas publicados la semana pasada está casi todo escrito. Fuertes saneamientos debido a la aplicación de los distintos decretos De Guindos, mejores perspectivas para 2013 gracias al abaratamiento del coste de financiación, miedo a que la mora se dispare en el segmento de empresas, crédito escaso y caro a corto y medio plazo, o dependencia del crecimiento de los mercados exteriores, especialmente de América Central y del Sur, son notas comunes a las cifras y proyecciones de Santander y BBVA. Poco Valor Añadido se puede aportar por ese lado.